This is America: Paul Graham indaga en las luces y sombras de Estados Unidos

VALÈNCIA. “El arte no es un lujo, es esencial para la vida”. Amén. Con estas palabras, el fotógrafo británico Paul Graham resumía grosso modo lo que el público se va encontrar cuando se adentre en el universo de The Whiteness of the Whale (La blancura de la ballena), que desde ayer mismo se puede visitar en Bombas Gens Centre d’Art. Es exactamente eso: arte y vida. Y no intenten cambiar las palabras porque no funciona del mismo modo. “Lo que me gusta de la fotografía es como baila con la vida muestras sucede, como baila un tango con ella. Se podría decir que es documental, pero sería inadecuado”. Fue precisamente Vicente Todolí, director del área de arte de la Fundació Per Amor a l’Art (FPAA), quien indició en la distinción que hizo Walker Evans entre lo documental y el documentary style. “Llamémoslo fotografía”, concluyó Graham. El autor aterriza en València para la que supone su tercera exposición en España, tras haber pisado PHotoEspaña y la Fundación Botín, muestra que se podrá ver en la antigua fábrica de bombas hidráulicas hasta el 27 de mayo y que presentó ayer junto al propio Todolí; Nuria Enguita, directora de Bombas Gens, y Susana Lloret, directora de la FPAA.

Esta exposición reúne por primera vez tres series fotográficas realizadas en Estados Unidos entre 1998 y 2011: American Night (Noche americana) (1998-2002), a shimmer of possibility (un destello de posibilidad) (2004-2006) y The Present (El presente) (2009-2011). La muestra incluye unas sesenta obras entre las tres series, que funcionan como una trilogía informal unida no solo por un sujeto común, sino también por temas subyacentes tales como la desigualdad racial y social, la textura de la vida cotidiana y la naturaleza de la visión, la percepción, y la fotografía en sí misma. Fue el choque del inglés con la sociedad norteamericana lo que derivó en distintos proyectos que representan la “fractura del país”, una sociedad que edita la realidad para dejar fuera de ella a los pobres, “invisibles” ante los ojos de muchos pero tan parte del país como todos ellos. “Graham busca constantemente soluciones innovadoras ante los retos que presenta fotografiar la vida tal cual es, creando obras que interpelan el tejido social de la América contemporánea y que al mismo tiempo reflejan experiencias más amplias del ver y del estar en el mundo de hoy”, incidió Enguita.

Comisariada por Christopher McCall y organizada por Pier 24 Photography (San Francisco), cuatro de las obras que se exponen en la muestra pertenecen a la colección Per Amor a l’Art, que suma un total de nueve obras del artista en sus fondos. “Paul Graham tenía que estar en la colección. Por ser uno de los fotógrafos más importantes del panorama actual, continuador de la Street photography, y por llevar más allá el legado de maestros como Walker Evans o Robert Frank”, aseveró Todolí. Cronológicamente, es American Night (1998-2002) el primer conjunto de fotografías producido por Graham en Estados Unidos, un primer acercamiento al país en las que da cuenta de un país dividido. Mediante la combinación de imágenes sobreexpuestas, casi invisibles, y fotografías a todo color, la obra presenta visiones de contrastes que sugieren una brecha de clase omnipresente pero a menudo silenciada en la América contemporánea. “Nos enfrenta a lo que queremos ver y a lo que no”, explicó Lloret, que destacó el diálogo que genera su trabajo entre lo tierno y lo duro. “Como la vida”.

Por su parte, la serie a shimmer of possibility (2004-2006) es el resultado de viajar y deambular por la América cotidiana, la mirada de alguien que sale discretamente a descubrir el país y lo conoce a través de una serie de encuentros dispares con personas y lugares, obra, que desarrolla una epopeya americana de las cosas pequeñas, de lo incidental, constituyendo un diario de breves encuentros que se tornan destacables gracias a la naturaleza de la atención de Graham. Si bien uno podría conectar su obsesión con la luz –solo- con la fotografía, también hay un punto personal que salpica su producción, en la que también retrata a distintos personajes con, por ejemplo, parches. Un accidente doméstico le dejó sin visión durante diez semanas, una experiencia que no deja de formar parte de la forma en la que se enfrenta al acto de fotografiar. “En la era de Internet, Paul Graham nos permite con la foto fija parar y durar”, explicaba Nuria Enguita, quien destacó el poder de la fotografía del autor para “transformar nuestra propia mirada”.

La sección más actual es, precisamente, The Present, que recuerda la tradición de la street photography (fotografía callejera) neoyorquina, sintetizando la frenética energía de Manhattan y los cambios constantes de atención de la mirada. Mediante agrupaciones de dos o tres fotografías, Graham imita la fluidez de la conciencia urbana ajustando el enfoque de su cámara a lo largo de breves fracciones de tiempo. En The Present la tragedia, la comedia, la dignidad y la tristeza se entrelazan en el tejido de la vida, dentro de la condición ineludible de la ciudad. Esta supone su sección más “provocativa”, un conjunto de fotografías que, explica el autor, envejecerá de una manera “interesante”. Desde finales de los noventa y hasta 2011, esta colección de imágenes refleja la lucha de clases y la desigualdad racial en unos Estados Unidos que siguen lidiando con este su gran caballo de batalla.

La conversación parece darse hoy más que nunca, con movimientos y campañas de visibilización que hacen que la sociedad americana se tenga que enfrentar hoy a fantasmas que lleva años barriendo bajo la alfombra. A pesar de lo mucho que parece haber sucedido en pocos años, el autor indica que “no hay una gran diferencia” entre aquellos elementos reflejados hace veinte años y en 2011. Es a través de los elementos y escenas cotidianas que Graham encuentra la belleza. Y la tragedia. Y la tristeza. Y la elegancia. "Soy un espectador de mi propio trabajo", confesaba durante la presentación de la muestra. Pasen y vean.