VALÈNCIA. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) trabajan en los planes de desvío de los barrancos del Poyo y de la Saleta, los mismos que el 29 de octubre de 2024 trajeron a través de sus cauces una catástrofe natural sin precedentes.
La intención es conectar ambos barrancos con el nuevo cauce del río Turia —el conocido Plan Sud—, una propuesta que el Ayuntamiento de València observa con recelo por el posible incremento del riesgo de inundaciones, especialmente en las pedanías del sur, ya afectadas por la Dana del 29-O. El Ayuntamiento del Cap i Casal planteaba la necesidad de realizar un estudio conjunto de las cuencas de los barrancos del Poyo y de la Saleta antes de ejecutar las conexiones con el nuevo cauce del Turia, considerando la posibilidad de aumentar la capacidad del cauce hasta 7.000 m3/s”. En este sentido el plan del Gobierno recoge la idoneidad de ampliar la capacidad hidráulica del cauce del Turia para admitir las descargas de ambas cuencas (Saleta y Poyo).
Por el momento, según explica la CHJ, los esfuerzos se centran ahora principalmente en el encauzamiento de la Saleta, cuyo proyecto estaba más avanzado antes de la Dana. En cambio, en el barranco del Poyo la planificación avanza con más cautela a la espera de cerrar diferentes estudios del proyecto.
Por ahora, la prioridad inmediata de la CHJ es recuperar los cauces y dejarlos en un estado óptimo; una vez concluidos esos trabajos, será el turno de ejecutar los proyectos de desvío.

- Taludes del barranco del Poyo en Paiporta. -
- Foto: VP
El desvío del Poyo
En el caso del barranco del Poyo, un estudio técnico ha evaluado tres alternativas y concluye que la solución propuesta —ya redactada, aunque pendiente de actualización— es viable desde los puntos de vista económico, social y ambiental.
El proyecto principal plantea construir un cauce de desvío que partirá entre Picanya y Paiporta, a la altura del Cementeri Vell, para derivar hacia el Turia el caudal que el actual encauzamiento no puede absorber, garantizando una protección equivalente a un periodo de retorno de 500 años.
La actuación incluye además trabajos de adecuación del barranco, como la regulación de pendientes, la protección de taludes, la mejora de infraestructuras hidráulicas y medidas de integración ambiental.

- Vía verde de evacuación de exceso de caudal del Barranco del Poyo al Turia. -
- Foto: Miteco
Paralelamente, la CHJ estudia ampliar el cauce del Poyo en su confluencia con el barranco dels Cavalls, lo que aumentaría la capacidad de desagüe y protegería las zonas agrícolas frente a avenidas de hasta 25 años de periodo de retorno.
El presupuesto estimado asciende a 200 millones de euros y el proyecto deberá someterse ahora al trámite de información pública, tal y como establece la Ley de Evaluación Ambiental y la normativa de expropiación forzosa. Según diversas fuentes consultadas, la previsión es que la obra pueda estar finalizada en 2030.
En Paiporta, fuentes municipales aseguran que perciben “bastante predisposición” tanto por parte del Gobierno de España como de la CHJ.
El desvío de la Saleta
En Aldaia, tal como avanzó este periódico, el proyecto cuenta con un presupuesto de 90 millones de euros y se ejecutará en dos fases: una conducción soterrada de casi cuatro kilómetros desde Bonaire, bordeando Aldaia hasta la huerta de Xirivella, y una vía verde a cielo abierto de unos tres kilómetros que enlazará con el nuevo cauce del Turia a la altura de Quart-Benàger.

- Croquis conjunto de actuaciones del proyecto. -
- Foto: Miteco
El sistema permitirá gestionar crecidas de hasta 130 metros cúbicos por segundo gracias a la combinación de un aliviadero subterráneo de 100 m³/s, el cauce actual de 30 y el cunetón de 15. El proyecto contempla expropiaciones para construir la conducción y las zonas de restauración ambiental, que incluirán la reposición de caminos rurales, la reconstrucción de acequias y la recuperación de parcelas agrícolas.
Asimismo, incorpora medidas de integración paisajística, como taludes de baja pendiente y revegetación con especies autóctonas, con el objetivo de que el tramo final funcione como un corredor verde que vuelva a conectar la huerta con el Turia.