VALÈNCIA. Mañanas soleadas, ambiente familiar y cuidada gastronomía quizás no sean los conceptos que se nos vienen a la mente de manera automática cuando pensamos en música electrónica. O, al menos, así era hasta que apareció sobre la superficie del globo terráqueo el fenómeno Brunch-in the Park, una iniciativa que desde hace siete años busca abordar este tipo de ritmos a plena luz del día, liberarlos de prejuicios y acercarlos a una audiencia más amplia. Tras lograr el éxito en ciudades como Barcelona, Madrid, París o Lisboa, el formato aterriza ahora en La Marina de València, donde se celebrarán las nuevas ediciones dominicales de este evento los días 2, 16 y 30 de septiembre. Una 'vuelta al cole' junto al Mediterráneo y al son de las últimas tendencias en house, ambient o hardcore.
Así, Brunch-in the Park propone actuaciones de DJ al aire libre y a las que pueda acudir público de todas las edades, con especial atención a los progenitores y sus retoños. No en vano, el festival defiende el family friendly a modo de bandera inexcusable, de elemento clave de su marca. Para sus organizadores, el objetivo del proyecto se resume en una frase tan sencilla y efectiva como “disfrutar de grandes sesiones sin tener que trasnochar”. Por este motivo, el festival abre sus puertas de 13:00 a 22:00 horas, un horario bastante alejado del que suelen adoptar los eventos multitudinarios destinados a estos sonidos y que ejerce en sí mismo como declaración de intenciones: sí, hay otra forma de vivir el techno y el drum&bass.
Según explica a Cultur Plaza David Charro, responsable de comunicación de esta iniciativa con sede en la Ciudad Condal, “en las fiestas de música electrónica tiene que tener cabida todo el mundo. Hay mucha personas con hijos que son amantes de este género, que lo eran antes de convertirse en padres, y queremos que puedan estar ahí también". Y es que, en su opinión, "hasta ahora se habían quedado fuera, existía un vacío que veíamos necesario cubrir”.
Precisamente para llenar ese hueco, el festival combina una zona destinada a los adultos con el espacio Petit Brunch, donde los menores pueden descubrir en directo ese estilo de música que tanto fascina a sus padres mientras realizan talleres, participan en juegos colectivos o disfrutan de hinchables. Las gastronomía es otra de las patas fundamentales de este banco, por lo que en cada jornada se busca ofrecer diferentes propuestas en materia de alimentación a través de foodtrucks especializados.
La llegada de Brunch-in the Park a la capital del Túria viene precedida por las anteriores entregas en distintas urbes, tanto españolas como extranjeras, donde ya ha logrado hacerse un hueco como modelo de ocio intermitente. Las sesiones de Barcelona, por ejemplo, están más que acostumbradas a ver en el horizonte el cartel de Sold out y han dado lugar a eventos complementarios como el Brunch-in the City. ¿Por qué desembarcar ahora en València? “Creemos que en esta ciudad hay una audiencia potencial en el campo de la electrónica. Mucha gente que reside aquí y había venido ya a sesiones de Brunch en alguna de las otras localizaciones nos lo pedía”, apuntan los impulsores de la iniciativa, quienes señalan que el espacio de La Marina “se adapta muy buen" al formato de festival que tienen en mente.
Por el momento, se desconoce el cartel que protagonizará cada una de las tres jornadas que compondrán el encuentro valenciano, aunque se sabe que habrá una mezcla de artistas internacionales y locales. Hasta ahora, algunos de los nombres con los que ha contado el festival en sus otras ubicaciones son Jeff Mills, Agents of Time Dj set, Caleb Calloway, Brina Krauss o Eagles & Butterflies.
Por su parte, los responsables de La Marina, destacan a Cultur Plaza que consideran este evento un buen vehículo para “romper el tabú” que persiste todavía alrededor de la música electrónica. “En otras urbes ya se ha conseguido, esperamos que aquí también se pueda”, subrayan. Respecto a la relación con el entorno en el que va a celebrarse, señalan que se trata de “una oportunidad más para el ocio diurno en el que se mezclan distintas cuestiones del ámbito cultural, como la música y la gastronomía”, por lo que se sigue la línea de la programación habitual en el enclave costero.
Además, el proyecto contribuiría a la desestacionalización de la actividad en esta zona, o lo que es lo mismo, a extender su vida pública una vez llegue el otoño. “De momento queremos ver cómo se adapta a la ciudad de València y, si es posible, mantener una continuidad más allá de los meses de verano. De hecho, la idea es estudiar si es posible extenderlo durante todo el año”, explican los responsables del espacio. De ser así, se lograría profundizar en la senda iniciada por el ciclo de conciertos celebrados los sábados por la mañana en la pérgola de La Marina de febrero a mayo de 2018.