El rhythm and blues nació de la fusión de sonidos africanos con el jazz urbano. Hasta hace medio siglo significaba, para la tradición musical americana, una amenaza por considerarla una música inculta, exclusiva de raza negra, que ofendía a los blancos y al academicismo. En nuestra era globalizada, cualquier soporte sirve para reivindicar más pluralidad y libertad. Bajo esa premisa, el músico autodidacta Borja Niut (València, 1996) trabaja en su primer EP, un recopilatorio de canciones vibrantes que ensalzan la diversidad, cajas de ritmos que acompañan una actitud queer, un discurso que reivindica más libertad, vitalismo y autodefinición. Un salto experimental de Mariah Carey a Kali Uchis con filtro València
VALÈNCIA. El impulso experimental hacia la música de Borja Faus Campos ha transformado sus apellidos en una marca personal que suena raro: Niut. Fue diosa de la nada, un poco de noche francesa, la locución del desnudo le acompaña ahora en un inicio de trayectoria artística completamente autodidacta, formándose únicamente mediante la escucha constante de bases, voces y estilos en fusión que le interesaban. “El punto de partida fue un libro que había escrito, que titulé Blanco roto y de ahí me fijé en el tono nude”. Un color que, al mismo tiempo, le muestra desnudo ante la creación musical. Se inspira en Amanda Lear y Kaytranada pasando por la revolución que supuso Mariah Carey, golpes de la música disco clásica, la sofisticación electrónica de Moloko y la pose drag y radical de Rupaul. “Me da igual el trap, tengo que ser fiel conmigo mismo”, es su punto de partida.
Por ahora, en las plataformas musicales pueden escucharse solo dos pistas: ‘Chaotic’, ‘Onexone’, que son los dos singles publicados, de los muchos que lleva desarrollando Borja, un músico de la generación Z que se apasionó por producir canciones muy joven y ahora busca una salida profesional, partiendo de cero, para adentrarse en el universo de la música y del espectáculo. Para ello, se ha rodeado por las mejores influencias artísticas que estaban en su órbita de contactos. Turian Boy (productor también de los valencianos Bearoid y Fru Katinka) colabora ordenando los beats y arrastrando samplers, Fer Sempere gestiona la dirección creativa de artes, estilismo y fotografía. Viaja a Madrid para completar cada canción en los estudios de Carlos DLargo, experto en producciones sonoras.
A causa de la pandemia, Borja no ha podido dar su primer concierto, ni presentar en público las canciones publicadas. Sueña con ese momento. “El primer concierto que dé creo que va a ser de volverme loco, de muchísima euforia: el baile me ha gustado muchísimo siempre. Verme encima de un escenario cantando lo que quiero… me voy a morir de nervios”. El espectáculo consistirá seguro que en un juego escenográfico con cambios de vestuario “mi ilusión es hacer espectáculo. Me apetece hacer cosas dramáticas, expresiones, muchas luces”. La bola de espejos de las pistas de baile es el elemento con el que ilustra la portada de uno de sus temas, Donna Summer está muy presente en su inspiración.
La marca personal es esencial para construir un perfil artístico; para expresar una idea global que arrastra inevitablemente a lo estético. Para la entrevista, Borja acude con un jersey de Jil Sander, unos jeans con flores bordadas de Roberto Cavalli, botas estilo cowboy extrapoladas a lo contemporáneo, de Toni Mora. Las prendas son del Vestidor Vintage, una tienda de Ruzafa colaboradora habitual de Fer Sempere, estilista que vive ahora una efervescencia en el mundo de la dirección creativa. Desde València, ha conseguido que le llamen para los shootings de publicaciones internacionales tan relevantes como L’Officiel o Fucking Young. Su trabajo más reciente ha sido una sesión para la edición italiana de Vogue. Borja Niut confía a ciegas en él para poner los andamios de un proyecto que, sin duda, tiene mucho de imagen y de cómo se proyecta cada uno.
Entre Borja Niut y Fer Sempere hay una larga amistad que ahora está fraguando hacia un proyecto musical definitorio. En los próximos meses saldrá a la luz un EP de canciones nuevas. “Van a ser notas cósmicas y atmosféricas muy en línea con el R&B, pero también con momentos más lentos para poder cantar y expresarme mejor, un poco electrónico y chill-out”, explica sobre un trabajo en el que la imagen va a ser un puntal. “En entorno marca muchísimo, detrás hay un trabajo de imagen; me gusta hacer lo que quiero en cada momento; y expresarme haciendo cosas adrede para cada letra, para cada proyecto”. Sempere refuerza esta idea y reconoce que la imagen es algo que marca y distingue: “por ejemplo, detrás de Rosalía hay un trabajo de muchísimos años en este sentido y ha conseguido lo que quería, el éxito siempre llega cuando estás trabajando”.
Llama la atención que su mensaje en las primeras canciones sea en inglés, pero ha aprendido la música así; ha escuchado las voces de Amy Winehouse, Frank Ocean, Blood Orange y ha querido comunicarse en su lengua. A veces lo reconduce hacia el spanglish. Su nuevo trabajo significará un cambio. “La música que me ha interesado siempre ha sido en inglés, me sale solo y me gusta, me da igual que esté de moda, que sea tendencia; de hecho las próximas canciones serán más en español, al final busco expresarme de la mejor manera”. La fusión está asegurada. “Me siento más cerca de Bowie que de Rosalía, pero también siento cercano al espectáculo que suponen de los conciertos de Beyoncé, siento la música así. Es algo que me ha gustado siempre, expresarme como soy y mostrarme con una estética que me identifica”.
The Weeknd, el cantante y compositor que ha revolucionado el género R&B en los últimos años llevándolo a las listas de ventas, al mainstream y al mismo tiempo a las discotecas de todo el mundo, generó polémica hace meses entre el colectivo LGTB estadounidense, porque en una de sus canciones, ‘Lost in fire’, parece que habla de una mujer lesbiana como algo pasajero, que volvería a ser heterosexual, o que le servirá para presentarle a alguna amiga. El R&B en sus canciones, como el reguetón mayoritariamente, ha pecado de ser un estilo dominado por notas de machismo. Borja Niut considera que es momento de romper clichés: “creo que la música tiene que nacer de cada uno, cada artista tiene su propio mensaje, su espacio, y creo que hoy se demuestra que con cualquier estilo se puede decir y reivindicar lo que sea”.
Ser independiente en la industria musical es una actitud extra. Pero Niut se mantiene firme y por ahora renuncia a someterse a productoras que le llevarían a la radiofórmula. “Me costaría muchísimo, diría que no a trabajar para alguien, y no voy a cantar una cosa que no siento; hasta ahora lo que hago lo escribo y lo compongo yo”. Un lenguaje reivindicativo hacia el terreno de la diversidad, con acento en lo queer; “me gustaría seguir expresándome libre, y que el público sepa que mis mensajes son los que quiero transmitir; aunque llevo muy poquito tiempo en esto, es lo que quiero hacer”.
Ante la duda de si supone algún obstáculo ser músico gay que lanza mensajes sobre diversidad a la hora de abrirse camino en un entorno hostil contra los atrevimientos, Borja Niut piensa que no. Pero Sempere ahonda más en el asunto: “yo creo que al revés, que abre puertas; hoy en día se está pidiendo eso, que cada uno haga lo que quiera y vaya como le dé la gana, y se resalta positivamente esa diversidad”. Borja Niut desde su infancia sufrió bullying y le han señalado como maricón. Ahora le gustaría protagonizar una especie de revancha desde un escenario. “Me gustaría volver al pueblo y dar un concierto como vacileo, porque toda la vida han estado metiéndose conmigo y me encantaría hacerlo”. Sin duda, sería un ejercicio que podría llegar a educar y eliminar prejuicios.