Teresa Cebrián: "La oficina de internacionalización debería estar en la institución, no en la Acadèmia"

VALÈNCIA. Todo listo para los Premis Berlanga 2023, la gran noche del cine valenciano, que se celebrará este sábado en el Palau de Les Arts de València. Estos días previos, también sirven para hacer radiografía del año en el sector, con un contexto industrial y otro político que determinan el día a día de las productoras y creadores. 

Por otra parte, se cumplen 15 meses desde la elección de la nueva junta de la Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual, que ha propuesta diferentes líneas nuevas de trabajo, como gloVAL, la oficina de internacionalización. Sobre ambos planos, Teresa Cebrián, presidenta de la Acadèmia, contesta las preguntas de Culturplaza.

- ¿Qué contexto, puramente industrial, determina las nominaciones y la gala de este año?
- Te empiezo a contestar por el galardón que no vamos a dar, que es el de largometraje de animación, porque no ha habido ninguna película candidata. Todos sabemos lo complicada que es la animación y esto nos va a pasar otros años. Por lo demás, creo que si el año pasado decíamos que estábamos en un buen momento, pienso que este año seguimos teniendo producciones potentes, películas que han viajado muy bien por festivales, obra de creadoras y de creadores que funcionan y que tienen prestigio.

Hemos tenido 10 películas más que el año pasado presentadas como candidatura, con lo cual creo que significa que gozamos de buena salud. Es verdad que puede faltar alguna, pero esto muchas veces se debe a criterios de distribución. Esto también nos pasará siempre. 

- Este año, a diferencia del año pasado, las películas que se presentan, los creadores (sobre todo los directores y directoras) no cumplen con esa valencianía que se le pide a los premios desde parte del sector. ¿Ha sido una cuestión de bases?
- El año pasado había unas bases muy restrictivas. Se daba la paradoja de que, por ejemplo, de un equipo de dos guionistas, uno de aquí y otro no, solamente se podía presentar candidato y nominar a uno de ellos, cuando la creación era de ambos. Y esto sucedía en varias categorías. En el último año se hizo una convocatoria abierta a académicos y académicas para trabajar sobre esas bases, para trabajar, entre otros, sobre ese aspecto. Y se llegó a la conclusión de que sería más adecuado, para no excluir a ciertas personas que también merecían estar ahí, hacer escala de criterios que tenían que cumplir las producciones con unos porcentajes de puntos para ser películas valencianas y a partir de ahí, con todos esos criterios cumplidos podría estar nominado todo el equipo.

Otro ejemplo, Denis Ménochet, que ganó Goya por As Bestas, era francés y ganó el premio muy merecidamente. No se puede excluir a los equipos de las películas. Es verdad que este año, por ejemplo, en esa categoría tenemos a Sergio Caballero y tenemos que hablar con todos los intérpretes porque hay que llegar a un punto de equilibrio para que no se produzcan situaciones que puedan incomodarles,

Si no nos gusta y no funciona, el año que viene volveremos a abrir un proceso abierto de consulta, nos reuniremos con todos aquellos que quieran participar; y si se decide volverlo a cambiar, se volverá a cambiar.

- Ya conociendo los nominados y nominadas, ¿el efecto que se esperaba con el cambio de bases ha sido el deseado?
- Tendremos que hacer balance después de conocer los resultados de las votaciones de la gente, porque una cosa son los parámetros que tú establezcas para decidir la valencianidad de las obras, y luego esta militancia de la valencianidad también se expresa con el voto, y el voto sí que es libre.

- En una entrevista con Eduardo Guillot, de La Mostra de València, contaba que el festival estaba estrenando  algunas producciones valencianas que no eran ni siquiera candidatas. Hablaba del otro cine valenciano.
- Esta conversación yo ya la tuve antes de esa entrevista contigo y la he tenido después con Eduardo Guillot. Yo no lo calificaría así. Nosotros hacemos una convocatoria abierta. Todo aquel que cumple requisitos se puede presentar. No es que exista otro cine valenciano, es que se toman decisiones en función del calendario de festivales y en función de las estrategias de distribución.

Ha habido películas (que además nos lo han dicho expresamente) que con mucha pena no se han presentado porque tenían otra estrategia. Después hay a quien se le olvida y se le pasa el plazo. Y si fueran los Goya, yo me pregunto si esto no sucedería. 

Dudo mucho que haya otro cine valenciano porque no es que seleccionemos las películas, abrimos una convocatoria y el que quiere se presenta.

- Esta es la primera edición de los Premis que se han desarrollado plenamente con la nueva junta. ¿Cuál es el objetivo principal que tiene que perseguir la gala, que sea ser altavoz de cara a lo nacional o en clave interna?
- La gala tiene muchas facetas. El principal objetivo es que toda la producción del año tenga visibilidad. Que se ponga en valor a la producción y a los profesionales. Ahí tienen su escaparate. Ahí está también esa ventana que nos abre la televisión pública para ver si vamos creando ese star system que es tan necesario. Tiene que servir también de promoción exterior de nuestros trabajos, de nuestros proyectos.

Y es también ese reconocimiento a toda la gente, a todos los creadores y las creadoras de nuestro sector. También tiene que servir un poco para prestigiar y poner en valor a todo el sector y el trabajo que hace la academia. Debe ser el evento que nos haga convertirnos en objeto de deseo: “Quiero estar en los Berlanga, quiero tener un Berlanga, porque me da prestigio, quiero ser académico, quiero estar ahí”.

- La gran novedad con la que llega este año la Acadèmia es gloVAL, la oficina de internacionalización del audiovisual valenciano. Ya se ha acudido a diferentes festivales, el otro día se organizó una jornada profesional en Ciudad de la Luz… ¿Qué balance se hace de la iniciativa?
- La academia tenía un presupuesto de 100.000 euros del IVC efectivamente para los premios y punto. Cuando nos incorporamos como nueva junta, lo primero que hicimos fue reunirnos con todos los responsables políticos de las instituciones y el primer compromiso que tuvimos por parte de la consellera Raquel Tamarit fue un apoyo algo más firme para poder tener una estructura que nos permitiera, a lo largo del año tener gente que trabaje, tener una estructura que nos permitiera a lo largo del año ir creciendo y desarrollando proyectos más allá de hacer un show televisivo y una gala de premios, aunque sea un objetivo fundamental. Más adelante se nos propuso incrementar esta cantidad en aproximadamente unos 100.000 euros para hacer este trabajo de promoción exterior.

¿Qué sucede con esto? Nosotros tuvimos muchísimo debate interno y lo aceptamos por responsabilidad de cara al sector, porque sabemos que era un proyecto muy demandado desde hace muchísimos años y que ninguna administración había puesto en marcha. Ignoro cuáles son las dificultades que han podido tener, pero gloVAL debería de estar dentro de la institución, ser un departamento propio, con estructura propia, con presupuesto propio, etc., que permitiese desarrollar el proyecto a largo plazo. 

Como esto no era posible y estaba el dinero y no podíamos dejar que se perdieran, decidimos aceptar esta petición que se nos hizo por sentido de la responsabilidad hacia el sector, porque si no lo hacíamos nosotros no se iba a hacer. Seguimos pensando lo que te he dicho, que no debería estar en la Acadèmia. Le decimos constantemente a la administración que han de buscar una manera de asumirlo ellos.

¿Cómo lo pueden hacer? Pues tendrían que fijarse en cómo lo hacen los vecinos de otras comunidades: los gallegos, los vascos, los andaluces, los madrileños, y los catalanes lo hacen de forma ejemplar. Aquí trabajamos con una línea de subvención directa anual, lo cual significa que cuando termina el ejercicio fiscal, nosotros hemos de justificar todas las acciones, todos el dinero. Y entre que justificas, trabajamos con un crédito que pedimos a un banco nosotros. Cuando justificas e ingresas ese dinero, si vuelves a tener esa línea directa de subvención, puedes volver a pedir tu crédito y a funcionar. Y ahí hay un lapso de tiempo que no se cubre. 

gloVAL es muy discutido y muy puesto en cuestión. Muchísima gente dice que no debería estar en la Acadèmia, pero los primeros que lo decimos somos nosotros.

- En todo caso, ¿cuál es la valoración del trabajo hecho? 
- Hay que tener en cuenta que antes no se hacían estas cosas. Por poco que hayamos podido hacer, estamos haciendo, estamos dando pasitos. A nosotros lo que nos llega es positivo, la gente está contenta. Estamos a punto de cerrar el ejercicio y todavía no nos hemos sentado con Daniel Méndez para hacer esta valoración final de lo que ha sido todo el año. 

- Hablábamos del crecimiento a partir de la ayuda nominal de la Generalitat, pero, ¿también está creciendo la Acadèmia de forma orgánica con nuevos académicos?
- Definitivamente sí, hemos tenido muchísimos nuevos ingresos este año. Empezamos en una cifra ligeramente por debajo de 300 académicos y estamos prácticamente en 370 ya. Hay una cosa que nos alegra bastante y es que hemos tenido en los últimos tiempos también un incremento importante de socios junior. La gente joven empieza a conocernos y quiere estar dentro. La creación de un nuevo premio joven puede haber estimulado esto.

- ¿Qué margen de crecimiento tiene la propia Acadèmia en número de socios? 
- Muchísimo. En videojuegos estamos lejísimos. Ya vamos conociéndonos, ya vamos sabiendo quiénes son; ellos ya van sabiendo que estamos aquí, pero ahí tenemos un margen de crecimiento enorme.

En la categoría de socio junior, en toda la gente que está terminando en los centros de estudios, que se está profesionalizando y que puede empezar a formar parte del sector, también tenemos un margen de crecimiento muy grande.

Actores y actrices. La AAPV es la asociación más grande del sector, con 300 o 400 asociados. En la Acadèmia, en la especialidad de interpretación, son unos 60, así que faltan muchos. Guionistas. En EDAV hay 164 asociados en toda la Comunitat Valenciana. En la Acadèmia, la especialidad de guion unos 50. Es decir, tenemos mucho margen de crecimiento todavía.

No sé cuántos podemos llegar a ser, pero si te digo que somos en estos momentos, con unos 370, somos muy pocos. Falta muchísima gente todavía en la Acadèmia.

- Una de las principales iniciativas que habéis llevado a cabo este año es la del protocolo para combatir el acoso sexual y de género, que además firmáis con asociaciones profesionales de otros sectores. El protocolo es de obligatorio cumplimiento por parte de las empresas. ¿Cómo se está llevando el control de esa implementación obligatoria? ¿Se ha conocido ya algún caso?
- Tener un protocolo contra el acoso es obligatorio por ley para cualquier empresa que tenga al menos un trabajador en nómina. No hemos inventado nada porque las mutuas te lo facilitan. Pero somos un sector con unas necesidades y unas características concretas. El protocolo que ya existe y que es de obligatorio cumplimiento, lo hemos adaptado a nuestra realidad. Pero nosotros no podemos controlar eso, son las empresas que tienen la obligación de tenerlo e implementarlo y la administración pública, que es la que crea la ley y la obligatoriedad, la que tiene que velar porque esto se cumpla. 

Esto es un primer paso. En nuestro programa está ese afán por acabar teniendo una oficina, que además estamos trabajando en ella ya conjuntamente con las otras asociaciones con las que hicimos este protocolo. Pero esto es un proyecto más grande, más ambicioso, que requiere de tiempo, de estructura y de financiación. Mientras tanto lo que hacemos es no quedarnos quietos.

- El otro gran reto es la sostenibilidad en los rodajes. Los planes y las auditorías verdes empiezan a ser obligatorias para recibir las subvenciones públicas.
- En esto las diferentes film offices están también trabajando. Nosotros hemos empezado por nosotros mismos: hemos empezado en nuestro día a día y en nuestras actividades, en cualquier acción que hacemos, por implementar esta línea verde. Lo primero que hemos hecho ha sido reducir, medir y después compensar. Y mientras tanto estamos trabajando con la asesoría de Echar a Rodar para hacer una planificación de cómo podríamos hacer para acabar teniendo este sello verde. 

- Para que el lector lo entienda qué significa reducir las emisiones en el día a día de la Acadèmia, ¿puedes poner un ejemplo de algo implementado?
- En la gala este año, como en cualquier actividad que hacemos, ponemos fuentes de agua. Si tenemos que hacer merchandising hacemos garrafas de agua, ya no utilizamos plástico, ya no utilizamos plásticos de un solo uso. Si contratamos un catering, todos los materiales que se empleen tienen que ser sostenibles. Si podemos traer a la gente en un tren, evitamos los coches. Tenemos un cuestionario que pedimos a la gente que rellene para saber cómo vienen, qué huella de CO2 están generando, para intentar en el futuro ir compensándolo o reduciéndolo, o explicando a la gente cómo hacer para generar menos, todo este tipo de cosas.

- No sé si hay cierta resignación por la visibilidad de las películas valencianas más allá de la Comunitat. Se habla siempre de crear un lobby en Madrid, como si hubiera una losa en el audiovisual valenciano.
- Resignación no hay ninguna. Lo que hay es un sector que pelea mucho, con muchísimas ganas de trabajar y estamos ahí para sacar esto adelante e ir levantándolo. Por otro lado, en los dos o tres últimos años, cada vez estamos en más festivales internacionales: se nos reconoce, vamos a festivales y mercados y ya saben qué es València y ya van conociendo nuestras producciones. 

Esa losa que tú dices… Resignación ninguna. Ahí estamos entre todos empujando hacia arriba.

- ¿Pero reconoces esa losa?
- Esa losa yo la doy por levantada. Yo no la reconozco, no, en absoluto. Hay mucho trabajo que hacer y estamos haciéndolo y poco a poco tenemos más visibilidad.

- Tres preguntas de valoración. Lo primero es À Punt, que es la eterna promesa para el audiovisual valenciano pero no termina de materializarse como se esperaba.
- Bajo mi punto de vista, el problema es que À Punt está financiado muy por debajo de lo que debería estar. Si tuviera músculo económico, las expectativas serían otras, pero À Punt está ahogado económicamente. No puede hacer la ficción que debería, no puede hacer los programas que debería, no puede trabajar como debería porque no tiene la financiación que debería, y esto es una apuesta política fuerte y valiente que se tendría que hacer y que no se ha hecho.

- O sea, que el problema no es À Punt.
- Yo pienso que no, creo que el problema es la infrafinanciación de nuestra televisión.

- Cambio de dirección política e ideológica de la Generalitat. ¿Cuál es la posición de la Acadèmia ante este nuevo gobierno? ¿Cuál percibís que es el acercamiento del nuevo gobierno institucionalmente también con la Acadèmia, que es el principal interlocutor del sector?
- De momento estamos a la expectativa. De momento no sabemos qué sensibilidad ni qué plan tendrán porque de momento no hemos tenido una reunión Acadèmia-Nuevo gobierno. Mientras no se produzca esto y mientras no sepamos esa línea presupuestaria definitivamente aprobada cuál va a ser, no sabemos tampoco muy bien cuáles van a ser las intenciones.

Sí que es cierto que nuestro audiovisual está en un muy buen momento. Como te he dicho empezamos a tener reconocimiento fuera, así que, y ahora voy a hablar por mí, pienso que ahora que hemos emprendido este camino, no sería el momento de dar un paso atrás, ahora sería el momento de seguir impulsando al sector.

- Promover el cierre de La Mostra de València, por ejemplo, sería dar un paso atrás.
- Obviamente.

- Una última pregunta, a partir de la entrevista con José Luis Moreno, concejal de Cultura del Ayuntamiento de València, se abrió el melón de la fusión entre La Mostra y Cinema Jove. Mójate.
- Los dos festivales de cine de Valencia son festivales con dos líneas de trabajo muy diferentes y veteranos. Yo entiendo ese deseo de que la ciudad de València tenga un festival grande y reconocido internacionalmente, como puede tenerlo Valladolid. Sería maravilloso para el sector. 

Pero creo que sería una tarea muy complicada aunar esos dos espíritus que son tan diferentes. Cada uno tiene un lugar en el mundo y un sentido, y eso debería respetarse. Lo que hay que hacer es trabajar para que ambos sean muy grandes y nos posicionen en el mapa de los festivales con todo el prestigio que cada uno de ellos merece porque cada uno de ellos hace un trabajo importantísimo.

Un festival internacional potente y grande en València sería maravilloso, pero supongo que al final supondría sacrificar uno de los dos, o ambos. No sé si me gusta la idea.