ALICANTE. Una parte de la colección de cuadros de Juana Concepción Francés de la Campa, pertenecientes al Ayuntamiento de Alicante y que permanecían en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, han viajado esta semana hasta Zaragoza para instalarse en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos, con motivo de una exposición sobre la artista alicantina, nacida en Altea en 1924. La muestra lleva por título Una voluntad investigadora y abrirá al público a partir del 23 de enero. Permanecerá allí hasta el 5 de mayo, según se informó en la presentación de la misma, que se llevó a cabo este jueves en la capital aragonesa.
Sin embargo, pese a distanciarse de su ciudad natal, las obras de Juana Francés podrán sentirse como en casa, ya que se han alojado en el IAACC Pablo Serrano, que lleva el nombre del escultor con quien estuvo casada durante diez años, hasta su fallecimiento en 1985. Precisamente ese fue uno de los momentos más duros de la vida de la artista, que además marcó significativamente su obra durante los cinco años posteriores, hasta que ella también falleciera, a causa de un infarto, dejando a medias una serie de obras que estaba realizando.
Imágenes del traslado de 'El hombre y la ciudad'
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El vínculo de la pintora con el escultor hizo que la figura de Juana Francés sea enormemente reconocida en la ciudad aragonesa. De hecho, la cesión realizada viene a complementar parte de la colección de la alicantina que ya custodiaba este organismo dependiente del departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Unas obras a las que ahora se agregan estas 15 piezas de la colección Juana Francés del MACA. Y es que, en esta exposición, organizada de forma colaborativa con distintas instituciones, se podrán contemplar además otras obras cedidas por el Instituto Valenciano de Arte Moderno, el museo Reina Sofía de Madrid e incluso la Diputación de Alicante, que ha prestado uno de los cuadros que forman parte de la serie El hombre y la ciudad, una de las obras más importantes en su carrera artística, realizada entre 1963 y 1980.
Con ella trataba de hacer ver la indefensión del individuo en la sociedad urbana contemporánea, en un momento de su vida muy crítico y de cierto pesimismo existencial. Pero la unión de Juana Francés con Pablo Serrano, desde que se conocieran en 1957, supuso además la autoalimentación artística de ambos, ya que junto a otros compañeros fundaron el grupo cultural El Paso, la única representante femenina del grupo con el que trataban de promover ideas y genera un ambiente proclive para el crecimiento de los artistas, en un momento que calificaban como de "aguda crisis por la que atraviesa España en el campo de las artes visuales", según reza su manifiesto.
Tras su fallecimiento en 1990, la artista legó toda su obra a los cuatro importantes museos españoles que participan en esta actividad, que son el propio MACA, el IVAM, el Reina Sofía y el IAACC Pablo Serrano. De esta forma, el museo alicantino seguirá mostrando gran parte de esas piezas donadas en aquel momento, ya que forman parte de la colección Juana Francés se expone de forma permanente en sus instalaciones y solo han sido cedidas algunas de ellas. Y es que la artista cuenta con un nutrido legado pictórico ya que se lanza a la pintura a mediados de los cincuenta. Su obra se inicia desde la figuración que caracterizaba sus primeras obras hacia las corrientes informalistas, con el desarrollo de una pintura gestual y matérica. A comienzos de los sesenta, evolucionó desde la abstracción plena a la inclusión de elementos vagamente figurativos. Pero a partir de los 80, retorna a la abstracción, a través de un nuevo enfoque, con sus Cometas y fondos submarinos, poéticas y dinámicas evocaciones de la costa levantina.
Juana Francés junto a dos de sus obras
