'LA PANTALLA GLOBAL'

Confirmado: Hollywood es tan machista como sospechábamos

La web Polygraph, que basa toda su información en conclusiones a partir de la recogida de datos, ha analizado dos mil guiones para demostrarlo

3/06/2016 - 

VALENCIA. Sí, amigo lector, este es un artículo “de esos”. El titular no engaña. Así que si estás aburrido de escuchar a las mujeres quejándose de su insuficiente y sesgada representación en el audiovisual (o de la diferencia de sueldo con los hombres por hacer el mismo trabajo), no te molestes en seguir leyendo. Si crees que el feminismo no tiene sentido en pleno siglo XXI y que la igualdad de derechos se consiguió hace tiempo, pero hay quien se pasa el día lamentándose por tonterías, pasa de largo. Porque esta vez se trata de convertir esas protestas en cifras. En datos matemáticos que no admiten discusión, y que demuestran que ni mucho menos existe una situación de igualdad entre hombres y mujeres en el cine actual. Lo dice la web Polygraph (www.polygraph.cool), con una trayectoria todavía muy corta (apenas un año de vida), y que se ha destacado por elaborar estudios sobre la cultura popular en los que la base del análisis son los datos. No la opinión de un tertuliano radiofónico de moda o un brillante académico: Números puros y duros.

No es ningún secreto que en los últimos años se ha ido recrudeciendo el debate sobre cuál es el sector dominante en Hollywood. Y tampoco parece haber muchas dudas sobre su perfil: Es hombre. Y de piel blanca. Recordemos, por ejemplo, el reciente boicot de la comunidad afroamericana a la gala de los Oscars. Spike Lee se puede poner muy pesado, no vamos a negarlo, pero suele tener bastante razón en sus protestas. Del mismo modo, cada cierto tiempo alguien pone sobre la mesa la situación de marginación que padece la mujer en la industria. Sin ir más lejos, hace dos años nosotros mismos abordamos el asunto con motivo de un seminario organizado por el Observatorio Europeo del Audiovisual en el festival de Cannes. Entonces aprovechamos para dar la palabra a un puñado de profesionales (cineastas, productoras, periodistas, programadoras). Esta vez, las opiniones dejan paso a la cruda realidad estadística. Porque Polygraph ha analizado cada línea de diálogo de dos mil guiones de las últimas décadas. Y los resultados no pueden ser más reveladores.


Machismo animado

Uno de los primeros campos de trabajo escogidos fueron las producciones Disney. En enero de 2016, los analistas constataron que los hombres hablan más que las mujeres incluso en las películas protagonizadas por princesas. La conclusión es producto de la revisión de treinta films de la marca, incluyendo, atención, material de la progresista Pixar. El resultado: veintidós de ellos tienen mayoría de diálogo masculino. Y la lista incluye, por ejemplo, Mulan (Tony Bancroft y Barry Cook, 1998), una cinta con protagonista femenina. Hasta Mushu, su dragón protector, tiene un cincuenta por ciento más de diálogo que ella. No hace falta recordar (pero, va, lo hacemos) que la palabra vehicula ideas. Polygraph admite, no obstante, que la trama de una película no se circunscribe únicamente a sus diálogos, y que se podrían hacer algunas objeciones a su estudio en ese sentido. Pero números cantan.


Algunos otros títulos que tienen más de un sesenta por ciento de diálogo masculino son Pocahontas (Mike Gabriel y Eric Goldberg, 1995), La sirenita (The Little Mermaid, Ron Clemens y John Musker, 1989), El rey león (The Lion King, Roger Allers y Rob Minkoff, 1994), Toy Story (John Lasseter, 1995) o Up (Pete Docter y Bob Peterson, 2009), que casi llega al cien por cien. El caso contrario (mayoría femenina) se da, por ejemplo, en Del revés (Inside Out, Pete Docter y Ronnie del Carmen, 2015), Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, Tim Burton, 2010) o Maléfica (Maleficent, Robert Stromnerg, 2014). Fuera de Disney, las cosas no cambian en exceso. Comedias románticas como Pretty Woman (Garry Marshall, 1990) o 10 razones para odiarte (10 Things I Hate About You , Gil Junger, 1999), con mujeres como protagonistas principales, tienen un 58% de diálogo masculino. De hecho, entre los guiones analizados, solo el 22% tienen una mujer como personaje con mayor cantidad de frases. Por cierto, si se fijan en los paréntesis, advertirán que todas las películas citadas, sin una sola excepción, están dirigidas por hombres. Pero ese no es el tema de hoy. O puede que sí.

El rasero de la edad y los motivos del estudio

Ya que se ponían, los compañeros de Polygraph se entretuvieron también en determinar la edad de los miembros del reparto de las películas analizadas. Eso les permitiría cuantificar si existe una tendencia de parcialidad hacia las mujeres jóvenes en Hollywood. O, dicho de otro modo, si los actores masculinos disfrutan de la posibilidad de tener una carrera más prolongada. ¿Esperan sorpresas? En vano, porque no las hay. El máximo porcentaje de papeles para mujeres en Hollywood se lo lleva la franja de edad entre 22 y 31 años, mientras que en los hombres se sitúa entre los 42 y los 65. Por supuesto, volviendo a la clasificación en función de los diálogos, las mujeres mayores de 40 ven reducidas sus intervenciones a medida que van cumpliendo años; por el contrario, en el caso de los hombres sucede exactamente al contrario. 

El origen del estudio hay que buscarlo en un artículo previo de la misma web, donde aplicaron el Test de Bechdel a un buen número de películas actuales. Inspirado por el cómic Dos lesbianas de cuidado, de Alison Bechdel, es un sistema que se utiliza para evaluar la brecha de género en diversos productos culturales. En el presente siglo, solo el 55% de las 108 cintas nominadas a Mejor Película en los Oscars pasaría el test. Y de las dieciséis que han ganado el premio, apenas nueve lo superan. He aquí los requisitos para aprobarlo:

-En la película deben aparecer al menos dos personajes femeninos.

-Dichos personajes se hablan la una a la otra en algún momento.

-La conversación tiene que tratar de algo más que no sea un hombre (esta regla no se limita a las relaciones románticas; dos hermanas hablando de su padre tampoco pasa el test).

Hay una variante que exige, además, que las dos mujeres sean personajes con nombre. Las reglas pueden parecer de Perogrullo, pero si se aplicasen a los hombres, el resultado es que casi la totalidad de películas estrenadas cumplen el requisito. En los últimos años, se ha puesto de moda aplicarlo con carácter retroactivo, y la trilogía original de La guerra de las galaxias o títulos tan diversos como Cazafantasmas (Ghost Busters, Ivan Reitman, 1984), Trainspotting (Danny Boyle, 1996), Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992), El gran Lebowski (The Big Lebowski, Joel Coen, 1998), Regreso al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985) o Desayuno con diamantes (Breakfast at Tiffany’s, Blake Edwards, 1961) lo suspenden con claridad.

Evidentemente, el Test de Bechdel no es ningún método científico, de ahí que cuando en Polygraph lo utilizaron para establecer el nivel de machismo de la industria cinematográfica no fueran pocos los lectores que les achacaron el poco rigor que suponía medirlo mediante una prueba surgida a partir de la conversación entre dos personajes de cómic. Así que los responsables de la web (que deben disponer de una cantidad desorbitada de tiempo libre, todo hay que decirlo) pusieron manos a la obra y se zambulleron en dos mil guiones para demostrar que, en esencia, las conclusiones del test no difieren de la realidad. 

La situación está clara: La idea de que Hollywood es un corral eminentemente masculino (y blanco) no es una paranoia feminista (ni afroamericana). Se puede demostrar con datos. ¿Hay motivos para pensar que la tendencia puede cambiar? Quizá sí. El muestreo realizado está dividido por décadas, y resulta muy interesante observar que, mientras en los años ochenta solo 38 de las películas analizadas detentan paridad de género, en los noventa la cifra aumenta a 62, y en la primera década de este siglo sube hasta llegar a 111. En lo que llevamos hasta 2016, el número se sitúa en 78, por lo que se podría aventurar que a tendencia seguirá subiendo. Bien es cierto que en sectores como las películas de acción y de terror, por razones demasiado obvias, sigue siendo muy complicado encontrar esa paridad, más frecuente en comedias y dramas, pero dadas las circunstancias, probablemente lo más recomendable sea intentar ver la botella medio llena.

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