VALÈNCIA. “El humor es salud, el humor es esperanza”. Deslizaba estas palabras el humorista gráfico Ortifus durante la presentación de Ortifurama valencià, la exposición que recorre los últimos cuarenta años de producción del creador. La muestra, que acoge La Nau hasta el 24 de abril, hace una fotografía a la València que fue y la que es, imágenes que hablan de donde venimos y también de hacia donde vamos. Desde aquel “Somos fuertes de Constitución” que firmaba como ‘Ortiz’ para la recién estrenada democracia española; al “Casamos sin ningún ‘género’ de duda” tras la aprobación del matrimonio igualitario. También hablaba de la prostitución o del colapso del sistema sanitario, temas que siguen de actualidad, aunque en este caso en los años 2003 y 1986. Por reflejar hasta se muestra el paso del blanco y negro al color.
El propio dibujante habla de su obra como “testimonio de la historia de València”, un testimonio que ahora recoge La Nau con una muestra comisariada por Álvaro Pons y Daniel Tomás que reúne más de 600 imágenes, en su mayoría caricaturas de personajes políticos, que se suceden a través de dibujos y proyecciones. En la sala destaca un gran mural cronológico, de más de 20 metros de largo, que repasa sus más destacadas viñetas –“un uno por ciento” del total- , un viaje por una ciudad de la que ha sido testigo privilegiado a través de su trabajo para las publicaciones Diario de Valencia, Noticias al Día y, principalmente, Levante-EMV, así como para distintos proyectos vinculados a la publicidad institucional. “Hoy en día no se puede pensar València sin Ortifus ni Ortifus sin València”, aseveró Álvaro Pons, quien presentó la muestra acompañado por el autor y la vicerrectora Ester Alba.
No poco importante es su relación con las Fallas, en las que ha plasmado su característico humor. Y eso queda patente en la exposición incluso antes de entrara a la sala, pues en el claustro han plantado un “inquisidor ninot” de grandes dimensiones realizado por el artista fallero Raúl Martínez, que dialoga con la emblemática escultura del humanista Joan Lluís Vives, que preside el Claustro desde finales del siglo XIX. Después, y ya una vez dentro de la sala, el público puede ver las maquetas y bocetos de sus contribuciones más destacadas en este ámbito: Plaza del Ayuntamiento (1988), Blanquerías, con la mítica falla ‘Las camas’ (1994), Convento Jerusalén (1998) o Na Jordana (2000 y 2014), entre otros proyectos. Fueron monumentos que no solo revolucionaron el lenguaje del arte fallero, sino que quedaron grabadas en la memoria colectiva.
En esta mirada al pasado también hay espacio para la València del presente. La exposición desvela por primera vez los personajes que Ortifus modela con plastilina como parte de su proceso creativo y permite acercarse a sus producciones más recientes: una serie de ilustraciones iniciadas en marzo de 2020 y que retratan la vida en la ciudad en tiempos de la Covid-19. Y la València del futuro, ¿dónde queda? Para esa también hay hueco gracias al diseño del catálogo, realizado por Patricia Bolinches, que deja la portada en blanco para que sea el propio Ortifus quién la firme y complete la colección. Porque siempre queda una viñeta por dibujar.