Porque la Terreta tiene tanto que ofrecer...
Volver. ¿Nos habíamos ido? Hemos seguido aquí, pero en un universo más pequeño, confinados entre las cuatro paredes de casa, luchando contra un enemigo microscópico. Hemos pasado una guerra. Corta quizás, pero intensa. En apenas tres meses nuestro mundo se ha puesto patas arriba y todo lo que conocíamos, ha cambiado radicalmente. Pero después de la tormenta, siempre llega la calma.
La Fase 3 parece estar a la vuelta de la esquina y permitirá la movilidad entre provincias. Siempre lo diremos así, el virus sigue ahí fuera, ahora debemos aprender a convivir con él, así que ante todo, prudencia. Lo que hace unas semanas se antojaba como una ensoñación, ahora empieza a palparse en el ambiente. Las calles recobran, tímidamente, la alegría. Vuelven los restaurantes, los bares, la cultura... Y por fin, vuelven los viajes.
Hasta el propio significado de viajar ha cambiado. Por el momento no hay aviones, apenas trenes... 2020 va a ser el año de España, el año del roadtrip, el año de volver a casa, de ver con nuevos ojos todo lo que nos habíamos perdido, el año de volver a descubrir la belleza de nuestra Comunitat. Las vacaciones de verano ya no son un sueño, son reales, serán diferentes y locales, pero ahora, nos toca apostar por lo de aquí.
¿Dónde estamos deseando volver entonces? Haremos un pequeño repaso de buena parte de los alicientes que tiene tiene la Comunitat Valenciana. De punta a punta, de norte a sur, con el permiso de Alicante, esta es la millor terreta del món.
Nos permitiréis que empecemos por el sur. Alicante. Siempre Alicante. En el interior y en la costa. En la propia ciudad, deseamos recorrernos la Alameda de cabo a rabo, volver a sentarnos en las mesas de Nou Manolín y Piripi, a la espera de que vuelva su barra sin los dos metros de distancia entre clientes. A ver qué hay de nuevo en Terre, ese espacio que, salvando las distancias, nos puede recordar a un localazo de la Gran Manzana, a tomar el aperitivo en Abarrote o en Manero y a ver qué nos tienen preparado Carlos Bosch y Sergio Sierra en una nueva temporada de El Portal. Puestos a pedir, queremos las noches de verano en la terraza Pópuli Bistró, bajo la luna mediterránea y la naturaleza, donde el distanciamiento social se hace más que posible.
Queremos volver a perdernos por el casco antiguo de calles empedrada y casitas blancas de Altea, donde las buganvillas aportan un punto de color tan necesario tras estos meses grises. Y para color, el de la Vila Joiosa y sus pintorescas y policromadas fachadas. Siguiendo el rumbo por la costa, volveremos a Benidorm, que sufrirá sin los turistas, pero al que nosotros echaremos un cable, porque recordemos, no están tan mal y no es cierta la fama que le han otorgado. Porque lejos del brutalismo, es bella y sus playas son de aúpa. Es más, a apenas dos pasos, en Finestrat tenemos uno de los hoteles en los que manda el lujo asiático, el Asia Gardens. Reabre el 26 de junio y lejos de poder coger un avión y aterrizar en Tailandia, es lo más parecido a sumergirse de lleno en ese clima de quietud, que podemos encontrar en la Comunitat.
Hasta nos iríamos de excursión a Tabarca, la isla que fuera refugio de piratas. Queremos bañarnos en las aguas turquesas de Moraira, volver a la Montaña Mágica, a L'Escaleta, casa de Kiko Moya y Alberto Redrado, que además estrenan nueva etapa y nueva cocina para celebrar su 40 aniversario.
Calpe, Dénia, Xàbia... son bastiones de veraneo, de aguas azules y disfrute máximo alrededor de la mesa. El Faralló, Audrey's, Quique Dacosta, Bon Amb, las cocas del Pont Sec... Todo ello va a volver más pronto que tarde. ¡Apoyemos a la hostelería!
Queremos volver a respirar la historia, la que destilan ciudades como Gandía y Xàtiva con el legado de los Borgia y un impresionante castillo, empaparnos del encanto medieval de Bocairent, donde la 'piedra está viva' y el tiempo parece haberse detenido y redescubrir uno de sus tesoros, las Covetes dels Moros. Bebernos todo el vino de Requena y su ruta enoturística y recorrer, junto al murmullo de fuentes, acequias y ríos por la Ruta del Agua de Chelva.
Castellón este año no será región de peregrinaje de fibers, pero lo será de nosotros. Porque subiremos al castillo en lo alto de Peñíscola y viajaremos al pasado para pasear por uno de los pueblos más bonitos de España, Morella, por supuesto. Huiremos del bullicio en Culla o Vilafamés y volveremos a buscarlo en las playas de Benicássim.
¿De verdad teníamos tanto, tan cerca y no le prestábamos atención? El futuro es incierto, pero también alentador y emocionante, porque, ¿qué puede haber mejor que verlo con todo con nuevos ojos? Ellos no han cambiado demasiado, nosotros sí y ahí, con energías renovadas y ganas de nuevo de volver a comernos nuestro mundo local, estaremos para demostrarlo.