VALÈNCIA. Todavía recuerdo canciones como La Juventud y el Tiempo o Momentos similares, ambas de Modelo de Respuesta Polar, resonando en mi cabeza como si fuera ayer, y ya han pasado casi diez años. Ahora, una vez que los valencianos dijeron adiós, no deja de sonar en mi sesera la belleza aterciopelada de Las Lindes, el segundo epé de Borja Mompó, vocalista de aquella banda que ahora ha publicado su último redondo, tras un EP homónimo, que destila melodías, violines y sintetizadores. Mi recomendación es dejarte llevar por el disco, como un viaje circular que no termina con su último corte, Al Recomenzar, sino que puedes volver al primer tema. Charlo con él días antes de navidad, el momento perfecto para dejarte mecer por la calma que transmiten las cuatro canciones de Las Lindes.
Su segundo EP me ha gustado mucho, hay sintetizadores envolventes, más instrumentos de cuerda y una sensibilidad especial, además en Las Lindes, Borja cuenta con la participación y apoyo del productor, Xema Fuerte. Sin duda hay evolución en el trabajo de Mompó. “La verdad que soy un poco desastre y no sé por qué en cada momento hago cada cosa”, sentencia a través del teléfono. “De esto hablaba con Iván Ferrero, fíjate qué perfil, me decía: mira, yo no sé qué disco he hecho hasta que no empiezo la promoción. Entonces me empiezan a decir qué disco he hecho. Y yo sobre mi discurso empiezo a darme cuenta de qué disco he hecho. Entonces a mí me pasa un poco igual, y creo que nos pasa a muchos que te vas dando cuenta con el tiempo de qué has hecho, por qué lo has hecho, por qué lo has hecho con esa persona, todo en general”, señala.
Suena más íntimo que su anterior trabajo, primero en solitario, y más personal que sus últimas obras junto a sus compañeros de Modelo de Respuesta Polar. “Entonces el EP anterior, yo tardé mucho en darme cuenta que viene del último disco de modelo que es Más Movimientos, que es un disco que estaba como ultra lleno, ultra apretado, directo”, comenta. “Yo siempre he hecho los discos como en el momento en el que estaba la banda, entonces nosotros veníamos de años muy guays, de girar mucho, de tocar delante de gente, eso te inyecta una movida que no te das cuenta”
Mompó regresa en cierta medida a lo más orgánico, incluso los sintetizadores suenan también orgánicos, y la más extrema sencillez desde lo íntimo. “El último disco de Modelo sonaba enorme, yo de repente pues me recogí sobre mí mismo e hice un disco como el primero muy, muy sencillo, muy limpio. Y ese fue el punto de partida un poco de esto. O sea, como un poquito de instrumentación y canciones, y composiciones, y ahí he ido construyendo”, revela. En Las Lindes encuentras esos sintetizadores que te hablan despacio y suave. “Sintetizadores muy orgánicos, de sonidos muy rotos y también muy bonitos (ríe). Entonces, pues eso, de repente me he visto en otras texturas, en otros colores donde me veo a gusto. Entonces, sin una presión externa de nada en concreto, pues me parecía que jugar ahí era interesante”
Borja me explica su método para la composición de las canciones. Me gusta porque coge ideas, se separa de ellas para oxigenarlas y verlas con perspectiva más adelante en el tiempo, así puede analizar y seleccionar lo que más le gusta. “Yo tengo también una forma de trabajar un poco caótica, no organizada y a la vez un poco organizada dentro de ese caos”, señala. “Yo grabo mis notas del iPhone, son cientos de canciones que voy revisando. Siempre trabajo así. No las voy del todo retomando, sino simplemente conforme pasa el tiempo voy acotando, acotando y empiezo como a revisarlas, y las que me parecen, porque esto de la composición pasa muchas otras cosas: es increíble esta canción, y luego no, obviamente, entonces me gusta como abandonarlas y retomarlas con el tiempo, como un mensaje que alguien te ha dejado”, me explica.
A veces es la inspiración y la creación es la que te busca a ti, y el autor solo tiene que cribar, y entonces están listas para salir adelante. “Entonces la puedes ver con perspectiva, pasa el tiempo y con esa revisión por algún motivo ya dibujas algo que tú dices: joder, esto es algo. No sé si vas buscando algo en concreto, pero te encuentra a ti y de repente le das un hilo conductor, le pones una fecha de grabación y te plantas en el estudio con esas cinco canciones, que unas tienen dos años, otras tienen un poquito menos, en mi caso han pasado una serie de filtros”.
La necesidad de contar historias, de narrarlas, de musicarlas es inherente a cualquier músico. “Tengo una formación musical que me hace afrontar la música desde ahí, llevo toda la vida tocando y siempre lo he hecho desde de la necesidad. Esa necesidad de plasmar, de soltar, de vomitar, y luego le vas dado forma más bella o más cruda. Siempre he ido por ahí, tanto a nivel de ejecución como de armonía musical, siempre he sido bastante impulsivo, texto corrido y perfilando, yo siempre he compuesto así”.
Mompó, ya desde su etapa en Modelo, se ha abierto en canal en algunas letras, ha contado su vida y se ha expuesto a sus oyentes. Sigue en ese camino, que debe ser casi terapéutico. Le pregunto por la exposición, por abrirse el pecho. “A nivel de exposición, ningún tipo de pero porque es increíble cómo la gente escucha una canción y piensa en su novia”, relata. Las canciones de Modelo y ahora en solitario parece que te hablan, que cuentan tu vida, cada uno puede llevarla a su realidad, a sus sentimientos y vivencias, porque Mompó trata temas universales e íntimos. A mí me ha removido, Al Recomenzar, los últimos 40 segundos de melodías son espectaculares. “Me ha venido gente que me ha dicho que esa canción ha hecho que su chica y él se junten. Podría ponerle el nombre de una persona a una canción y la gente escucharía el de su novia o el de su ex, cero problemas con la exposición. Mucha gente puede pensar que describo una persona y muchas veces me estoy describiendo a mí mismo desde fuera. Cambiar el punto de vista me gusta mucho”.
El disco para mí suena muy mediterráneo, se lo comento y ríe. Ya se lo han dicho amigos de Madrid. Creo que la participación del productor ha sido esencial en ese sonido. “El hecho de trabajar con Xema, y que al final el sonido haya sido así, tiene todo el sentido porque Xema tiene una forma de trabajar muy especial”, explica. “El tío llega al estudio con una metodología muy peculiar, va probando cosas, toca casi todos los instrumentos. Es una forma muy orgánica, muy bonita que luego se refleja en ese tipo de arreglos, de texturas, de armonías, de repente hay una flautita. Xema es productor y multiinstrumentista, es una rara avis dentro del ejercicio de la producción, este disco no se podía haber grabado sin Xema. Nadie en el mundo hace eso”.
Que Borja Mompó publique su segundo epé en vez de un largo no tiene que ver con su gusto por el formato, sino con una cuestión presupuestaria. Ojalá su tercer disco sea un elepé. De todos modos, Modelo nació discográficamente con la grabación de un epé, que era el premio de un famoso concurso de Vinilo Valencia. “El primer EP de Modelo era una cosa meramente presupuestaria porque era el premio del concurso que habíamos ganado”, dice. “En ese momento era un medio de comunicación que había aquí en Valencia, local. El premio era grabar unas canciones. Había un concurso de maquetas, y nosotros lo ganamos, el premio era grabar ese disco. Nosotros le pusimos, creo que 300 eurillos más y nos grabamos dos canciones más”.
Modelo ha dejado una impronta en la música valenciana, en sus seguidores y en su forma de trabajar. Yo lo veo desde fuera pero es cierto que en ocasiones los artistas no son plenamente conscientes del impacto y la huella que su trabajo ha dejado. “Una visión externa siempre es más objetiva, yo no tengo muy claro qué ha quedado, para qué ha quedado. El otro día saliendo de un garito de Madrid me pilló un tío y me dijo: ¿eres Borja?, y digo, sí, me va a atracar, me va a pegar (risas), tío, joder…, pues no lo he visto venir, porque para mí ya no nos escucha nadie, pero no es así. Yo estoy aquí en mi casa hablando contigo, y no estoy pensando en si hay alguien escuchándome, y sí lo hay porque luego lo ves en audiencias, es real que hay gente que le emociona y le sigue emocionando, que sigue poniendo los vinilos y eso no queda registrado en ningún lado. Los músicos nunca somos conscientes de lo que ha quedado de sus canciones”, apunta.
Mompó no es un artista que reniegue de su pasado, de la banda con la que dio esos primeros pasos en la industria; de hecho todo lo contrario y eso me alegra. “Modelo como banda me lo ha dado todo, todo en el sentido de ilusión, de una luz en el horizonte para pasar la semana currando de otra cosa y saber que el viernes y sábado tenía bolos. A mí eso no me lo quita nadie, me ha dado muchas alegrías, viajar mucho, tener muchos amigos por toda España”, recuerda.