VALÈNCIA. En Chiva, el comercio local es el latido de un municipio que, tres meses después de la Dana, sigue sin recuperar su ritmo. La avenida principal, que antes era un hervidero de actividad económica, se ha convertido en una sucesión de escaparates vacíos y persianas bajadas. Si bien es cierto que algunos negocios han logrado abrir de nuevo, otros directamente han desaparecido, y los que resisten lo hacen con ventas que apenas cubren sus gastos. "El daño no solo es estructural, sino también económico y emocional. La gente ha perdido la alegría de comprar", advierte la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Chiva, Pilar Celda.
De forma más concreta, Celda detalla a Valencia Plaza que entre un 50% y un 60% de los comercios locales siguen afectados tres meses después y al menos un 10% no volverá a abrir. "La recuperación es muy lenta y las ayudas llegan a cuentagotas", señala la presidenta. En la parte alta del pueblo, la más afectada por la riada, muchos negocios permanecen cerrados desde aquel fatídico 29 de octubre, mientras que en la zona centro y baja, algunos han conseguido retomar su actividad, aunque no sin dificultades. En ese sentido, el problema de la liquidez resulta crítico para los pequeños comerciantes.
Como ha sucedido en otros municipios afectados por la Dana, la respuesta del Consorcio de Compensación de Seguros ha sido, según explica Celda, "confusa". De hecho, algunos comerciantes han recibido cantidades que no cubren ni de lejos los daños registrados tras el temporal y, en otros casos, el peritaje todavía sigue sin realizarse. "Nos abonan un pago sin explicaciones, sin saber si es definitivo o si falta algo", denuncia la presidenta.

- El municipio de Chiva, tres meses después de la Dana -
- Foto: EDUARDO MANZANA
Además, cuenta que muchos empresarios se quejan de la imposibilidad de contactar con la entidad para aclarar el cobro de sus indemnizaciones, lo que les genera aún más incertidumbre y desazón. A todo ello se suma un cambio en los hábitos de consumo. Chiva ya arrastraba un deterioro del comercio tradicional por la competencia de los grandes centros comerciales, pero después de la Dana la situación ha empeorado. "La gente ha cambiado sus prioridades. Hay mucho miedo, mucha incertidumbre y eso se refleja en el consumo", explica Celda.
En ese sentido, muchos vecinos han visto sus economías se desplomaban por las reparaciones que deben asumir en sus viviendas y vehículos, lo que, de forma inevitable, ha repercutido sobre el gasto en el comercio local, que ha decaído todavía más."Hay gente que directamente ya no sale a comprar. Hay un trauma psicológico detrás de todo esto", añade la presidenta de la asociación, que cuenta con más de 80 negocios afiliados.
La dinamización como 'salvavidas'
Para intentar frenar esta crisis, la Asociación de Comerciantes de Chiva prevé poner en marcha iniciativas como el Bono Comercio, una campaña que busca icentivar las compras en los negocios locales con descuentos financiados por el ayuntamiento y otras entidades. "Este año intentaremos duplicar la inversión en bonos respecto a otros años", afirma Celda. Así, la entidad también ha cerrado acuerdos con Caixa Popular para financiar pequeños préstamos a los negocios afectados de la localidad.
Sin embargo, Celda insiste en que estas medidas, aunque útiles, no serán suficientes sin una intervención más decidida por parte de las administraciones públicas. Al respecto, el alcalde de Chiva, Ernesto Navarro, reconoció en una entrevista a Valencia Plaza la gravedad de la situación en el sector comercial del municipio, así como la lentitud en la concesión de ayudas. "La recuperación está siendo más lenta de lo que todos quisiéramos. Estamos en contacto con los comerciantes y trabajamos en una línea de subvenciones para el comercio local y las personas autónomas", aseguró el primer edil.

- Trabajos de reconstrucción en el municipio de Chiva-
- Foto: EDUARDO MANZANA
Navarro también destacó el esfuerzo del consistorio por promover el consumo local a través de diversas iniciativas, aunque subrayó que "sin un apoyo institucional más ágil, la recuperación resultará más difícil". Pero Celda tiene claro que la clave es la dinamización. "No solo se trata de reconstruir, sino de hacer que la gente vuelva a salir a la calle, a consumir, a recuperar la confianza. Sin eventos, sin incentivos, es muy complicado que la economía vuelva a arrancar", sostiene.
Con ese objetivo en mente, la Asociación de Comerciantes de Chiva ha organizado eventos como una campaña especial por San Valentín y colaboraciones con los falleros y falleras del municipio para atraer clientela y revitalizar el comercio. "Si en dos o tres meses esto no mejora, habrá negocios que no aguantarán", advierte Celda. Mientras tanto, los comerciantes de este municipio, situado en la Hoya de Buñol, siguen luchando contra la adversidad, tratando de mantener abiertas sus puertas en un contexto cada vez más hostil.