VALÈNCIA (EP). Una productora valenciana ha elaborado el documental 'Camadas' que retrata el estrés postraumático de los soldados que participaron en la Guerra de las Malvinas y se centra en el sufrimiento de muchos de los se encontraban realizando el servicio militar y se vieron envueltos en este conflicto que este 2 de abril cumple 40 años. Los profesionales se han desplazado hasta Tierra de Fuego para rememorar las experiencias de lo vivido en el año 1982, con un grupo de excombatientes, de los que muchos no han sido reconocidos como veteranos de guerra por el estado argentino.
El resultado es 'Camadas', un proyecto de fotografía y vídeo documental, que pone el foco en el punto de vista más emocional de la contienda y se centra en algunos de los soldados que se encontraban haciendo el servicio militar cuando les mandaron a la contienda que han sufrido estrés postraumático. El trabajo está dirigido por la periodista valenciana Rocío de la Vara y producido por el fotógrafo argentino, asentado en la localidad alicantina de Dénia, Alejandro Álvarez Liberti; y el director de cine valenciano, Javier Díez Botet. La banda sonora es obra del también valenciano y Premio Nacional de Música 2005, Joan Cerveró. Los impulsores del documental quieren llegar al máximo público posible, tanto en España como en Argentina y el Reino Unido, por lo que la han presentado en festivales de cine internacionales y, por el momento, ya ha sido seleccionado en el de Leipzig, de AFI (Hollywood) y en el IFDA Amsterdam
74 días de guerra
La conocida como Guerra de las Malvinas duró 74 días y se cobró la vida de 650 personas en el bando argentino y 255 en el británico, según han explicado los responsables del documental que han incidido en que a lo largo de todos estos años se han suicidado unos 500 ex combatientes argentinos y 264 británicos. En Argentina, cuatro décadas después, las heridas todavía continúan abiertas y un buen número de soldados siguen reclamando la veteranía de guerra, que el estado argentino aún no les ha reconocido. Los miembros del BIM1 no estuvieron directamente en el fuego cruzado de Malvinas pero sí fueron objetivo constante por parte de las tropas enemigas lo que les dejó secuelas que, en muchos casos, todavía perduran: silencio, culpa y deshonor. Los 'camadas' -miembros de un mismo reemplazo- pasaron tres décadas hasta que volvieron a reencontrarse y comprobaron que en muchos casos compartían episodios de violencia familiar, alcoholismo o les habían diagnosticado patologías similares, como el vitíligo.
El objetivo del BIM1 fue custodiar el aeropuerto de Río Grande, desde donde salían los aviones Super Etendard cargados con misiles Exocet que destruyeron parte de la flota británica. Hubo dos operaciones, el Plum Duff y la Operación Mikado, que pusieron en el punto de mira la base aeronaval de Río Grande. Ambas operaciones permanecen sin desclasificar por parte de ambos estados. La primera llegó a ejecutarse pero la segunda quedó en papel mojado.
La vuelta al lugar de los hechos
Los ex combatientes Carlos Tear, José Luis de la Torre y Daniel Hansen han regresado al galpón de esquila -establos- de la Estancia José Menéndez para protagonizar el documental. Durante una semana, además de la Estancia José Menéndez, el equipo ha recorrido los distintos puestos de guardia en los que estuvieron destacados, la ciudad de Río Grande y los puntos de incursión del ejército británico en el Plum Duff. En 2012 los excombatientes constituyeron la Asociación BIM 1, que recluta con cierta periodicidad a algunos de los miembros del batallón repartidos por toda la República Argentina y su objetivo es ser reconocidos como veteranos de guerra.
"No es una cuestión de plata, sino de honor, de que se nos reconozca lo que hicimos: estuvimos en tensión constante, esperando ataques aéreos o navales, tanto por parte del bando británico como del chileno, ya que por aquel entonces ambos países eran aliados", según ha incidido el Presidente del BIM 1, José Luis de la Torre. Los 'Camadas' se han mostrado "visiblemente" emocionados por lo allí vivido durante los 74 días que duró el conflicto, según la productora que ha indicado que cada uno de los rincones de la estancia está marcado por alguna anécdota; recuerdos por los que sus mentes a menudo han transitado en los últimos cuarenta años.