VALÈNCIA. La Fundación SGAE, a través del Consejo Territorial de SGAE de la Comunidad Valenciana, ha entregado los dos Premios a la Mejor Coreografía del festival valenciano de danza Bucles. Los galardones han recaído en las piezas Pikito, de Raquel Castelló e Inés Sancho, en la modalidad de espectáculo en espacio no convencional, y Eixos, de Agnès Balfegó, en el de coreografía de sala.
El jurado del certamen estuvo integrado por Carmen Larraz (directora del Festival Danzad Danzad Malditos de Navarra), Miquel Barcelona (director del Espacio La Turbo de Barcelona), Miko Bielski (director de la Sala Réplika Teatro de Madrid), Carmen Fernández (miembro del Certamen Coreográfico de Madrid), Ángela Verdugo (presidenta de la Asociación de Profesionales de la Danza de la Comunidad Valenciana y coreógrafa), Raúl Lago (codirector y programador de la sala Carme Teatre), Federica Fassano (Festival Abril en Danza de Eleche) y Rodolf Sirera (dramaturgo y miembro del Consejo Territorial de SGAE de la Comunidad Valenciana). Este último fue el encargado de entregar en la sala Carme Teatre los galardones, dotados cada uno con mil euros.
Bajo el lema Emergencias escénicas, el festival Bucles se celebra del 23 de septiembre al próximo 13 de octubre en diversos espacios de Valencia con el propósito de acercar al público las últimas tendencias culturales y fomentar la creación de nuevas audiencias para la danza.
Raquel Castelló e Inés Sancho son las responsables de la coreografía, interpretación, vestuario y música de Pikito, la obra que ha ganado el Premio a la Mejor Coreografía en espacio no convencional del certamen. Las creadoras la definen como “la experiencia de la danza como el goce que se produce en el momento del descubrimiento”.
Por su parte, Eixos es la pieza galardonada con el Premio a la Mejor Coreografía de sala. Agnès Balfegó firma la dirección y coreografía, y comparte la interpretación con Néstor Calderer, autor también del espacio sonoro. Concebida como un “estudio sobre la percepción del cuerpo en el espacio y cómo el movimiento crea nuevas posibilidades para expandir los límites de nuestra realidad”, según la autora, Eixos invita al espectador a reflexionar “acerca de la naturaleza de la existencia y la posibilidad de traspasar las fronteras impuestas”. A partir de esa reflexión, la obra explora la idea de horizonte, la dicotomía entre lo terrenal y lo espiritual, entre el flujo del tiempo y la eternidad, entre la solidez de la materia y la fugacidad de lo efímero.