Cuarentena cultural: las recomendaciones de Daniel Belinchón

CASTELLÓ. En estos días de confinamiento por la crisis del coronavirus, Culturplaza quiere recetar cultura. Estos días son el momento perfecto para ver, leer, y escuchar más que nunca; pero, ante el aluvión de propuestas y plataformas, ¿por dónde empezar? Cada día, distintos agentes culturales de la Comunitat Valenciana se convierten en nuestros prescriptores de cabecera.

Daniel Belinchón
(Festival Imaginaria)

- Recomiéndanos un libro para releer…
-En estos momentos y por las excepcionales circunstancias en las que nos encontramos recomendaría sin duda la relectura del libro del sociólogo alemán Max Weber La ética del capitalismo y el espíritu protestante. A tenor de las divergencias en el seno de la UE en relación a los “coronabonos”, vista la posición de alemanes y holandeses (el norte de Europa) con respecto a los países del sur (de tradición católica) me parece oportuno repensar el peso que ciertas ideologías con base en la concepción trascendental y religiosa de la vida han tenido y siguen teniendo a día de hoy. Vislumbrar Europa a través del período de las “guerras de religión” de los siglos XVI y XVII.

- …Y otro para descubrir.
-Para descubrir, y también por lo sensibles y vulnerables que nos podemos sentir en este momento os sugiero un libro entrañable, Historia de la muerte en occidente de Philippe Àries, un ensayo lúcido y muy bien entretenido a través de la relación que los europeos hemos tenido con la muerte como experiencia social, desde la Edad Media hasta nuestros días. Philippe se formula preguntas como ¿Qué clase de integración psicológica y social se desarrollan en estos dos diferentes momentos de la historia acerca del fenómeno de la Muerte?, ¿cómo se conjura su impacto?, ¿Qué relación aprendemos a tener con ella? Critica la asepsia actual de los protocolos hospitalarios y el alejamiento físico entre vivos y muertos y ensalza la práctica de la “buena muerte” a través de la figura de Alonso Quijano, el alter ego de El Quijote, quien en su lecho de muerte reúne a amigos y familiares para agradecerles cuanto por él han hecho y despedirse de ellos. ¡A cuantas personas en el trance del Covid-19 les hubiese gustado poder seguir el ejemplo del buen Quijano!

-Una peli buena que te guste…
-El séptimo sello de Bergman es sin duda una buena película y adecuada también en estos momentos y por qué no, que guarda relación con las dos lecturas recomendadas. Sigue teniendo algo de heroico y también de patético la relación que se establece entre “el Caballero” y la Muerte”, la forma en que a través de la inteligencia y la estrategia el primero se enfrenta a la segunda, no tanto para salvarse, si no para poner a buen recaudo lo que entiende ha de ser justo. Una película sin duda trascendente, que pone en valor aquello que nos hace realmente humanos, el sentimiento de la caridad, y también quizás un cierto pragmatismo a la hora de definir cuál es el sentido de nuestra vida, aquello que queremos hacer de ella. 

- … Y una peli mala que te guste tanto como la buena.
-El ejercito de las tinieblas (1992) de Sam Raimi, donde el terror, la comedia y la fantasía van de la mano, en una delirante historia que tiene momentos realmente cómicos.

-Un disco y una playlist.
-Con respecto a la música, la verdad es que no suelo escuchar mucha, y como bien dijo Freud tengo el síndrome de la “Fijación”, esa pequeña neurosis que hace que si encuentro algo que realmente me guste, no sigo buscando algo que también podría satisfacerme, así que sugiero más bien dos líneas musicales que a mí me gustan, el tango, si es posible de la mano de Carlos Gardel, a quien se le atribuyen más de 500 canciones de ese estilo, así que hay para aburrirse, y la música barroca, especialmente Bach, aunque también Arcangelo Corelli es de mi gusto. Basta con dejarse llevar por cualquier de las “playlist” que sobre música barroca nos ofrece cualquier buscador de internet, aunque las Cantatas de Navidad de Bach siempre me ponen de buen humor.

- Por último, propón un plan cultural que no tenga que ver con los anteriores para hacer en casa. Imaginación al poder.
-Se me ocurre que una buena opción es la cocina. Cocinar, elaborar recetas y aprender con la comida y nuestra rica tradición culinaria me parece una propuesta muy acertada. Habitualmente, cuando no estábamos confinados y el trabajo marcaba nuestro día a día, cocinar, siempre es un trastorno, necesitas tiempo y dedicación, algo de conocimiento y mucho amor, algo de lo que no siempre disponíamos. Pero ahora, no tenemos excusa, cocinar además de pasear por la historia, es también una actividad completa, que implica el desarrollo de muchas habilidades, algunas cercanas a las artes plásticas: composición, diseño, uso del color, plasticidad, buen gusto van de la mano de la tradición, y la innovación. Además no es solo cocinar y que te salga “rico”, es también la posibilidad de conocer los usos, costumbres y aspectos nutricionales de cada alimente. No es tanto elabora el menú, es disfrutar con la comida como propuesta y manifestación cultural. Ahora que estamos en tiempos de Semana Santa, se me ocurre que puede ser inspirador recorrer cualquier región del mundo buscando recetas que aúnen el calendario agrícola, el santoral y el recetario. No es mal plan.