VALÈNCIA. Cinco años haciendo de l’Horta una laboratorio de experimentación para las artes y el diseño; pero también una experiencia para que los artistas se dejen empapar del paisaje y las preocupaciones del espacio. La conexión entre el arte y la preservación de un territorio tan emblemático como l’Hota es el eje central de la quinta edición del festival Miradors de l’Horta, que este año toma el lema “L’Horta, capital de la alimentación sostenible”. Del 19 al 27 de octubre, diversos puntos de los pueblos que acompañan los últimos kilómetros del Barranc del Carraixet se convertirán en espacios de reflexión, creatividad y compromiso medioambiental.
La selección de propuestas está a cargo de un jurado profesional integrado por representantes de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV), el Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV), el Colegio de Diseñadores de Interior de la Comunitat Valenciana (CDICV), Turismo de la Mancomunitat del Carraixet y el director creativo de Miradors de l’Horta, Jaime Pire
Para muchos de los creadores, la conexión emocional con l’Horta ha sido una revelación. Desde el Estudio Wanna, destacan que el festival les ha permitido “conocer la realidad de l'Horta” y reflexionar sobre su posible desaparición: “Vivimos en una consumocracia y tenemos muchísima responsabilidad como ciudadanía en cada una de nuestras decisiones para defenderlo”, afirman, resaltando la importancia de la implicación social en la preservación de este espacio. Desde Wanna proponen en su intervención una “taula de salvació”, que son mesas con formas de verduras y frutas y que ocuparán la plaza de Bonrepós i Mirambell, sede central del festival y su Ágora.
Por su parte, Sayavera Studio y la diseñadora Valeria Ibáñez exploran la fragilidad del territorio y cómo su pérdida afecta a las personas a través de Tierra Rota, que se podrá ver en Alfara del Patriarca y que hará un paralelismo con un cristal roto. “Atacar l'Horta es atacarnos a nosotras/os mismas/os. Esto nos hace más frágiles a todos y todas de cara al futuro”, explican. Su instalación busca ser un acto poético de protesta ante las amenazas que enfrenta el territorio.
El festival también invita a una reflexión generacional. Barana Acció Creativa y APU'A abordan el relevo generacional en su propuesta: un camino formado por planteles reutilizados que simbolizan el relevo en manos de los jóvenes, es una senda alternativa que acaba al muro del Espai Jove de Foios con un portal que representa la esperanza de las jóvenes generaciones para continuar trabajando l'Horta. En una línea similar, Bona Fide Taller subraya la capacidad de resistencia de l'Horta: “L'Horta, pese a ser producto de la acción del hombre, tiene la fuerza para sobrevivir a generaciones”, afirman. Su trabajo con las estructuras existentes en el paisaje, como los trazados de las acequias, busca reafirmar y transformar temporalmente esos espacios, sin perder de vista su historia.
La relación entre los elementos tradicionales de l'Horta y su preservación es clave en el enfoque de Dídac Ballester y Luce, quienes han basado su propuesta en tres componentes esenciales que encontraron en sus derivan caminando por la huerta: acequias, pizarras y motores. “Hemos querido respetar estos elementos para visibilizar que forman parte de un sistema de comunicación único”, comentan. La intervención se podrá ver en Foios y busca convertir una instalación entera en una gran pizarra.
La influencia de las tradiciones valencianas también está presente en las propuestas de los estudiantes de la Universidad CEU Cardenal Herrera. Inspirados por la mocadorà, una de las propuestas rinde homenaje a l'Horta como un acto de amor y respeto, mientras que otro grupo de estudiantes explora el concepto de a la fresca, centrando su instalación en las puertas de las casas y las conversaciones que ocurren en estos espacios. Por su parte, el estudiantado de la UPV también han generado un espacio efímero con la idea de se convierta en “un entorno que la gente no sólo pueda visitar, sino que también pueda estar allí”, en Vinalesa.
Finalmente, el espíritu del encuentro y el juego libre será el eje central de la propuesta de SUC Estudio junto a Lluis Penyafont y Vicent Adell, quienes dinamizarán la Plaza del Sol en Bonrepòs i Mirambell, convertido en el Km0 de l'Horta. “Queremos que sea un espacio de encuentro y de juego libre, con zonas de ideación, creación y color”, explican. Además, durante el festival, se organizarán talleres con elementos naturales para fomentar la interacción entre los asistentes y el entorno.
El festival Miradors de l’Horta, que comenzó en 2019, es el único en España que combina arte, agricultura, diseño y sostenibilidad. En sus cinco ediciones, más de 15.000 personas han visitado las 26 obras efímeras creadas en pleno corazón de la huerta valenciana. Este año, el festival contará con una variada programación de actividades, que incluyen rutas en bicicleta para visitar las instalaciones, mesas redondas, música en directo y demostraciones culinarias, todo ello en un entorno que resalta la importancia de la huerta como patrimonio cultural y alimentario.
En esta edición, el festival se centrará especialmente en la soberanía alimentaria y la relación entre lo urbano y lo agrícola, destacando la necesidad de una mayor resiliencia frente al cambio climático.
"Como siempre, el criterio de selección de todas las instalaciones efímeras se ha regido no sólo por su calidad, originalidad y creatividad, sino también por la inclusión de los valores de l’Horta y por una garantía de sostenibilidad (uso de materiales, reciclaje o procedencia de los mismos) de principio a fin, teniendo en cuenta que los trabajos puedan ser reutilizados cuando termine el festival", explican desde la organización.
“Miradors de l‘Horta es una oportunidad para unir a nuestros pueblos y defender nuestro territorio frente a amenazas como un urbanismo desmesurado”, afirmó ayer en la presentación Sergi Ruiz, alcalde de Foios y vicepresidente de la Mancomunitat del Carraixet. “Es un orgullo que Bonrepòs i Mirambell sea sede de este festival, porque podemos mostrar nuestro legado agrícola y nuestro vínculo a la tierra”, añadía Raquel Ramiro, alcaldesa de esta localidad.