VALÈNCIA. Pocos intuían que el Gobierno valenciano conformado por PP y Vox acordado a las pocas semanas de las elecciones autonómicas de 2023 llegaría roto a la celebración del segundo 9 d'Octubre de la legislatura. Ni siquiera se había cumplido un año de la investidura del popular Carlos Mazón como presidente de la Generalitat cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, decidió en julio quebrar los cinco gobiernos autonómicos que conformaba con el PP en España debido a las discrepancias sobre las posiciones migratorias.
De esta manera, el jefe del Consell celebra, por primera vez sin socios, el Día de la Comunitat Valenciana. Una circunstancia que no equivale a disfrutar de libertad absoluta, dado que los votos de Vox todavía son necesarios para cuestiones poco nimias como la aprobación de los presupuestos de 2025, pero que a cambio otorgan a Mazón un mayor espacio de acción y posición para cumplir el sueño dorado de la mayoría absoluta en los siguientes comicios, enterrando así la necesidad de entenderse con Abascal y los suyos o quién sabe si con otros actores más imprevisibles como Alvise Pérez.