EL CABECICUBO: SERIES, DOCUS Y TV

Pilar Rubio no es Kim Kardashian

El reality sobre la vida de la española es insípido y plano

20/05/2017 - 

VALÈNCIA. Hay algo que hace que resulte interesante seguir a Kim Kardashian y su familia desde el 14 de octubre de 2007 -pronto cumplirá una década su programa- o el reality circunstancial de Mariah Carey, Mariah´s world. En estos programas las divas no solo muestran cómo son sus trabajos y negocios en el día a día, también venden su intimidad. Gracias a eso sentimos vergüenza ajena en nuestras casas y somos felices, con la denterilla, y por eso decimos al unísono al término de cada capítulo: queremos más.

El reality de Pilar Rubio en Fox Life no tiene nada de eso. Finalmente, al contrario de lo que se rumoreó, Sergio Ramos no aparece con ella. Sale solo la presentadora haciendo ejercicio, yendo de sesión en sesión de fotos y alguna cosa que otra más ¿Se puede comparar eso con el capítulo en el que Kourtney Kardashian dio a luz en plano ginecológico asiendo ella, sacándoselo a sí misma, el bebé? ¿Puede competir Pilar Rubio friendo tortitas de avena para desayunar (porque sacian mucho, dice) con el día en que Kourtney decidió sorprender a su familia preparándoles para cenar una placenta humana (descubrió que era muy sano y les dijo lo que era cuando estaban en los postres)?

Mientras Pilar Rubio recomienda una vida saludable, con recetas y trucos dietéticos, tomándose batidos verdes de esos que se beben los americanos por la calle, Mariah Carey se pasó su reality con una copa de champán perenne en la mano, diamantes por todas partes y unos escotes XXL. Durante la gira no hizo más que flirtear con un bailarín de su troupe a espaldas de su prometido, un millonario australiano con el que terminó rompiendo para irse con el niño, el bailarín, al que también abandonó tildando su entorno el affaire de "mera distracción". No hay camiseta heavy de Pilar Rubio que contenga más rock and roll que la actitud de Mariah, aunque lo de la Carey sea la canción melódica.

Los episodios de Fit Life empiezan muy parecido a los de Keeping Up with the Kardashians. Bien maquillada, Pilar al gimnasio. Es lo mismo que hacen ellas, pero aquí lo que falla es el lujo, Kourtney y Khloe Kardashian cuando salen a hacer ejercicio es en el jardín de su casa, que tiene cancha de basket. Y las entrena Don Brooks, que es tan famoso en California haciendo sudar a las celebrities que tiene hasta merchandising con su nombre.


Pero ni salvando las distancias entre Hollywood y La Moraleja logramos conectar. Pilar Rubio en Telecinco no logró situarse como una presentadora de cabecera de la casa por algo. No es fácil alcanzar una conexión con la audiencia de esa cadena. No basta con la belleza desde luego. Pilar no tuvo el carácter necesario, una personalidad fuerte y especial, y en su reality, años después, se sigue notando

Plano e insípido

Durante la mayor parte del tiempo no logra explicar nada interesante, o que no sea obvio, ni hace gala de un sentido del humor contagioso. Ni siquiera da lo mínimo que se puede pedir en estos casos, que es vergüenza ajena. Digamos que pone en verdaderos aprietos a José Mota si algún día quiere parodiarla. Hay poco margen porque ni pasa algo ni hace nada.

Solo en el tercer capítulo emitido hasta ahora hubo un instante, pero solo unos segundos, en los que pareció brotar la verdadera Pilar Rubio. Fue cuando mostró su colección de camisetas heavys, con mención especial a la del concierto de Guns N´Roses en el Vicente Calderón de 1993. Ahí le cambió hasta la forma de hablar, le salió acento de Madrid y todo. Se notaba que en ese escaso minuto y medio hubo verdad.

Va a estallar el Actimel

Del mismo modo, este capítulo, titulado "Rockera", tenía un mínimo de atractivo. Aparecía el metal frontman patrio por excelencia, Fortu, y Pilar Rubio le hizo una pregunta que yo jamás pensé que fuera a ver que alguien le hacía al cantante de Obús. Decía: "¿Qué dieta o rutina de ejercicios haces para aguantar tres horas en el escenario?"

También acudía al concierto de un grupo que se llama Sabaton. Yo conocía a Black Sabbath y a los también ingleses, pero posteriores, Sabbat, y me alegro mucho de no tener ni idea de quiénes son Sabaton, aunque tocaron en el Palacio de los deportes de Madrid, donde no se mete cualquiera. Ella se presentó como fan y habló en la cola de entrada con los fans de las pintas que llevaban. Por resumir, algunos iban con orejas postizas de Goblin. Hubiera sido una ocasión ideal para marcarse una como la del perro Triumph de Conan O'Brien en la cola del estreno de 'El ataque de los clones'. Pero la protagonista no tiene esos registros ni de lejos. Aquí todo es naive a más no poder, por mucha atmósfera metalera que haya.

Luego las imágenes a cámara lenta de gente caminado por Madrid con música indie y el empleo de la palabra "healthy" en mitad de la lengua de Cervantes para lo que sirven, más bien, es como aliciente para no llevar el tipo de vida que promueve el programa. Hasta para algo tan simple como explicar qué tipo de maquillaje se pone para cada cosa y cómo, echamos de menos algo rollo Kardashians. En su reality se riza el rizo con este tema cuando vemos que la hija de Kim, North, de cuatro años, le pregunta a su madre antes de besarla si está maquillada o no, porque tiene prohibido hacerlo en caso de que sí. Ese adiestramiento de la cría, con sus conjuntos baby de medio millón por prenda, nos ayudan a criticar con fundamento y buena materia prima.

Estar en forma para hacer el mal

Otro problema es que Pilar Rubio siempre ha sido guapa y ha tenido una figura esbelta. Khloe Kardashian, que también tiene su propio reality sobre dietas y ejercicios, titulado Revenge Body, viene de todo lo contrario, nunca había sido sexy. Sin embargo, en los años de Kardashians televisadas, sometiéndose a diferentes torturas para la mujer contemporánea, se ha abierto paso como modelo posando en revistas y en los mentideros se especula con que quizá haya conseguido superar a su hermana Kim en atractivo. Dramón.

De esta manera, con esa óptica, con enfoque, el concepto de su show personal no puede ser más abyecto. Consiste en que cualquiera adelgace con la ayuda de Khloe y que luego se presente delante de quien le haya llamado gorda en algún momento de su vida para insultar a esa persona y ver qué cara se le queda ahora, que es super sexy. No es que recomendemos a la presentadora semejantes miserias, pero a la hora de zapear la cosa está bastante clara.

Porque para llevar este aire tan aséptico, de buenos consejos y vida profesional súper estupenda, lo ideal hubiera sido que, como mínimo, asomara Sergio Ramos por ahí. Les funcionó a Alaska y Mario y ahora Patricia Pérez y su marido Luis Canut están en La Sexta vendiendo el estilo de vida ese de los bárbaros del norte, el hygge. Lo que le falta en la ecuación a Pilar Rubio es que no se puede ser guapa, triunfadora, estupenda, sencilla y natural, todo a la vez. Sin más. Porque es un coñazo.