VALÈNCIA. Los teatros municipales miran ya de cara al inminente cierre de temporada, una despedida temporal que llegará a final de mes con un evento nocturno con el que bajarán la persiana hasta pasado el verano. Entre una fotografía y otra, la del cierre y el próximo inicio de curso, eso sí, habrán cambiado los ‘jefes’. Tras las elecciones del pasado 28 de mayo, el Ayuntamiento de València volverá a estar gobernado por el Partido Popular tras ocho años de gobierno de Compromís y PSPV, acompañados de València en Comú durante la primera legislatura. El cambio de colores en el consistorio marcará un nuevo ciclo en la gestión cultural y, claro, también en el Teatre el Musical (TEM) y La Mutant, un nuevo ciclo que tiene varias incógnitas por resolver. Y es que, ciertamente, los teatros públicos no han sido los protagonistas de las propuestas electorales por parte de ningún partido político, con lo que toca esperar para conocer cuál es el modelo que se aplicará en unas salas que han sido símbolo de las luces y las sombras de la gestión cultural en València.
Fue precisamente en 2015 cuando el TEM abrió de nuevo sus puertas, convertido entonces en símbolo del recién 'estrenado' tripartito. La fotografía del cambio no solo tenía que ver con el nuevo rumbo artístico, sino también con una cuestión de base, la gestión, que en ese momento asumió el propio Ayuntamiento, una reconfiguración del modelo que no fue de ninguna manera una cuestión ligera. Fue dos años antes cuando el Ayuntamiento, entonces liderado por Rita Barberá, adjudicó la gestión del espacio a la productora de José Luis Moreno Crystal Forest, un contrato que el nuevo equipo de gobierno pidió resolver por "incumplimientos de la adjudicataria", con una penalización de 423.000 euros. El conflicto entre unos y otros se resolvió finalmente en febrero de 2022 cuando, tal y como recoge Europa Press, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) resolvió a favor del Ayuntamiento al considerar que la liquidación del contrato y la penalización son conformes a derecho.
Mientras el conflicto seguía su camino legal, la sala comenzaba una nueva etapa marcada por la gestión municipal, un camino al que pronto se sumaría Olga Álvarez como primera coordinadora artística tras el ‘reseteo’ del espacio. En estos años, ahora con Juanma Artigot al frente, ha afianzado su posición en el circuito local tejiendo redes con profesionales locales y de fuera de la Comunitat y un programa que ha crecido más allá de la propia exhibición. La relativa estabilidad de la sala, sin embargo, es un espejo en el que no se puede mirar su teatro ‘hermano’. La trayectoria de La Mutant ha tenido no pocas sombras en estos años, un espacio que ha pasado de estar cerrado por los daños causados por las inundaciones a pasar varias temporadas sin 'capitán', lo que ha obligado a adelgazar su propuesta artística ante la falta de equipo.
Actualmente La Mutant está liderada por Tatiana Clavel, quien aterrizó a principios de esta temporada. Su llegada se ejecutó más de un año después de la salida de su anterior directora, Marta Banyuls, que llegó en su día con la misión de relanzar la sala y cuya prematura salida obligó a dar pasos atrás en sus objetivos. La Mutant se quedó de nuevo sin dirección ni prácticamente programación, una situación que provocó críticas entre los profesionales del sector. La situación se alargó durante más de un año hasta la llegada de Clavel, un 'fichaje' que, cabe destacar, es temporal. Y es que el cambio de caras se planteó como una remodelación más profunda que suponía un cambio en total en su dirección.
Así, la concejalía de Acció Cultural puso sobre la mesa la creación de una plaza fija de dirección que dote de mayor estabilidad al teatro y esquive los continuos concursos para renovar su dirección. Este cambio también incluiría al TEM, aunque este se encuentra en un punto distinto, en cualquier caso, pues el contrato de su actual director, Juanma Artigot, sigue vigente hasta 2024. En cualquier caso, el horizonte del proceso es la creación de dos plazas que frenarían la rotación en la dirección, un proceso que ha sido iniciado pero no concluido, con lo que tocará al gobierno popular aterrizar, modificar o plantear un nuevo modelo para unas salas municipales.
Con todo, el TEM y La Mutant cierran temporada uniendo fuerzas con una “experiencia nocturna” que llega bajo el lema En lo oscuro está lo infinito, un proyecto que se desarrollará desde las 20 horas del 29 de junio hasta las 8.30 de las mañana del día siguiente y que propone al público indagar en la noche y en el lado “secreto” del arte. El proyecto se plantea como una “constelación” que pone en relación trabajos y propuestas de artistas en diferentes formatos que abordan “el tema de la oscuridad como sustancia o materia, como un espacio que nos permite habitar y donde la vivencia del cuerpo es otra”, avanzan sus organizadores, Paula Miralles y Vicente Arlandis, del colectivo Taller Placer.
En lo oscuro está lo infinito empezará durante el crepúsculo en el TEM con Light Years Away, de Edurne Rubio, donde se trasladará a la audiencia al interior del Monumento Natural de Ojo Guareña, en Burgos, a través de la experiencia de su padre, que era espeleólogo, y finalizará al alba en La Mutant con el concierto de campanas de Llorenç Barber y Montserrat Palacios, Clarejares. Entre una cosa y otra, de 21.30 horas a 07.30 de la maana, se realizará un recorrido nocturno en grupo por diferentes lugares de la ciudad. Entre sus hitos habrá una conversación con un astrofísico sobre la oscuridad del cielo en la ciudad, así como un paseo por zonas periféricas donde aún hay resquicios no afectados por la contaminación lumínica.
“Buscamos un grupo de cómplices. Buscamos otras formas de relación entre el cuerpo y el tiempo; esa sensación que todos tenemos cuando poco a poco se extingue el día o cuando se apaga la luz en una sala y parece que nos difuminamos en el espacio infinito de la oscuridad: entre lo real y la ficción, entre la vigilia y el sueño, entre lo presente y lo ausente, entre el agotamiento y la resistencia”, explican desde Taller Placer. En palabras de la directora de La Mutant, Tatiana Clavel, “esta propuesta insiste en la idea de formatos más duracionales, donde el público no es un ser pasivo que viene al teatro sino que participa de la propia práctica escénica”, una propuesta que, añade el director del TEM, Juanma Artigot, “invita a la reflexión y al debate sobre la idea de noche y oscuridad, al abrigo del ritmo y los tiempos que marcan la lobreguez de la urbe, de la dimensión física de la oscuridad y de las personas que la habitan”.