VALÈNCIA. El Festival Cabanyal Íntim, que cada primavera lleva las artes escénicas al interior de las casas del barrio valenciano y otros espacios singulares, suspende finalmente su edición de este año –programada inicialmente en mayo y pospuesta después para junio-, que correspondería con la celebración de su décimo aniversario.
Ante la imposibilidad actual de realizar el festival manteniendo su espíritu de desarrollar una programación íntima en los hogares del barrio del Cabanyal, con aforos reducidos, y en la que prime la proximidad y cercanía entre el público y los actores, la décima edición de Cabanyal Íntim, organizada bajo el lema El Tiempo, se aplazará al 2021. “Hemos trabajado durante meses con mucha ilusión y energía pero dadas las circunstancias que estamos viviendo debidas a la covid-19 consideramos que lo más sensato es posponer las fechas”, explica su directora artística, Isabel Caballero, quien asegura que les gustaría poder mantener la programación que ya habían cerrado para esta edición y convocar a los artistas participantes a una nueva cita para mayo del próximo año. La multitud de mensajes y muestras de apoyo que el festival está recibiendo estos días por parte de la ciudadanía, destaca Caballero, “constatan que se trata de una cita muy consolidada, querida y esperada por su público”.
Aunque este año no se realizará la gran fiesta escénica del Cabanyal Íntim, el festival, en agradecimiento a la fidelidad de su público y para mantener viva su luz, ofrecerá en septiembre y en colaboración con el Ayuntamiento de Valencia, unos encuentros escénicos que se desarrollarán en el Teatre El Musical y La Mutant: “Aunque todavía están por definir, serán unos encuentros que se prolongarán durante varios días y que harán que nos volvamos a encontrar para celebrar la vida que es lo que siempre hemos pretendido hacer desde el festival”, avanza Caballero. Unos Íntims en pausa que ofrecerán una serie de propuestas multidisciplinares, aún por concretar, en las que el festival quiere involucrar a algunas compañías y/o creadores y proponerles un reto: “Si por un día, por unos momentos, pudiéramos atrapar el sueño de no haber parado, de haber celebrado este décimo aniversario, ¿cómo sería? Si pudiéramos retener esas imágenes de antes de todo esto y colocarlas dentro de un teatro, ¿qué pasaría?”. Una idea que “todavía está en el horno”, reconoce la directora, que deberá adaptarse a las regulaciones exigidas en ese momento, pero que servirá, entre otras cosas, “para exorcizar al demonio pandémico a través del arte y los encuentros creativos”, concluye.