VALÈNCIA. Todo Raphael es un espectáculo de excesos: de voz, de gestos, de movimientos y de confesiones en sus letras. Un artista valiente, que ha cantado siempre como ha querido, sin hacer caso a las burlas y a los chismorreos que generaba a su alrededor.
Comenzó su carrera profesional en 1962 cuando triunfó en el Festival de Benidorm por su voz prodigiosa y su particular manera de interpretar, aunque fue sin duda el tema Yo soy aquel, con el que participó representando a España en el Festival de Eurovisión de 1966, el que lo hizo famoso. A pesar de quedar en la séptima posición, la melodía lo catapultó a la fama y es un clásico de la canción melódica.
Manuel Alejandro, uno de los más grandes compositores españoles, la pluma detrás de los éxitos de Rocío Jurado, Jeanette, Julio Iglesias o El Puma, confesó a varios medios de comunicación, que había escrito Yo soy aquel para Lucho Gatica; pero el círculo cercano al cantante chileno le impidió entregarle el tema, que hizo que la carrera de Raphael despegara.
La unión entre el cantante andaluz, nacido en Linares, y el compositor ha conseguido crear la banda sonora de una época gloriosa de la balada romántica en español.
Provocación, Estar enamorado, Cuando tú no estás, No puedo arrancarte de mí y Estuve enamorado forman parte de este repertorio con el que Raphael triunfó mundialmente y cosechó, según su página oficial, 326 discos de Oro; 49 de Platino y el único premio de Uranio, que ha recibido un artista en español por la venta de más de 50 millones de copias.
Sus amaneramientos sobre el escenario siempre han despertado especulaciones sobre su orientación sexual. Incluso, según algunos periodistas, esa actitud equívoca bajo los focos era buscada y premeditada para alimentar el morbo.
Ayudaban a alimentar esa ambigüedad los arreglos excesivamente melodramáticos y operísticos que aparecen en hits como Cuando tú no estás, En carne viva y No puedo arrancarte de mí.
De poco ha servido su largo matrimonio y los hijos que ha tenido para detener los rumores y Raphael tampoco se ha preocupado mucho por acallarlos. Se ha limitado a no darles importancia, a decir que le hacen gracia los cotilleos y a alegrarse cuando le señalan que es un icono gay.
Quizá la mejor manera que ha tenido de responder al escándalo que se ha generado a su alrededor se encuentra en los temas Qué sabe nadie y Digan lo que digan, dos de sus más grandes éxitos, que encierran una filosofía de vida que ha permeado toda su carrera.
“Qué sabe nadie, lo que me gusta o no me gusta de este mundo, qué sabe nadie, lo que prefiero o no prefiero en el amor, a veces, oigo, sin querer, algún murmullo, ni le hago caso, y yo me río, y me pregunto” canta en el primero, mientras que en el segundo deja claro lo poco que le afectan las habladurías.
Con el paso del tiempo, El divo de Linares se ha convertido además en un símbolo para las generaciones actuales. Su inclusión en el cartel del festival indie Sonorama en Andara del Duero en el 2014 recibió críticas, acaparó titulares y la organización se apresuró en anunciarlo como "confirmación de lujo".
Su nombre, que podría ser asociado a los melódicos casposos que triunfaron hace décadas, parecía no cuadrar en una cita de la música alternativa encabezando un cartel que incluía a Izal, Nacho Vegas, León Benavente, Depedro, Second y El Columpio Asesino.
Sin embargo, Raphael ha conseguido fascinar a las nuevas generaciones tanto como lo hizo con sus padres.
Su influencia no es solo entre el público, que acudió masivamente a su presentación en el Sonorama. Sus fieles seguidores se encuentran también entre músicos que lo veneran y que versionan sus éxitos.
Fangoria fue una de las primeras bandas al hacer un remix de Mi gran noche. Los granadinos Niños Mutantes eligieron Como yo te amo, mientras que Corcobado llevó Digan lo que digan a su terreno y Miss Cafeína hizo un cover de Qué sabe nadie.
Cruzando el océano, en América Latina, donde Raphael ha tenido un enorme recibimiento y aceptación, Beto Cuevas, quien fuera líder de la banda chilena La Ley, escogió Digan lo que digan como el primer single de su disco Colateral, publicado en el 2019.
"Es una de esas canciones clásicas que invitan a canalizar el lado positivo y optimista de la vida, a ser fieles a nuestros ideales, pensamientos, y libertades, pero también y sobre todo, a confiar en nosotros mismos, a través del empoderamiento personal, sin importar el prejuicio ajeno", aseguró Cuevas al presentar el tema.
Incapaz de alejarse de los reflectores, estuvo en medio de la polémica por el concierto que ofreció en el Wizink Center de Madrid en diciembre del 2020, en medio de una ola de contagios por el coronavirus. A pesar de la situación, los cinco mil asistentes comprobaron que Raphael sigue siendo aquel.