Aleix Turon (Cala Vento): “Nunca hemos querido ser un grupo de nicho”

VALÈNCIA. Hace ya 10 años que Aleix Turon y Joan Delgado empezaron a ensayar en un local por horas en el Carrer Encarnació de Barcelona. Aquel proyecto llamado Cala Vento ha experimentado, en una década de vida, una de las evoluciones más naturales de la escena independiente española. El grupo quiere celebrarlo con un Brindis (Montgrí, 2024) en forma de disco de versiones, que se publicó el viernes pasado. Además, en febrero abordan la gira de sus vidas: 12 días consecutivos de conciertos para reconectar con el público y su manera de hacer las cosas en sus orígenes. En València actuarán el viernes 7 de febrero en la sala Moon.

- Cumplís 10 años y, en vez de celebraros a vosotros mismos, parece que celebráis la música de otros. ¿Hacer un disco de versiones era la idea, o son dos proyectos coincidentes?
- La idea inicial era hacer una gira, como la que nos llevará a València ahora en unos días, pero una gira distinta. Queríamos recuperar un poco las sensaciones de nuestros inicios, cuando salíamos de casa con la furgoneta cargadísima, nosotros solos, y nos pegábamos esas palizas de conducir, descargar, montar, tocar, vender merchandising, desmontar, cargar de nuevo, dormir mal y seguir. Esas cosas que haces cuando empiezas con toda la ilusión del mundo.

Queríamos recuperar esa esencia y, sobre todo, celebrarlo junto a nuestro público. No se trataba de celebrarnos a nosotros mismos, sino de reunirnos con la gente que ha formado parte de estos 10 años —seguidores de siempre, nuevas incorporaciones… Queríamos darles la oportunidad de venir. No hemos inventado nada; las giras de aniversario son algo habitual, pero para nosotros era importante hacerlo. Siempre nos ha gustado tocar en salas y tener ese punto de encuentro con quienes nos escuchan día a día, ya sea en plataformas o comprando discos en las tiendas. Todo esto es una buena excusa para volver a conectar.

En cuanto al disco de versiones, Brindis, eso vino un poco después. Nuestra relación con las versiones siempre ha estado muy ligada al directo. A veces, cuando estás cansado de tocar siempre el mismo repertorio, te apetece cambiar y probar cosas nuevas. Por ejemplo, hicimos la canción de Pau de Els Pets, y eso fue como el punto de partida de este proyecto que terminó convirtiéndose en un disco. 

- Me da la sensación de que, dentro de las versiones que habéis elegido, hay algunas que son canciones que os han marcado como grupo, y otras más pop que tienen que ver con vuestra biografía emocional. ¿Esto genera dos aproximaciones diferentes a las canciones originales?
- Sí, lo has explicado muy bien. La selección es muy variada porque nuestros gustos musicales también lo son, y los criterios que hemos usado para elegir las canciones son igualmente diversos. Creo que el denominador común entre todas es que son artistas que componen sus propias canciones y tienen una voz muy personal y singular dentro de la música. Ese carácter o personalidad conecta con la nuestra por diferentes motivos, y por eso sentimos esas canciones como cercanas.

Además, no es solo cuestión de la creación artística. Para conectar de verdad con una canción o un disco de un artista, también le damos importancia a cómo se relaciona con su entorno, con su oficio, las decisiones que toma, su ética, su actitud… Eso para nosotros también es muy importante.

- ¿Y qué pasa con las versiones de personas que conocéis [De Da Souza, un grupo amigo, versionan Aixopluc, y de Els Pets, una versión que ha acompañado al grupo, Pau, a través del líder Lluís Gavaldà]. ¿Han participado en el proceso creativo del disco?
- Pues mira, Lluís Gavaldà, el cantante y compositor de Els Pets y autor de Pau, sí que intervino. Fue él quien nos animó a cambiar la letra. Esta fue, de hecho, la primera versión que hicimos. La tocamos con la letra original para intentar convencerle de que viniera a cantarla con nosotros en el concierto de presentación de Caja Linda en Barcelona. Al principio era solo una anécdota, algo puntual. Pero después, en el backstage, nos dijo: "Está guay la versión, pero ¿por qué no cambiáis la letra? Haced algo más vuestro". Y eso hicimos. Como era una canción muy circunstancial en su momento, decidimos actualizarla un poco.

En cuanto a Da Souza, también hay una conexión más personal. Cuando versionas a alguien cercano, surge la pregunta de qué pensará. Con otros artistas no tienes ese tipo de preocupación, pero con ellos es diferente. Algo parecido nos pasó con El último de la fila: aunque no conocemos personalmente a Manolo García ni a Quimi Portet, sí hemos tenido algún intercambio de mensajes y conocemos gente cercana a ellos. Ese respeto gigante hacia su proyecto nos ha hecho abordar la versión con mucho cuidado.

- Las escenas musicales a nivel nacional son tan amplias que el público es muy diverso. Escuchando las versiones de Fugazi o Turnstile, me venía a la cabeza la gente que no conoce a estos grupos, pero que quizá, gracias a vuestras versiones, los descubran. ¿Sientes que hacer una versión es como compartir una canción con alguien y decir: “Escúchala, es increíble”?
- Totalmente. Hay mucho de eso en versionar a otros artistas, sobre todo si lo haces desde el lugar en el que lo hemos hecho nosotros: llevándolo a nuestro terreno, pero respetando la canción. Lo que dices es cierto, y aunque no lo había pensado mucho, sí ha sucedido. Por ejemplo, en algunas entrevistas de estos días, periodistas musicales —que en teoría consumen mucha música— nos han comentado que no conocían algunos de los proyectos que hemos versionado y que ahora, gracias a nuestras canciones, se han interesado. Eso es algo muy chulo, la verdad.

Nosotros siempre hemos apostado por abrir el abanico. Nunca hemos querido ser un grupo de nicho ni despreciar otras escenas o músicas. Lo único que hemos rechazado, quizá, es la parte más puramente comercial, los productos diseñados únicamente para vender. Nosotros valoramos la música hecha desde la necesidad de contar algo, de expresar algo que no se puede decir de ninguna otra forma. Siempre a favor de eso.

- En la gira, ¿cómo vais a plantear el setlist? ¿Mezclaréis las canciones de este disco de versiones con vuestros anteriores trabajos? 
- Nuestra idea es hacer un concierto muy cercano, lo que llamamos “muy de estar por casa”, sin fuegos ni artificios. Queremos algo más parecido a lo que hacíamos en nuestros inicios: un concierto honesto, crudo, pero con ese espíritu de hermandad, como si estuviéramos escuchando nuestras canciones en casa de un colega con un vinilo. Buscamos generar un clima festivo y celebrativo, pero desde un ángulo diferente al que hemos venido trabajando últimamente.

- Para ser solo dos y tener esa sencillez que decís “de estar por casa”, conseguís llenar el escenario como si fuerais cinco sobre el escenario. 
- Somos conscientes de que es algo singular y que suele sorprender. Para nosotros está completamente normalizado porque llevamos más de 400 conciertos siendo solo dos en el escenario. Pero sí que hemos reflexionado sobre ello y sabemos que esto le da muchísima personalidad a nuestro proyecto.

También creo que el vínculo que tenemos como dúo se percibe como un extra en los conciertos. Eso puede sumar o restar, dependiendo del momento y del estado de nuestra conexión personal. Es algo que influye mucho, sobre todo en los directos. Estamos muy acostumbrados a defender esta propuesta, pero también sabemos que no es fácil.

- Vais a hacer 12 días seguidos de conciertos. ¿Cómo crees que influirá el formato de esta gira en los conciertos? 
- Esta gira nos da la vida porque nunca hemos hecho algo así. Las cosas que suceden por primera vez tienen un poder especial, ¿no? Todos recordamos nuestra primera vez haciendo algo importante. Tener la capacidad de generar experiencias que suceden por primera vez requiere trabajo, y nosotros estamos muy ilusionados con esta gira.