VALÈNCIA. La Comunitat Valenciana lleva gestando hace más de dos décadas un hervidero de empresas de salud que, en los últimos años, ha sido foco de inversiones para el capital riesgo y las multinacionales. De hecho, esta misma semana ha culminado el proceso de venta de la compañía más representativa de este conglomerado, IVI RMA, adquirida en su mayoría por KKR para afianzar su inversión en el área de la fertilidad.
Con más de 2.100 trabajadores, la multinacional de la fertilidad liderada por José Remohí y Antonio Pellicer se convirtió en un gigante mundial tras la fusión en 2017 con RMANJ y consiguió un hito: entrar en Estados Unidos. Un conglomerado con casi un centenar de clínicas y 284 millones de euros de facturación por el que, el capital riesgo americano, ha pagado 3.000 millones para quedarse el 80% de su capital.
Se trata de la segunda adquisición de KKR en el área de la fertilidad tras la compra de GeneraLife a finales del pasado año por 400 millones, con la que se espera que la multinacional valenciana genere sinergias y continúe su crecimiento. Y es que, la fertilidad se ha convertido en un nicho con claro éxito entre las empresas de la Comunitat Valenciana.
Así lo demostraba la compra en 2019 de Igenomix - spin off del IVI- por parte del fondo sueco EQT, que el pasado año vendió la compañía de genética reproductiva a la multinacional Vitrolife, compañía cotizada en la Bolsa de Estocolmo dedicada a la producción de equipamientos y consumos para clínicas de reproducción asistida. Una operación que se saldó por un importe de 1.250 millones por una compañía que cuenta con presencia internacional al entrar en países como China, Chile, Perú, Rusia, Arabia Saudí y Taiwán, con 3.000 clínicas en 80 países.
De hecho, la fertilidad y la genética han sido dos de las áreas que más interés ha suscitado. En el caso de Igenomix de manera combinada, pero también por separado. Esto es lo que ocurría este mismo año con Sistemas Genómicos, adquirida por el proveedor europeo de servicios de diagnóstico médico Synlab a la familia Saus. Sistemas Genómicos registró en 2020 una facturación de 10,39 millones de euros y fue adquirida por la multinacional para complementar la experiencia y las capacidades de la alemana en genética y acelerará la transformación digital de su oferta de servicios de diagnóstico, aunque no trascendió el importe.
En 2017, los grupos inversores Q-Growth Fund y Biolty también compraron la mayoría del capital de la empresa valenciana Instituto de Medicina Genómica (Imegen), firma puntera en el sector de la genética y la genómica que cuenta con un equipo de científicos especializados con más de 20 años de experiencia con sede en el Parc Científic de la Universitat de València. En 2019, la compañía se fusionó con las empresas de diagnóstico genético Genycell Biotech y Health in Code en un nuevo grupo cuyo accionista principal es Alantra Private Equity.
"Tenemos un montón de empresas dedicadas a diagnóstico genético entre las cuales yo he estimado que en la Comunitat Valenciana se está realizando entre el 30 y el 35% de todo el diagnóstico genético a nivel privado de España. Esto es un auténtico polo de desarrollo", señala Ángela Pérez, cofundadora de Imegen, y actual presidenta de Bioval. "Está muy bien ser líderes en distribución alimentaria, tener una empresa multinacional de fabricación de coches, pero es hora de visibilizar otros polos de desarrollo en esta Comunitat y uno de ellos es el diagnóstico genético".
Pérez recuerda que, alrededor de todas estas compañías, se crean otras dedicadas a medical devices, que se ubican en lugares estratégicos como el Parc Científic. "Existen no menos de 40 empresas basadas en biotecnología y otras también se reparte por el Parque Tecnológico, el CEEI, el Biopolo de la Fe, el Príncipe Felipe y en mayo se inaugurará un espacio como Biohub", recuerda. En este camino, Pérez destaca palancas de crecimiento como la cultura del emprendimiento en la Comunitat Valenciana, la cantera de talento de universidades y centros de investigación y los numerosos casos de éxito que actúan como bola de nieve.
Pero las adquisiciones continuaron en 2021 para compañías vinculadas a la salud en la provincia de Valencia. . La firma de private equity Arcline, orientada al crecimiento de compañías de sectores como la defensa o tecnología médica, adquirió la compañía valenciana Polypeptide Therapeutic Solutions (PTS), compañía impulsada en 2012 como una spin off del Laboratorio de Polímeros Terapéuticos del Centro de Investigaciones Príncipe Felipe. Su fundadora es la investigadora María Jesus Vicent, uno de los referentes mundiales en el desarrollo de nuevos sistemas de transporte y liberación de principios activos en oncología y enfermedades neurodegenerativas.
La empresa es fabricante de tecnología de nanopartículas basada en poliaminoácidos. Su línea principal crea vehículos para transportar principios activos allá donde se requiera dentro del cuerpo con la administración de medicamentos, que incluyen ARNm, ADN, terapias celulares, terapias génicas, biológicos, vacunas y pequeñas moléculas. Esto les ha convertido en socios fundamentales en los procesos de desarrollo y comercialización de fármacos de algunas de las principales empresas terapéuticas del mundo.
El pasado año, también la compañía valenciana Highlight Therapeutics, con sede en el Parque Científico de la Universitat de València, cerraba una ronda de financiación de 22,6 millones de euros liderada por el fondo español Columbus Life Science y el inglés Advent Life Science. Highlight Therapeutics -anteriormente Bioncotech Therapeutics- es la empresa biotecnológica responsable del desarrollo de la primera immuno-oncología española, BO-112. Un tipo de tratamiento contra el cáncer que se caracteriza por hacer frente a la patología mediante la estimulación del propio sistema inmunológico del paciente.
Otra de las empresas valencianas de tecnología sanitaria invertidas en los últimos años es Quibim. La compañía, liderada por el ingeniero Ángel Alberich, permite la extracción de información estandarizada y cuantitativa de imágenes médicas mediante la utilización de inteligencia artificial (IA). Su tecnología pionera les llevó a cerrar en 2020 una ronda de financiación de ocho millones de euros en al que entraron grandes fondos como Amadeus Capital Partners, Adara Ventures, Apex Ventures, Partech, Crista Galli Ventures y se mantuvieron como accionistas TechTransfer UPV y Angels. Mientras, en 2021 cerraron una ronda puente de cinco millones en el camino a una ronda C.
Entre los casos de referencia también se encuentra la compra de la valenciana Biópolis por la compañía estadounidense Archer Daniels Midland (ADM), dedicada a la transformación de productos agrícolas en combustibles vegetales y piensos para animales. Biópolis, liderada por el investigador Daniel Ramón, nació en 2003 como spin-off del CSIC con CAPSA (Corporación Alimentaria Peñasanta), el grupo de capital de riesgo Talde y Naturex España S.A. como socios industriales. La compañía está enfocada a la producción de probióticos, enzimas, proteínas y otros aditivos para diferentes industrias.
Al pool de compañías se suma la biotecnológica Arthex Biotech, que cerraba hace unos meses una ronda de financiación de 4,2 millones de euros. La biotecnológica, en fase preclínica centrada en el desarrollo de terapias de ARN antisentido para el tratamiento de la distrofia miotónica tipo 1 (DM1), fue invertida por Advent France Biotechnology (AFB) e Invivo Ventures para iniciar su primer ensayo clínico en humanos en 2022.
También existen otras compañías, aunque menos intensivas en investigación pero también vinculadas a la salud, que han recogido el interés de los inversores. La más destacada es Rosita Longevity, una compañía con sede en Cofrentes que ha creado un entrenador tech de longevidad, que cerró una ronda de financiación 2,4 millones de euros liderada por Ship2B Ventures (gestora de venture capital de impacto de Barcelona a través de BSocial Impact Fund coinvertido por el Fondo Europeo de Inversiones y Banco Sabadell), con la inversión de Wayra, JME, Kfund, Bankinter (a través del programa Venture Capital conjunto con la Fundación Innovación Bankinter), Seedlink Ventures, Universidad de Chicago, Seedcamp, y Cristobal Viedma, cofundador de Lingokids.
"Valencia tiene un problema, y es que se está promocionando mucho que se muevan cosas, pero mi mayor punto de discrepancia es que no se está haciendo eco a lo que está pasando aquí, y están sucediendo muchas cosas. Parece que al final todo pasa en Barcelona o Madrid, pero estamos haciendo récords nacionales a nivel diagnóstico, con empresas grandes con ventas inmensas estos últimos años. Por ejemplo, PTS se vendió Arcline. Hemos sacado ciencia básica de la universidad, se han generado cientos de empleos, están las fábricas aquí y no le hemos dado la repercusión que tiene", señala el investigador Damià Tormo, cofundador de Columbus Venture Partners.
"Esto sería positivo para todos los agentes, desde los políticos a las universidades y al ecosistema emprendedor. Dejamos de apuntarnos tantos y estos casos de éxito son los que empujan el ecosistema, porque generan que vengan otros y quieren atraer capital. Falta el punto de saber vendernos mejor. Y es una pena porque están pasando cosas increíbles que no hubiéramos pensado que pudieran ser posibles hace años", concluye.