VALENCIA. Al girar la esquina de 2015, o mejor dicho, rebasada la noche de Reyes del año que llega. la cartelera teatral valenciana se despide de su programación familiar para acoger una nueva temporada escénica que se antoja estimulante. Ahí va una decena de obras de 10 de este inminente 2016. Hay comedia minstrel, musical bélico, drama histórico, monólogo contemporáneo, teatro comunitario, poema coreográfico, conferencia demográfica, terror psicológico y cuadros vivientes de Goya.
Marcianos que visitan la Tierra camuflados de gestores culturales, guiños a las series de Gerry Anderson Guardianes del espacio y Captain Scarlett and The Mysterons, vodevil, gran guiñol y burlesque. El Teatro del Astillero presenta una creación a ocho manos que celebra el 20 aniversario de la única compañía de España integrada únicamente por dramaturgos. La comedia está inspirada en el minstrel, género teatral musical que fusionaba la ópera inglesa con la música negra procedente de las plantaciones del sur, y cuyo objetivo era ridiculizar a los cantantes de raza negra. ¿A alguien le suena El cantor de jazz (Alan Crosland, Gordon Hollingshead, 1927)? Y es que Los charlatanes denuncian la negritud del arte.
La adaptación de Buero Vallejo a cargo de la compañía ilicitana Ferroviaria ya pisó el Teatro Rialto la pasada temporada, pero ahora viene curtida por una extensa gira y laureada con el primer premio del Festival Don Quijote de París. Así que consideradlo una oportunidad para rezagados. El texto se sirve de las últimas semanas de residencia de Goya en Madrid antes de su exilio a Francia como coartada para realizar una crítica a la sempiterna lucha fratricida española. Atención a la recreación de las Pinturas Negras a partir de 12 tableaux vivants, desarrollados durante una semana de trabajo en un plató que involucró a 20 actores, técnicos, cámaras, iluminadores, escenógrafos y maquilladores. Y ojo al trabajo de iluminación de Pedro Yagüe, porque el escenario se halla en todo momento desnudo y son las luces las que generan la ambientación de las escenas.
La compañía residente Carme Teatre se enfrenta al reto de hacer olvidar al espectador a un Christian Bale musculado y sediento de violencia y sangre en la adaptación cinematográfica del best seller de Bret Easton Ellis American Psycho. Para su versión escénica, Aurelio Delgado retoma al icónico yuppie de Wall Street Patrick Bateman, pero presta más atención a “esta sociedad mínimamente moral, banal, superficial, donde impera la imagen” que ha hecho posible a este monstruo, “por encima del sadismo y la narración de los crímenes que comete”. El asesino en serie está representado por tres actores diferentes, que se dirigen directamente al público, en ocasiones, de manera superpuesta, en otras, complementando entre sí sus parlamentos.
Como no hay dos sin tres, Carles Alfaro vuelve a adaptar a Chéjov después de su loada versión de Tres hermanas en 2014 y de alzarse con el Premio Ceres al mejor director 2015 por amalgamar en Atchúusss!!! cinco cuentos del autor ruso: La criatura indefensa, El oso, La seducida, La institutriz y La petición. Su próxima relectura de Tío Vania es en valenciano y se nutre de un eminente elenco de actores locales, conformado por Rafael Calatayud, Empar Canet, Josep Manel Casany, Àngel Fígols, Mamen Garcia y Rebeca Valls. La traducción viene firmada por Rodolf Sirera, como ya ocurriera en 2008, en que el tándem de valencianos se hizo cargo del montaje de Tío Vania en el Centro Dramático Nacional. Entonces, Alfaro y Sirera ambientaron en una colonia africana de los años treinta este clásico sobre el trabajo incansable, el tedio, la vida vacía de alicientes y el amor no correspondido.
¿Qué expectativas tienen los padres con respecto a sus hijos? ¿Cómo enfrentan los conflictos generacionales? ¿Cuál es la educación ideal? ¿Es posible una enseñanza alternativa? Un grupo de voluntarios de 5, 15 y de más de 65 años surten con sus respuestas y experiencias el primer tanteo de teatro comunitario intergeneracional de El Pont Flotant. La compañía valenciana ha puesto en marcha un laboratorio surtido de los colegios, institutos y centros de día próximos a Las Naves a fin de indagar en la educación. Este experimento, modélica propuesta de creación de nuevos públicos y de integración e inclusión social, cuestiona el sistema de enseñanza y las vías de transmisión del conocimiento, con hincapié en sus protagonistas: maestros, padres y abuelos. Una coreografía compartida, conversaciones espontáneas y objetos y costumbres de otras épocas espolean el intercambio estos días y compondrán el texto final de la obra.
La compañía Mal Pelo, integrada por la valenciana María Muñoz y el mallorquín Pep Ramis, son historia en mayúsculas de la danza en nuestro país. Amén de su producción coreográfica, hace 19 años, la pareja se alío con el director de escena Toni Cots para activar L’animal a l’esquena, un centro de creación e intercambio entre bailarines, músicos, teóricos y videoartistas emplazado en una masía de más de 19 hectáreas situada en Celrá (Girona), y por la que se han gestado todo tipo de proyectos multidisciplinares a partir de las confluencias de sus 20 residencias anuales. La última propuesta de la formación es un poema coreográfico sobre el paso del tiempo, un vals a dos lírico, alegre y tierno tejido a partir de las palabras del escritor italiano Erri De Luca.
Un musical interactivo en 3D sobre la guerra, una sátira donde Albert Pla interpreta a un soldado, Fermín Muguruza, a una ciudad, y el productor Raül Fernández “Refree”, a un dj. ¿Algo más que añadir? Sigamos ahondando. Guerra es una reflexión sobre el relato de los conflictos bélicos contemporáneos dirigida por el ilicitano Pepe Miravete. En esta crítica a la deshumanización practicada por los medios caben Gila y Stars Wars, el hiperrealismo y la ranchera, el absurdo y el cine de acción.
Decía Arthur Miller que es “a través del teatro que la humanidad se mira a sí misma”. Esa maestría en el uso de la pluma como espejo social le valió dos Pulitzer, por Muerte de un viajante, sobre la quimera del sueño americano, y por Panorama desde el puente, donde aborda el drama de la inmigración ilegal en el Nueva York de los cincuenta. Ahora, con motivo del centenario del nacimiento del dramaturgo, llega a los escenarios españoles una versión de la segunda liderada por el siempre intachable Eduard Fernández. Al frente del montaje está el que fuera director del Odeón de París, el francés Georges Lavaudant, al que se le presenta un listón bien alto. En 2002 pisó el Teatro Principal la versión de Miguel Narros a partir de la traducción de Eduardo Mendoza, merecedora de seis Premios Max. Curiosamente, Valencia fue la sede de la entrega de los galardones esa misma edición. Y las manzanas enmascaradas se entregaron en las mismas tablas donde ahora se retoma el clásico de Miller.
AlmaViva Teatro repite en la Sala Russafa tras acercar en la jornada de reflexión y durante el mismo día de las pasadas elecciones municipales y autonómicas Fuenteovejuna. Ensayo desde la violencia, donde planteaban un espacio de representación a modo de asamblea ciudadana. En esta segunda visita al teatro de la calle Cádiz suben a escena un monólogo de Bernard-Marie Koltès sobre un extranjero que todavía no ha sido aceptado como igual. Los espectadores se sientan a pocos centímetros de distancia de un actor que les interpela, y el uso de una cámara de vídeo en directo redimensiona la experiencia y la hace aún más cercana.
Según las previsiones de la ONU, Europa se dirige hacia una situación demográfica inédita cuyas consecuencias se desconocen. A partir de 2030, más de un 40% de la población será mayor de 60 años. A partir de datos sobre el envejecimiento de la población y reflexiones sobre su previsible impacto en el medio ambiente, la prosperidad, la cartografía y la hegemonía de nuestro continente, el coreógrafo, bailarín y performer Rafa Linares articula una conferencia salpicada de anécdotas personales, vídeos, simuladores poblacionales y demás efectos “para hacer más ameno, atractivo y visual un tema tan técnico”.