CASTELLÓ. Cómo debe ser eso de ir caminando por la calle y encontrarse de repente a un guerrero de más de cinco metros de altura. La Fam Teatre ha hecho realidad esta impactante imagen con Aquiles. Una marioneta de casi 800 kilos que revive la historia de uno de los mayores héroes de la mitología griega. Durante una hora, la compañía vila-realense recorrerá, escondida tras las grandes dimensiones de esta figura, las calles de Peñíscola dando por inaugurado el Festival de Teatro Clásico. Será este jueves, a las ocho de la tarde cuando invadan la localidad castellonense. Más adelante, el 28 de agosto viajarán hasta el festival Sagunt a Escena, en medio de una gira que recorrerá de punta a punta la Comunitat.
Llevaban tiempo interesados desde La Fam en crear una figura humana de grandes dimensiones, a ser posible de complexión atlética como si de un guerrero se tratase. Así que tras mucho pensarlo surgió la idea de recrear a Aquiles. Uno de los grandes héroes de Troya. El guerrero que aunque se pensaba que era inmortal, terminó no siéndolo.
Como cuenta la leyenda, Aquiles murió cuando una flecha envenenada, lanzada por su hermano Paris, atravesó su talón. El único punto de su cuerpo donde el héroe se volvía vulnerable... y mortal. "Hemos querido contar su historia dotándolo de vida. Pero también, representaremos su muerte en un espectáculo de pirotecnia. Una flecha lo atravesará y mediante una serie de efectos que simularán el fuego, se recreará su fin", señala Herida.
Aunque se trata de un espectáculo sin texto, la representación irá acompañada además de música. Unas piezas creadas por Juanjo Ballester, cargadas de instrumentos de percusión, con las que se busca crear una atmósfera misteriosa y épica. "Así conseguiremos sobredimensionar la marioneta", manifiesta Sergio Heredia, director de La Fam, quien no esconde que la obra ha sido creada, en definitiva, para causar "el mayor impacto posible" entre el espectador.
"El texto ha dejado de interesarme como lo hacía en otros momentos de mi vida. El teatro ha de abrirse hueco entre los espectadores mediante nuevos códigos. Hacen falta creaciones que causen impacto a través de la vista. Más ahora con todos los estímulos visuales que recibimos", considera el dramaturgo, que desde creó la compañía en 2014 no ha dejado de plantear obras basadas en nuevos códigos y estéticas. Así lo hizo con Mr Blu Sky, una producción donde los actores se meten literalmente dentro de un televisor para hablar del colapso que vive una sociedad sobreinformada; o en Motorpunk, donde seis acróbatas dirigen unas motos de grandes dimensiones.
En el caso de Aquiles, su representación corre a cargo de cuatro actores que lejos de interpretar un papel, a lo que se dedican es básicamente a la manipulación de la marioneta. "Hay toda una estructura a su alrededor que permite que esté recta y que se mueva. También cuenta con motorización propia, pero somos nosotros quienes le damos vida. Uno se encarga del cuerpo y los ojos, ubicándose delante del títere para también conducir al resto; mientras que otro se encarga de la conducción y tracción y otros dos de las piernas, para generar la sensación de que está andando", explica el dramaturgo.
Era la primera vez que Santi Martínez, Victor Segarra, Juanan Lucena y Heredia se encargaban de una instalación de estas características. No es fácil trabajar con una marioneta de tales dimensiones, por lo que los ensayos los dedicaron exclusivamente a perfeccionar la manipulación. "Teníamos que lograr que su forma de andar pareciera natural y a la vez tenía que ser lo más impactante posible. Es casi como si condujéramos un vehículo. Has de hacerte a la conducción y buscarle el secreto", incide el vila-realense.
También el diseño y la construcción han requerido de un gran esfuerzo por parte del equipo. La compañía Antigua y Barbuda dedicó dos años, desde 2019 hasta 2021, a la elaboración la obra. "Una pieza de ingeniería" que, como explica Herida, contaba con la dificultad añadida de tener partes monotorizadas.
En un primer momento, Aquiles fue diseñado para ser parte de desfiles y cabalgatas. Una pieza de grandes dimensiones que destacaría de entre todas las que hubiera. Sin embargo, la compañía pronto decidió que esto no era suficiente y generó un espectáculo donde además se cuenta una historia con su inicio y desenlace. Ahora bien, el espectáculo sigue estando concebido para un pasacalles.
Ante esto, el espectador tiene dos opciones: o quedarse con la estampa de ver a un gigante paseando en medio de su ciudad, o unirse a él y llegar hasta el punto final del recorrido. "La obra está pensada como un espectáculo de impacto y no para estar viéndolo durante todo el tiempo", recalca eso sí su director, que explica que con cada Ayuntamiento se ha trazado un recorrido específico.
"Necesitamos que las calles tengan un ancho y un alto determinado. También hay que evitar las inclinaciones. No puede pasar por todos los rincones la figura", añade Heredia. En el caso de Peñíscola, la compañía vila-realense recorrerá el paseo marítimo con un trayecto de ida y vuelta.