VALÈNCIA. El Ayuntamiento de Castelló de la Ribera está a la espera del informe técnico sobre el estado del antiguo colegio Severí Torres, donde se prevé construir el primer centro de día del municipio. Ese análisis, basado en las catas realizadas en el edificio, determinará si la obra sigue adelante o si debe replantearse desde cero. 

El proyecto, incluido en el Plan Convivint de la Conselleria de Servicios Sociales y cofinanciado con fondos europeos, se encuentra paralizado desde que la empresa adjudicataria, Bluedec, detectara deficiencias graves en el edificio. La constructora advirtió al consistorio de un "riesgo estructural" que obligó a detener los trabajos al poco tiempo de comenzar las obras. 

Ante esta advertencia, el ayuntamiento encargó un estudio más completo para conocer el estado real de los pilares del antiguo colegio, ante la posibilidad de que el edificio tuviera aluminosis, una patología que provoca la degradación del hormigón. Los resultados ya se han remitido a la empresa especializada en las catas, que debe emitir el diagnóstico definitivo. 

Según explica el alcalde de Castelló de la Ribera, Óscar Noguera, "las catas están hechas y enviadas, y ahora estamos esperando que nos certifiquen qué problemas presenta el edificio y con qué datos contamos". Ese informe marcará los siguientes pasos del proyecto y, sobre todo, el margen para cumplir los tiempos que exige cualquier obra con financiación europea. 

La obra debería estar terminada antes de junio de 2026

El proyecto, valorado en 2,2 millones de euros, contempla la adecuación de más de mil metros cuadrados para crear el primer centro de día del municipio. Su tramitación comenzó cuando el ayuntamiento presentó una memoria para que la reforma del CEIP Severí Torres como nueva infraestructura sociosanitaria quedara incluida dentro de las actuaciones del Plan Convivint. 

Esa memoria, según recuerda Noguera a Valencia Plaza, fue aprobada "poco después de la pandemia" por Covid-19, lo que permitió avanzar con la redacción técnica del proyecto. El alcalde explica que más adelante "tuvimos que modificar el proyecto porque la normativa sobre espacios como la zona de ocio o el gimnasio había cambiado", un ajuste que obligó a enviar de nuevo la documentación para que fuese revisada. 

Tras esas modificaciones, el proyecto recibió luz verde de la Conselleria alrededor de 2023 y pudo licitarse la obra. La adjudicación se produjo un año después, en 2024, pero su ejecución apenas pudo arrancar. La empresa detectó enseguida problemas que, según Noguera, "requerían un estudio previo más profundo sobre el estado de los pilares". 

Entonces, el consistorio abrió un periodo de negociaciones para tratar de desbloquear la situación, pero el contrato terminó resolviéndose a principios de 2025. Todo ello sitúa a Castelló de la Ribera ante un calendario ajustado, pues el centro de día debe estar terminado antes del 30 de junio de 2026 para no comprometer los fondos europeos que lo financian.

"Los plazos son muy estrictos", recuerda Noguera. El caso del municipio de la Ribera Alta se asemeja a otros ocho en la Comunitat Valenciana -entre ellos, Sinarcas, Potries o Faura-, que ya han perdido competencias sobre sus proyectos del Plan Convivint por el "elevado riesgo" de incumplir los tiempos y, con ello, los requisitos de la Unión Europea.

Dos posibles escenarios

A la espera del diagnóstico, el ayuntamiento trabaja sobre dos posibles escenarios. Si las catas descartan la aluminosis, la actuación podría retomar su plan inicial. En ese caso, señala el alcalde, "se modificaría el proyecto apra adaptarlo a los nuevos datos, volver a licitar y adjudicar cuanto antes para ejecutar las obras cuanto antes".

Aun así, Noguera reconoce que se trata de una intervención "laboriosa" y que ajustarse al calendario establecido será complicado. En cambio, el segundo escenario implicaría rehacer el proyecto desde cero. Si el informe confirma aluminosis y otros daños incompatibles con las obras, "habría que plantear un proyecto nuevo de construcción", apunta el alcalde, consciente de que esa opción excedería los tiempos. En ese caso, el ayuntamiento tendría que solicitar una ampliación de plazo a la Conselleria, aunque Noguera desconoce si la prórroga sería viable.