VALÈNCIA. (EP) El Museo de la Seda inaugura una exposición que pone de relieve cómo el comercio y la producción con este material ha marcado "profundamente" la trayectoria histórica de la Comunitat Valenciana.
Bajo el título La participación valenciana en la Ruta de la Seda, la nueva exposición temporal del centro museístico pretende reflejar la importancia que adquirió el cultivo de la morera en el mundo rural valenciano en el periodo comprendido entre los siglos XV y XX, así como el extraordinario desarrollo que experimentó la producción de tejidos de seda en la ciudad de València, culminando en el periodo de esplendor que se produjo en el siglo XVIII.
Ambos procesos dieron lugar a que la seda adquiriera una enorme influencia en la evolución económica, las relaciones sociales y las manifestaciones culturales de la Comunitat Valenciana, marcando profundamente su trayectoria histórica.
"El Museo de la Seda es el lugar más adecuado para realizar una exposición sobre la participación valenciana en las rutas de la seda, ya que es el principal testimonio de la importancia que adquirió la seda en la historia valenciana de los siglos XV al XIX. En la exposición se pretende que el visitante disponga de un panorama global sobre la trayectoria histórica de la sedería valenciana en los cuatro siglos indicados", comenta Ricardo Franch, miembro del Comité Científico del Museo de la Seda, catedrático de Historia Moderna de la Universitat de València y comisario de la muestra.
Para ello, se han realizado una veintena de paneles informativos elaborados por varios expertos en la materia; se exponen diversos fondos archivísticos, publicaciones y grabados sobre las diversas fases del proceso de producción de los géneros de seda; y se han recreado varias escenas con indumentaria y objetos relacionados con la seda, enumera.
Según otro de los comisarios, Germán Navarro, integrante del Comité Científico del Museo de la Seda, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, "desde el siglo XV, finales de la Edad Media, la industria de la seda se convirtió en un factor de riqueza fundamental para la capital del Reino, la ciudad de Valencia, y también para muchas otras poblaciones en las que, poco a poco, se fue extendiendo el cultivo de la morera, transformando el paisaje rural, y dando de comer a muchas familias campesinas y artesanas".
"Y, por supuesto, también a importantes hombres de negocios que utilizaban el comercio de la seda y su industria como factor de riqueza fundamental", apostilla.
La Lonja nueva de València, cuya construcción se inicia a finales del siglo XV (posteriormente conocida como Lonja de la Seda), es sin duda el símbolo de la expansión comercial de este negocio, mucho antes de que a finales del siglo XIX y siglo XX, los naranjos invadieran las huertas y mucho antes de que otros productos industriales fueran destacados
'La participación valenciana en la Ruta de la Seda' plantea un recorrido a través de los siglos y de las salas del Museo de la Seda, albergando la primera parte en la sala de la Capilla, donde se pueden conocer los orígenes de la sedería valenciana. Sigue, en la sala de la Pometa, con los procesos de la producción de la seda: sericicultura, hilatura, tintado y, finalmente, tejido, las cuatro fases fundamentales de producción de la seda.
El visitante tendrá la oportunidad de contemplar "una recreación de una escena de cómo era el trabajo del labrador de la Huerta y su familia, con relación al cultivo de la morera y crianza del gusano de seda. Además, también se representa a una hilandera asistida por la menadora en una de las vitrinas, y en la otra al matrimonio de labradores vestidos en traje de festivo", afirma otro de los comisarios, Vicent Ferrandis Mas, miembro del Comité Científico del Museo de la Seda, investigador y coleccionista de indumentaria tradicional, además de artífice de estas recreaciones.
La sala de la Fama refleja el siglo de oro de la sedería valenciana, el siglo XVIII, con piezas de la colección de Victoria Liceras. "Mi aportación a la exposición es mostrar el producto final: la seda. Tanto la manufactura en el siglo XV-XVI en forma de tejido de terciopelo y algún adamascado, como en el XVIII (repunte de la sedería valenciana) de cuya época se muestran tanto tejidos como piezas confeccionadas con ellos. Las prendas son mero soporte para su exhibición con independencia de su patronaje y uso, y no solo en indumentaria de hombre, mujer y niños sino también en complementos, cintería, etc.", expone la investigadora y coleccionista, además de comisaria de la exposición.
El recorrido expositivo culmina en la sala de las Artes Menores, en la que se muestra la pervivencia y el recuerdo de la seda. El visitante podrá conocer la evolución histórica de la sedería valenciana, sobre todo en las dos etapas de mayor esplendor: la fundación del gremio de 'velluters' a finales del siglo XV y la época culminante de su expansión en el siglo XVIII. Los grabados e ilustraciones le permitirán conocer las diversas fases del proceso de producción de los géneros de seda, desde el avivamiento del gusano al acabado de los tejidos.
"La indumentaria y los restantes objetos expuestos constituyen también una excelente muestra de los géneros que se elaboraban y de la forma de vida de los valencianos de la época. Todo ello le permitirá tomar conciencia de la enorme influencia que la seda ha tenido en la historia valenciana, poniendo en valor el inagotable patrimonio material e inmaterial asociado a ella", concluye el comisario de la exposición y coordinador del Comité Científico del museo, Daniel Muñoz.
La exposición se podrá visitar hasta finales de agosto y el material textil se irá renovando a lo largo de los meses de exposición, sustituyéndose por otro similar, dada la fragilidad del producto y su antigüedad, que podría verse afectado por la luz, y la exposición a otros factores ambientales.
La muestra se organiza en colaboración con la Universitat de València, y con el proyecto I+D "Ganar y perder en las sociedades de los territorios hispánicos del Mediterráneo occidental durante la Edad Moderna", financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación. También ha colaborado la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia.