"Cuando gané los premios, yo pensaba que todo el mundo me iba a llamar y pasé desesperación porque pasaron muchos meses hasta que me dieron un nuevo trabajo"
MURCIA. Eva Llorach, una de las actrices murcianas más reconocidas en todo el panorama nacional, ganadora del Premio Forqué, del Goya a Mejor Actriz Revelación, el Premio Feroz, el reconocimiento del Círculo de Escritores Cinematográficos… Una intérprete que ha demostrado su capacidad de transformación ocupando la piel de personajes de una profunda complejidad, como Violeta en Quién te cantará.
La artista, formada en la Escuela de Arte Dramático de Murcia, cuenta a Culturplaza –siempre desde el tono simpático y risueño que la caracteriza- los detalles de sus próximos proyectos (La casa de tiza, Campamento Albanta, Élite) y las dificultades para ganar estabilidad en el mundo de las artes escénicas, entre otras cuestiones.
-Te encuentras inmersa en el rodaje de La casa de tiza con otro murciano, Carlos Santos, ¿qué puedes adelantarnos de tu personaje y de la cinta?
-Pues es muy gracioso porque Carlos Santos y yo somos matrimonio en la película y, creo que va a ser un peliculón. Además, Isabel Peña (premio Goya por El Reino, junto con Rodrigo Sorogoyen), junto con el director, han hecho un gran trabajo de guion muy bueno. Respecto a mi personaje, no puedo desvelar mucho, pero es un papel cortito e intenso al mismo tiempo. Es una película que va a sorprender mucho, con un guion muy interesante y complejo.
-Y, ¿cómo es rodar en estas condiciones?
-El set de rodaje es el lugar más seguro del mundo ahora mismo, tengo los brazos hechos un colador de las pruebas de la covid (ríe). Además, te miden la temperatura y te dan una mascarilla para uso personal, todo el equipo lleva mascarilla, y solo nos la quitamos para el rodaje. Bien es cierto que la mascarilla da muchísimo calor y, además, la situación de la película es en invierno, con jersey de cuello vuelto y la mascarilla he sentido que me desmayaba (ríe), sin embargo, es una incomodidad necesaria por seguridad.
-Otro de tus proyectos más cercanos es Campamento Albanta, de la que disponemos en Atresplayer Premium, cuéntanos un poco sobre ella.
-Yo lo definiría como thriller sobrenatural, los amantes de Lost lo entenderán, es como su hermano pequeño y español. El escenario de la serie es un campamento que crea mi personaje, Hilaria, para que los jóvenes con adicciones y cualquier problema puedan conseguir la recuperación a través de ese contacto con la naturaleza, su hijo es uno de los que tiene problemas con las drogas. Yo creo que lo bueno de la serie es que sorprende porque se esconde algo que todavía desconocemos y que genera las ganas de conocerlo capítulo a capítulo.
A nivel visual, mi personaje llama mucho la atención, es muy grandilocuente, muy místico y cree mucho en el poder de la naturaleza, por ello, crea este campamento. También, otro aspecto muy atractivo es la trama adolescente y que se tratan todo tipo de relaciones afectivas. Esta serie es una cosa rara, fuera de lo común, muy interesante y, que creo que va a llamar mucho la atención porque en España no hay nada parecido.
-Entre los tres medios clásicos: cine, televisión y teatro, ¿con cuál te quedas?
-Para mí tiene más que ver con el proyecto que con el medio, aunque es verdad que cuando estas mucho tiempo en un medio, echas de menos el otro, me pasó hace poco con el cine y echaba de menos el teatro. Respecto a la tele, yo nunca he hecho televisión en sí, porque yo he entrado a hacer Élite o Campamento Albanta, que se graban exactamente igual que en el cine. El tema de ir a plató y trabajar como en una serie de televisión yo no lo he hecho, considero que grabar para una plataforma es muy parecido a hacer cine. Además, parece que hacer tele es algo del pasado, estuve en el Ministerio del tiempo y me sentí también haciendo cine porque los medios eran los mismos.
-¿Por qué crees que cuesta llevar a los jóvenes al teatro?
-Yo creo que está muy claro, es un problema de educación. Yo incluso siendo más mayor tengo una educación puramente audiovisual. Pienso que esto debería tratarse desde la educación y, luego la administración también debería ayudar con iniciativas que incentiven a ir al teatro.
Hay una idea de que el teatro es aburrido pero hay cine aburrido y televisión aburrida, también hay teatro maravilloso. El problema está en aprender a educar y llevarle a los jóvenes las obras adecuadas en el momento oportuno, igual pasa con la literatura, creo que muchos jóvenes podrían sentirse identificados con muchas obras teatrales, pero les falta sentirse animados y cambiar la concepción que se han creado de él.
El teatro te puede dejar muy tocado, aunque el cine también. No obstante, hay gente a quien la cercanía con los actores le incomoda por pensar en si se equivocan o al ver las emociones tan cercanas, por eso, prefieren el cine, porque hay una barrera de por medio.
-Ahora se están volviendo a cerrar los teatros, teniendo en cuenta que los protocolos de seguridad se podían llevar a cabo y que otros lugares más susceptibles continúan abiertos, ¿cuál crees que es la razón?
-Te juro que no lo sé. No tengo respuesta para eso, ni yo, ni nadie; los que estamos interesados en la cultura o vivimos de ella no entendemos nada. Sin ninguna animadversión hacia los bares, pero un teatro o un cine es mucho más seguro que un bar. Por cuestiones económicas… no sé, pero hay cines y teatros que se llenan.
No le veo la explicación, me gustaría que alguien del gobierno lo explicara porque imagino que tendrá una explicación. Al final, siempre somos lo último. Te alegras cuando crees que determinado partido político te va ayudar, pero en la cuestión cultural, en términos prácticos todo sigue igual. Si no se invierte y no se ayuda, no se consigue hacer industria. Hay películas y obras que revientan la taquilla, eso al final también da dinero, así que no entiendo porque no apoyan los proyectos.
-Quién te cantará te dio el Goya, entre otros premios, ¿cómo ha sido interpretar para un director tan especial como Carlos Vermut?
-Trabajar con él siempre es muy sugerente porque deja que toda la creación del personaje sea tuya, él te da el guion y no le importa mucho cómo rellenes los huecos, por tanto, casi todo el peso del personaje recae en ti.
Carlos, como director, tiene algo oscuro, turbio y encuentras algo como muy perturbador. Muchos salían del cine muy tocados, y no sabes explicar muy bien por qué, porque esconde algo turbio y es una combinación de todo, de la música elegida, del plano… Evidentemente, como actriz, es maravilloso porque pocas veces te ofrecen algo tan complejo de hacer y tan complejo de interpretar. Sin duda, yo trabajaría con él mil veces que me llame más. Luego, él como persona es un person, tiene sus momentos muy cómicos aunque sea intenso, como todos, somos todos muy intensitos.
-Y después del premio, ¿qué ocurre, llueven las propuestas?
-No llueven ofertas, ya te lo digo. A mí cuando me dieron el Forqué, me acuerdo que Antonio de la Torre me dijo que me preparara al menos dos años para poder trabajar de seguido, enlazar un proyecto con otro y poder vivir de ello.
Cuando gané los premios, yo pensaba que todo el mundo me iba a llamar y pasé desesperación porque pasaron muchos meses hasta que me dieron un nuevo trabajo y pude enlazar un proyecto con otro, hasta agosto o septiembre, que ya empezó la cosa a funcionar. Sin embargo, es verdad que aunque ahora tengo unos cuantos proyectos, siempre vivimos con la incertidumbre de si vamos a tener trabajo. Al final, hay que tener la cabeza tan bien amueblada para dedicarte a esto, nunca existe la estabilidad suficiente, no sabes si dentro de x meses vas a tener trabajo.
Yo estoy convencida de que el Goya no me ha dado trabajo, a mí me ha dado trabajo Violeta, Quien te cantará y Carlos Vermut, y te lo digo convencidísima. Así, Ramón Salazar fue al estreno de Quién te cantará, y le comentó a una persona que yo conozco que le gustaría verme en Élite, y de ahí ya enlacé de un trabajo a otro. Está claro que lo que te proporciona trabajo es tu propio trabajo. Ocurre que ganas un Goya, pero que ese personaje no tiene por qué encajar con otros proyectos.
Yo creo que mi capacidad de transformación es lo que llamó la atención porque me conocía personalmente y vio el contraste con Violeta, así confió en que pudiera ser Sandra de Élite, que nada tiene que ver. Al final, los premios sin un trabajo detrás no sirven de nada.
-Y, en esta incertidumbre por la inestabilidad, ¿las mujeres lo tienen especialmente difícil, sobre todo, a partir de determinada edad?
-Rotundamente sí. Sí, señoría. Podría añadir más, pero quiero ser rotunda con la respuesta.
-Tus papeles son muy dramáticos e intensos, ¿te verías en una comedia?
-¿Cómo que si me vería? Estoy deseando. Yo soy una payasa (ríe). Yo soy otra persona, no tengo nada que ver con Violeta. Vale, se me da bien el drama, pero quiero que me den la oportunidad de hacer comedia, a veces, cuando se te da bien algo pues te encasillan un poco; aunque hice un papel episódico en Terror y feria, que es comedia, un humor un poco negro.
Siempre que me preguntan lo digo, no puedo más de dramas y de intensidades, demasiado intensa es ya la vida (ríe). Me encanta hacer drama, pero quiero ya un respirito y hacer comedia.