VALÈNCIA. La vida en el Mercat Central es más que agitada, un ir y venir que –desde hace un siglo- levanta la ciudad antes de que salga el sol. Pero este no es el único movimiento en la plaza de Brujas. Varios metros por debajo del suelo descansa la soñada parada de metro, bautizada como Línea T2, cuya construcción quedó paralizada en 2011. Con el desbloqueo de las obras cada vez más cerca, el espacio se ha convertido en un lugar de actividad underground en el que se ha visto desde viajes en barca -tras quedar inundado- hasta una ‘rave’ ilegal para celebrar Nochevieja. La última incursión en este espacio ha sido la del joven artista Abel Iglesias (Lleida, 1994), afincado en València desde hace años, que ocupó el lugar para instalar su primera exposición en solitario.
“Una paisaje contemporáneo momentáneo”. Con estas palabras describe el creador Enter the gap, un proyecto que apenas pudo ser visitado durante una hora y en el que lleva trabajando durante cinco meses. En este caso fue el dónde lo que llegó primero, siendo la clave para llevarle a ese ‘qué’ que finalmente se vio en el espacio subterráneo. “Primero encontré el lugar. Al ver la entrada y la rapidez con la que tenía que actuar, me llevó a lo que iba a presentar. Vivimos en un momento muy cambiante y, precisamente, este espacio se transformará en breve. Esto refuerza el concepto de lo efímero”, explica Iglesias. Aunque manteniendo la estética que impregna sus proyectos de pintura, en esta ocasión presentó una serie de estructuras hinchables de hasta cuatro meros de altura que ocuparon el espacio y pudieron ser visitadas por un pequeño grupo de personas previamente convocadas.