Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Manolo Valdés y Joaquín Sorolla. Estos dos artistas han sido los protagonistas de la actualidad cultural esta semana, y no solo, pues en torno a ellos giran dos de los proyectos más ambiciosos en el ámbito cultural de la legislatura. El primero, Valdés, será el eje central de un museo impulsado por el Ayuntamiento de València que llevará a una de las naves del Parc Central una treintena de esculturas del valenciano, entre ellas varias de sus icónicas meninas. El segundo, Sorolla, será el nuevo habitante del Palau de les Comunicacions -antiguo edificio de Correos- tras el acuerdo entre la Generalitat y la Hispanic Society of America para traer una buena parte de los fondos de la institución estadounidense a València.  

Ambos acuerdos han obtenido este semana la ‘luz verde’, proyectos con los que, además, se da un uso estable a dos espacios para los que se había ideado más de uso que nunca llegó a ejecutarse o, sencillamente, nunca se definió. Y es que, para recibir a Valdés y Sorolla, algunos de estos usos o ideas han tenido que quedar en un cajón. En el caso del Palau de les Comunicacions, su destino final ha sido un misterio desde que a finales de 2021 lo adquiriera la Generalitat por 23,9 millones de euros, momento en el que dejó de ser el edifico de Correos para adquirir su nuevo nombre. Su recién estrenada nomenclatura, sin embargo, no trajo consigo la concreción en su uso.

Una de sus ‘aventuras’, la más estable hasta el momento, fue la exhibición de la Colección Lladró tras su adquisición por parte de la Generalitat, antes de su integración en el Museu de Belles Arts de València (Mubav), un recorrido que incluía piezas destacadas como Yo soy el pan de la vida del propio Sorolla. Cabe destacar que, como pasará con el desembarco de los fondos de la Hispanic Society of America, el inmueble tuvo que adecuarse entonces para recibir a sus primeros ‘visitantes’, pues no está pensado para servir como museo. Alrededor de un millón de euros costaron las distintas intervenciones temporales, que incluían la instalación de nuevos muros, ocultar algunas entradas de luz para evitar daños en las piezas o instalar máquinas humidificadoras para asegurar su buena preservación. 

  • La colección Lladró en el Palau de les Comunicacions -

Con todo, la exposición de los fondos de la Colección Lladró siempre fue una cuestión temporal y su traslado al Mubav estaba marcado en rojo en el calendario. Antes y después, el inmueble ha navegado durante estos años sin un uso estable. Así, el espacio se ha convertido en el escenario de actos de distinta índole, siendo utilizado como ‘balcón’ alternativo para actos falleros o como escenario de eventos diversos como la presentación de la nueva imagen del Ivace, el lanzamiento del Plan Simplifica o la recepción a los premiados por la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV). Quedó también en un cajón el plan integral diseñado bajo el gobierno de Puig, que nunca se llegó a desarrollar, o la reciente propuesta, ahora desde la oposición, de Compromís de usar el inmueble como biblioteca pública con un espacio de coworking e innovación para jóvenes emprendedores.

Con el nuevo proyecto en torno a Sorolla se recupera, eso sí, uno de los usos que llevan coleando desde hace dos años, aunque con un alcance menor al esperado. Fue durante las elecciones cuando María José Catalá y Carlos Mazón, ahora alcaldesa de València y president de la Generalitat, plantearon la reconversión del edifico de Correos en un Museo Fallero con un acercamiento ‘inmersivo’ a la fiesta mediante la tecnología 4D y la Inteligencia Artificial. Si bien no lo será en su totalidad, esta idea sí encontrará un hueco en su nueva etapa, en la que, aunque los fondos de las Hispanic Society reinarán en el espacio, sí se reservará una sala para albergar una experiencia inmersiva en torno a las Fallas. 

La subsede fallida del IVAM

Por su parte, la historia del muelle 3 del Parc Central, que albergará el futuro Espai Manolo Valdés, tiene una fecha grabada a fuego: noviembre de 2020. Fue entonces cuando la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento de València, entonces con Vicent Marzà y Joan Ribó a la cabeza, anunciaron la esperada ampliación del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), un crecimiento que pasaría por la creación de una subsede en la misma ciudad de València. El propio concurso de dirección, que se desarrolló meses antes y que dio con Nuria Enguita como directora, ya demandaba a los candidatos el desarrollo de un plan para un nuevo espacio expositivo en su proyecto, un planteamiento artístico que más adelante se centró en dos ejes: la conexión con el barrio y un acercamiento a la práctica más contemporánea.

El inmueble, propiedad del Ayuntamiento, fue cedido por 75 años a la Generalitat, un proceso administrativo que fue avanzando sin prisa pero sin pausa, no así la adecuación de unas instalaciones que se retrasaron más de una vez en el tiempo. Tanto es así que con el cambio de gobierno el proyecto no se había terminado de ejecutar, habiendo avanzado en el plano administrativo y artístico pero no en las obras. Ya con Vicente Barrera (Vox) al frente del Cultura de la Generalitat la subsede dejó de ser una prioridad y con José Antonio Rovira (Partido Popular) se acabó descartando por la puerta de atrás. Fue el pasado mes de enero, más de cuatro años después de su anuncio, cuando el IVAM dio el carpetazo final a la subsede al considerar “inviable” continuar con la concesión “tras una evaluación de los objetivos estratégicos, de las circunstancias actuales y de la disponibilidad presupuestaria”.

"La reversión de la concesión de la nave del Parc Central se ha ejecutado porque desde 2020 no se ha realizado ninguna actuación. No se ha realizado la adecuación, no había programación... Por parte del Ayuntamiento se hizo esta concesión con muy buena intención, pero no formaba parte del proyecto tampoco de Nuria Enguita. Si veis el proyecto de dirección cuando ella se presenta al concurso, el Parque Central no estaba previsto”, defendió la gerente del IVAM, María Ayuso, en enero, preguntada por la prensa tras conocerse la noticia. Cabe recordar, sin embargo, que el propio concurso a través del que Enguita accedió a su plaza demandaba en sus bases el desarrollo de un proyecto específico para una nueva sede, un plan que la exdirectora desarrolló entonces bajo el nombre genérico de ‘Nou Espai’ y que, una vez en el cargo, desgranó con más detalle, aunque nunca se pudo ejecutar. Tras el descarte de la Generalitat, el Ayuntamiento coge ahora el guante dándole un uso cultural, aunque sin el IVAM como inquilino. Próxima parada: Espai Manolo Valdés. 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo