CASTELLÓ. Trabajar en el periodo precrisis ha marcado la visión sobre el diseño que tienen desde Akane Studio. Por eso, aunque han sido varias las veces en las que han tenido la posibilidad de crecer hasta ser una empresa más grande, han optado por mantenerse como un pequeño equipo que se compone únicamente por dos trabajadores: David Díaz Mundina y Lourdes Chesa. Eso sí, sus proyectos -bastante ambiciosos- han contado siempre con una red de diseñadores autónomos y otros estudios de menor envergadura que han ayudado a completar su falta de especialización (en programación, interiorismo o renderización en 3D). "Esto nos ha permitido en todo momento aceptar o rechazar proyectos que no nos apetecía hacer. En Castellón la cerámica tiene un peso muy importante, entonces claro, si tu tienes un estudio grande te vas a ver obligado a cubrir este sector aunque sus encargos sean más monótonos o aburridos. Así, no buscamos tanto la selección desde un punto de vista exclusivista, sino por nuestro deseo de optar por la creatividad", explica Mundina.
Akane Studio era el nombre bajo el cual el diseñador gráfico empezó a firmar sus creaciones tras terminar sus estudios en la EASD. Pero fue a partir de 1997 que su marca evolucionó hasta ser un estudio creativo que ha convivido durante más de dos décadas en Vila-real y desde el año pasado en Castelló. Su punto fuerte durante este tiempo ha sido el diseño editorial, de hecho, trabajan
"Durante estos 22 años nos han pasado cosas malas y muchas buenas. Pero sobre todo hemos aprendido a que queremos trabajar para vivir y no vivir para trabajar. De ahí que prefiramos tener un volumen menor que nos permita, con ello, tener un control minucioso del estilo de cada trabajo", apunta el castellonense. Ferro, Comauto, azulejeras como Ónix Mosaico o Struker, o grandes empresas nacionales como Airbnb o Nike han contado, de una manera u otra, con su profesionalidad. "22 años dan mucho juego, especialmente cuando te mueves en muchos niveles y en disciplinas tan diferenciadas. Cuando empezamos en esto el concepto de diseñar páginas webs era muy incipiente y bastante precario, pero poco a poco nos hemos metido en el campo, aunque sigue sin ser nuestra principal tarea", detalla el diseñador, quien pese a no especializarse en ello fue el primer alumno de la EASD en incluir en la presentación de su proyecto final de estudios una página web. Este hecho, por entonces insólito, no se entiende ahora de otra forma. "No tiene sentido trabajar la imagen corporativa de una empresa sin un sitio web", asevera el profesional.
Sin ser la literatura su medio de trabajo, Akane Studio ha apostado firmemente por el diseño editorial. Una vertiente que, gracias a la digitalización y las herramientas que brinda Internet, han podido explorar cada vez más. "Las imprentas digitales han avanzado mucho. Sacar un libro hace 22 años era infinitamente más caro y eso nos ayuda a llegar a más clientes. De hecho, estamos compitiendo en el mercado porque la tecnología nos lo permite", asegura Mundina.
El estudio basa además sus proyectos en la autoedición, es decir en ese tipo de edición que se gesta sin que pase antes y después por una editorial. Un posicionamiento que dota de libertad, pero también de riesgo al resultado final. "Muchas veces la autoedición da como resultado trabajos pobres, por falta de conocimiento en la edición." Es por eso, que los diseñadores profesionales -como Akane- reclaman su sitio en este campo: "Nosotros confeccionamos un producto que bien podría parecerse a cualquiera del grupo Planeta".
No obstante, el desconocimiento que hay por el trabajo de los diseñados no es algo excepcional. Pese a sus cualidades como profesionales, son muchas las veces en las que estos tienen que justificar cada color, forma o tipo de estilo que le han dotado a un encargo. [Por qué no lo pones mejor así y con este tono. Queda mejor ahora]. Una constante intromisión que choca con la conclusión gráfica a lo que estos han llegado. "Aún existe el tópico de que trabajamos en cinco minutos. La gente no piensa que en nuestra labor puede haber el mismo nivel de exigencia que en la construcción o en la arquitectura. Pero se equivocan, un diseñador es un solucionador de problemas. El diseño se utiliza para hacer la vida más fácil a los demás y hacer ver eso a la gente es muy complicado", manifiesta Mundina. Aun así, el fundador de Akane cita como buen ejemplo la postura que tienen desde el estudio de grabación La Seta Azul. "Nos plantean la temática de los discos y sus necesidades. Y a partir de ahí nos dan manga ancha para aplicar esto como entendemos que es lo mejor".
Con todo ello, el longevo estudio castellonense abandera un tipo de diseño que se formula "con cabeza y con corazón". Qué significa esto. Por un lado, no se puede permitir que cualquier esbozo final no sea nítido o claro, y para conseguir esto hace falta poner mucha cabeza. "Hay que cumplir ciertos preceptos para que el mensaje sea entendido por el receptor. Si al arte se le valora por su subjetividad y por lo que llega a provocar, cuando el cliente se topa con un producto debe saber rápidamente qué es y qué hace." Ahora bien, el diseño también ha de ser capaz de apelar a los sentimientos. "Un ejemplo muy burdo son los anuncios de televisión. Aunque son publicidad, existe una creatividad comuna con los productos gráficos. Los bancos y las eléctricas son empresas que generan poca simpatía entre el cliente. Por eso, acaban vendiendo un modo de vida, una ilusión por vivir y unas sensaciones", defiende el profesional.