VALENCIA. El presidente de la gestora del PP de Valencia, Luis Santamaría, presentó este martes algunos de los pasos que próximamente llevará a cabo el órgano que preside tras ocho meses de dirección provisional. Movimientos que, de alguna manera, sumen esfuerzos y aumenten la coordinación con el portavoz independiente en el Ayuntamiento de Valencia, Eusebio Monzó, para "echarle un cable" en la labor de oposición al tripartito municipal.
Dentro de este marco de nueva oposición, el PP de Valencia celebrará los días 4 y 5 de noviembre unas jornadas de puertas abiertas para atender los problemas presentes en las reuniones de las asociaciones de vecinos y que conciernen a la acción política del equipo de gobierno local, de manera que el partido "pueda centrar en ellos su labor de fiscalización".
Hasta ahora, la gestora "no había tenido un papel protagonista" porque así lo había creído oportuno el grupo. No obstante, este martes, el presidente del órgano y diputado autonómico, Luis Santamaría, avanzaba que, "a la vista de que la semana que viene pueda haber un Gobierno de España", el partido debe comenzar a controlar la acción política del alcalde, Joan Ribó, y el resto de concejales y así volver a resonar en el ámbito local.
Cabe señalar que la labor de oposición en estos ocho meses del PP en el Ayuntamiento no ha sido sencilla para su portavoz, Eusebio Monzó, pues la actividad en el hemiciclo de los populares quedó diluida después de que nueve de los diez ediles fuesen suspendidos de militancia –aunque continuasen dentro del grupo-. De hecho, este verano defendieron su posición y se aferraron a su acta -a pesar de que la dirección regional se la solicitase- hasta que, como marcan los estatutos del partido, se les abriese juicio oral.
Así, mientras la gestora ha decidido tomar las riendas de la oposición y acercarse a Monzó para "no ponerle las cosas fáciles al alcalde", los ediles suspendidos de militancia continúan tratando de mantener su posición en el Ayuntamiento convocando ruedas de prensa como la del pasado viernes, en la que Alfonso Novo no sólo valoró la acción política del equipo de gobierno de Ribó –concretamente las políticas de vivienda de la concejala María Oliver y actuaciones en el barrio de El Cabanyal-, sino también sobre la situación de Miquel Domínguez, que se dio de baja del partido la pasada semana pero mantuvo su acta en Les Corts después de que el TSJ le abriera causa por presunto blanqueo de capitales en el caso Imelsa.
A este respecto cabe señalar que la relación entre el partido y los ediles es complicada, una coyuntura que incluso han llegado a confirmar diputados autonómicos como la portavoz adjunta de Les Corts, Eva Ortiz, que el pasado jueves aseguró que no se mantenían conversaciones con los concejales imputados y la relación del grupo tan sólo se conservaba con Monzó.
Con este acercamiento provisional -pues la gestora estará constituida hasta que se celebre el próximo congreso local- entre órgano y Monzó, el escenario en el que se mueve el portavoz independiente es el más delicado, ya que esta nueva alianza supondría relegar finalmente la acción política que hasta ahora han tratado de mantener los ediles investigados, que son los que, junto a Monzó, se mantienen en la Casa Consistorial y tienen acceso a la información.
No obstante y a pesar de los complicados equilibrios, estos movimientos también se enmarcan dentro del proceso de renovación que desde la dirección regional se está tratando de llevar a cabo, alejar al partido de todo vínculo pasado que pudiera afectar a la nueva imagen en la que trabaja la formación. Una etapa de reconstrucción del PP que pasa incluso por que el partido cambie de sede en los próximos meses. El intento de Santamaría de fortalecer la relación con Monzó apunta a dirigirse, precisamente, protagonizar en mayor medida la labor de oposición de Ribó en detrimento de los ediles investigados.