Debuta como director titular de Les Arts con un monográfico de Hector Berlioz que incluye también Sinfonía fantástica
VALENCIA. Roberto Abbado ha iniciado los ensayos de Lélio, de Berlioz, con el actor Nacho Fresneda, el tenor Mario Zeffiri, el barítono André Heyboer, el Cor de la Generalitat y la Orquestra de la Comunitat Valenciana.
El maestro Abbado debuta como director musical de Les Arts el próximo 5 de noviembre con un concierto monográfico dedicado a Hector Berlioz, que incluye también Sinfonía fantástica. Se trata de la quinta y última propuesta de la Pretemporada para conmemorar el X aniversario de la inauguración de Les Arts.
El actor valenciano Nacho Fresneda pone su voz a los textos de Lélio, o el regreso a la vida, un monodrama lírico con texto de Berlioz, escrito como complemento a la Sinfonía fantástica, que requiere de actor, tenor y barítono y que el público de Les Arts contemplará en una versión semiescenificada a cargo de Allex Aguilera.
Conocido por el gran público por sus papeles en series televisivas de éxito como El ministerio del tiempo o Isabel, Nacho Fresneda cuenta además con una destacada trayectoria teatral con trabajos para Calixto Bieito o Lluís Pasqual, entre otros. Le acompañan en Lélio dos cantantes de reconocida proyección internacional: el tenor Mario Zeffiri y el barítono André Heyboer, que trabajan por primera vez en Les Arts.
Zeffiri ha recibido recientemente la prestigiosa distinción de Kammersänger. A lo largo de su carrera ha cantado en los principales teatros de ópera europeos y ha sido dirigido por directores como Roberto Abbado, Daniele Gatti, René Jacobs, Nello Santi y Alberto Zedda. Ha registrado diversas grabaciones con Riccardo Muti, entre las que también figura Lélio.
El barítono francés Heyboer, por su parte, desarrolla una emergente carrera en París, donde cultiva tanto el repertorio francés e italiano del XIX como la ópera contemporánea. Ha trabajado con directores como Marco Armiliato, Daniel Oren, Evelino Pidò, Michel Plasson, Carlo Maria Rizzi, o Tugan Sojiev.
Lélio podría definirse como un melólogo, un subgénero teatral protagonizado por una sola persona, que consiste en el desarrollo de un monólogo en el que los pasajes culminantes o emotivos son subrayados por un acompañamiento musical.
La obra ofrece al oyente-espectador un paseo emocional por la intimidad del propio Berlioz. Así, dado que la Sinfonía fantástica nos presenta la música programática del suicidio por sobredosis de opio de un compositor, entre terribles visiones, en Lélio se asiste al despertar del infructuoso suicidio. Apenas una suerte de ensueño, en el que la música de Shakespeare, las tristezas de una vida y la ausencia del amor por la mujer perdida, irán tomando forma en una sucesión de momentos de declamación, canto y música orquestal -tan del gusto romántico-, con la omnipresente idée fixe (un leitmotiv emocional) figurando ubicuamente a la amante desaparecida en esta nueva vida a la que Lélio-Berlioz regresa, no sin evidente disgusto, y a la que sólo la esperanza en la literatura, el arte y la belleza podrán devolverle su razón de ser.