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APUNTES SOBRE la ciudad (3)

Cruce de caminos: la València devastada florece

Cruce de caminos: de aquí, al mar o al centro. Incluye los distritos Camins al Grau (Ayora, Albors, La Creu del Grau, Camí Fondo y Penya-Roja), Algirós (L'Illa Perduda, Ciutat Jardí, L'Amistat, La Bega Baixa y La Carrasca) y Quatre Carreres (Monteolivete, En Corts, Malilla, Fuente de San Luis, Na Rovella, La Punta y Ciudad de las Artes y las Ciencias)

14/05/2019 - 

VALÈNCIA. El local era un prostíbulo hace 30 años. Se encuentra debajo del Scalextric, a unos cien metros de la entrada al recién inaugurado Parque Central, ya en Ruzafa. Ya no quedan los carteles de neón. Ni rastro del pasado sórdido. La zona ahora es inocua. En los años ochenta, los chavales del barrio de Malilla jugaban a atreverse a entrar dentro. En una ocasión, uno de ellos, ahora cuarentón, casado, recuerda una imagen digna de una película de Berlanga escrita por Azcona: una niña vestida de comunión entró al burdel acompañada de una adulta bastante mayor, quizás su abuela. ¿A quién iban a ver? ¿A la madre? Hoy el bajo está cerrado y no muy lejos de allí un local ofrece coches de lujo usados, auténticas joyas de la mecánica. Otrora Malilla tenía reminiscencias de lugar para personas duras, resiliencia en estado puro. Ahora este barrio de Quatre Carreres ha cambiado considerablemente su faz en los últimos años. Para bien.

Así lo cree Luis Fernández, topógrafo, escritor, autor del libro Las calles y su historia. Anécdotas y protagonistas del nomenclátor de València (Drassana). Una mejora que “ha sido especialmente significativa en estos cuatro años de Govern de la Nau.”, asegura. “No es casualidad que Compromís sea la primera fuerza del barrio”, agrega. Como hitos cita la apertura del Parc de Malilla y del Parc Central, que asegura que “le han dado una vida increíble”. “La zona sur se ha revitalizado gracias a ello y la frontera norte, a pesar del Scalextric, ha abierto un nuevo acceso mucho más amable desde el centro y Ruzafa. Las calles también han sido repintadas y ordenadas, y el nuevo carril bici de la carrera de Malilla, aquí no hay problemas con él, ha facilitado la conexión con el Bulevard Sur, Parque de Malilla y con todos los accesos en bici al barrio (Amparo Iturbi, Peris i Valero, etc.)”.

Pero que haya mejora no significa que no queden cosas pendientes. Al contrario, apunta de seguido, “todavía queda mucho por hacer”. Una idea en la que incide el vicepresidente de la asociación de vecinos de Malilla, Alfonso Cortés. Problemas en algunos casos que tendrían fácil solución, como la confusión que provoca que cada día decenas de vehículos que se dirigen a La Fe acaben en pleno barrio que se resolvería con un par de señalizaciones, pero que “ni estos ni los otros han solucionado”, critica Cortés. Otro ejemplo de soluciones a medias que cita es el no uso de algunos equipamientos que ya están acondicionados pero que no se ponen en marcha.

En este sentido Fernández recuerda un artículo que publicó hace cuatro años sobre el barrio. “Muchas de las cosas que cuento en aquel artículo [los jardines sin adecuar, los equipamientos sin construir, el soterramiento de las vías] todavía están vigentes”, se lamenta. “El centro de salud es tal vez lo más demandado por los vecinos, pero lo que cambiará de verdad el barrio (y la ciudad) es el soterramiento de las vías. El problema ya no es solo el aislamiento al que somete al barrio, sino la interinidad de muchas de las actuaciones urbanísticas que conlleva el proyecto y que están igualmente paralizadas. El eje Federíco García Lorca, paralelo al muro de la vía, es una sucesión de calles sin acabar, descampados... La ciudad devastada…”

Por donde crece la ciudad

València crece por Malilla como ha hecho por toda la ciudad, devorando huerta, algo que ha sido criticado por asociaciones como Per L’Horta. En su manifiesto, los responsables de esta entidad recuerdan que los dos últimos PAI 's aprobados en este barrio ya han transformado 626.591m² y supondrán la construcción de 3.600 viviendas. “Estas acciones han provocado la desaparición de los últimos vestigios de huerta al sur de la ciudad, exceptuando La Punta”, denuncian. València crece por Malilla, pero también por Quatre Carreres y por Algirós.

Foto: KIKE TABERNER

València crece por estos distritos y termina de tejer sus últimos pespuntes. No es casualidad que sea en Quatre Carreres donde esté previsto construir el futuro Pabellón Arena que impulsa Juan Roig, 192 millones de euros que se invertirán en levantar un nuevo hito de referencia entre Malilla y La Punta, no muy lejos del pabellón de la Fuente de San Luis. Es el lugar natural para solventar una carencia de la ciudad. Visualmente, desde el aire, será como la punzada que una dos trozos de tela.

Cruce de caminos, los tres distritos que vertebran la bisagra con el frente marítimo son también de los más poblados. Quatre Carreres (donde se encuentran Malilla y la Fuente de San Luis) tenía registrados en 2018 74.116 habitantes y Camins al Grau 65.927. El tercero de estos distritos, el más septentrional, Algirós, contaba con 37.170 habitantes, más que por ejemplo ciudades como Xàtiva u Ontinyent. En total los tres acumulan 177.213 vecinos.

Con un urbanismo a mitad hacer, que esta enhebrando estas zonas con el resto de la ciudad, edificios casi solitarios y numerosos solares sin ocupar, hay terreno fértil para los conflictos. Un buen ejemplo es el que se ha abierto recientemente por la sentencia por la que el Ayuntamiento de València debe devolverle suelo constructivo a la promotora Guadalmedina. La propuesta municipal de ofertar dos pastillas en Penyaroja se ha encontrado con una dura oposición vecinal que ha hallado en este conflicto una razón para unirse. 

Y frente a las protestas, el consistorio responde con el silencio. “El Ayuntamiento no nos contesta nada”, asegura el portavoz de los vecinos, José Tárrega. “Bueno, sí, nos han contestado para prohibirnos una mesa informativa para recoger firmas por extemporánea y por no incluir las características de la mesa en el informe técnico”, ironiza. “No hay acercamiento, no quieren saber nada de nosotros”. Pero no van a bajar los brazos. “Estamos buscando firmas y vamos a hacer una movilización”, anuncia.

Dos de los partidos con representación en el Ayuntamiento de València han incluido las reclamaciones de los vecinos de Penyaroja en sus programas y los partidos pequeños les están apoyando. Tárrega cree que su conflicto no sólo no va a remitir, sino que incluso puede que se reproduzca en los otros dos distritos porque a los tres, dice, les pasa lo mismo: “Hay exceso de población”, asegura. El distrito Camins al Grau es de hecho el más densamente habitado de la ciudad, con una media de 278,5 vecinos por hectárea. También Algirós registra una densidad considerable: 125,6. Curiosamente, la densidad de Quatre Carreres es bastante baja, 65,4, pero tras la cifra se esconde que este distrito incluye La Punta, y eso implica vastas zonas de huerta, así como los terrenos en disputa por la ZAL.

El Holiday Inn que dejó de ser hotel

El número de viviendas (y vecinos) no dejará pues de aumentar en los próximos años con incorporaciones sobrevenidas. Tárrega señala por ejemplo el edificio al final de la avenida Baleares que fue en su día un Holyday Inn. Las obras que supondrán su reconversión en un edificio de apartamentos de lujo están a punto de concluir. Ya se han podido ver a algunos de los futuros propietarios, explican los vecinos. 

Foto: KIKE TABERNER

En el bajo de este edificio se encuentra la taberna ‘Comer, beber, amar’, uno de los locales favoritos del mediático pianista James Rhodes. Para ellos la presencia de vecinos y no turistas del hotel es una expectativa más que óptima. Y más habida cuenta que el turismo en los últimos años era un público de sangría y paella. En unos meses cinco grandes fincas, “algunas de ellas con más de 80 viviendas”, relata Tárrega, estarán prestas para ser habitadas.

Frente a esto, las noticias que llegan desde la administración no parecen ser las de unas instituciones conscientes del crecimiento vegetativo. En el ambulatorio de Trafalgar les han retirado las Urgencias y le han derivado a tres kilómetros. “No tenemos centro para mayores, no tenemos ni biblioteca”, se lamenta Tárrega. Es tal la necesidad de unirse para reclamar, que se ha apuntado a su asociación vecinos de la avenida de Baleares que viven en inmuebles de los años sesenta, y así hacer más fuerza. Sin un perfil socioeconómico definido, los tres distritos se revelan como espacios muy heterogéneos, donde conviven realidades muy diferentes en unas pocas calles.

Un buen ejemplo se halla en Monteolivete. En este distrito, a apenas unos centenares de metros del Palau de les Arts, se han detectado asentamientos de sin hogar. Los vecinos ya mostraron su malestar con su petición en los presupuestos participativos para que se acondicionara “el espacio libre del patio de manzana entre las calles Escultor Jose Capuz, Alcalde Reig y Avenida Reino de Valencia”.

El asentamiento en Monteolivete

En su solicitud a los presupuestos participativos indicaban que este área “se encuentra en un absoluto estado de abandono que favorece los asentamientos de indigentes, así como la presencia de insectos”. Debería ser zona verde según el PGOU. Aunque la petición no salió adelante, evidencia el malestar por una situación que se ha enquistado. Y no es la única. En los tres distritos se acumulan solares baldíos, destinados a equipamientos, que permanecen desnudos, con numerosos ejemplos en barrios como La Punta. 

Además de los problemas urbanísticos, los tres distritos tienen en común una considerable comunidad extranjera, especialmente en Camins al Grau, donde se contabiliza un 14,5% de población foránea, pero sus composiciones no son muy idénticas. Así, en Camins al Grau de las 9.568 personas empadronadas no nacidas en España 2.307 son asiáticas y 3.600 europeas; mientras que en Algirós es muy relevante la comunidad sudamericana, con 1.127 empadronados de un total de 4.180 foráneos.

Otro conflicto que deberá dirimir en esta próxima legislatura es la ZAL. Per L’Horta ha conseguido reunir 15.380 euros, que han aportado 337 personas. Con ese dinero quieren hacer frente a la batalla judicial que van a emprender para paralizar un proyecto que consideran que supondrá la destrucción definitiva de lo que fue una parte importante de la huerta de La Punta, un espacio que desde esta entidad recuerdan que es el único con posibilidad real de conexión entre el parque del Río Turia y el parque Natural de la Albufera, una ambición planteada por el propio alcalde.

¿Quién se acuerda de la estación del Grao?

Y también hay cuestiones pendientes en cuanto a Patrimonio. En el barrio del Grao, en la calle Ingeniero Manuel Soto, se encuentra la antigua estación de trenes del Grau de València, construida en 1852 por el ingeniero James Beatty. “Esta antigua estación tiene su origen en el primer proyecto de la línea de ferrocarriles que unió el Grao de Valencia con Xàtiva”, explica César Guardeño, de Círculo por la Defensa del Patrimonio.

“Tal vez, todavía hay muchos ciudadanos que no saben que se trata de la primera estación que se construyó en la ciudad de València y la tercera en toda España peninsular, después de la de Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez. Actualmente está considerada la estación más antigua que se mantiene en pie de España y en 2003 fue incluida en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial del Ministerio de Cultura”, añade. Pero a pesar de su valor patrimonial, permanece cerrada y abandonada desde el año 2005, y languidece. Tanto su propietario, ADIF, como el Ayuntamiento, no han concretado qué quieren hacer con ella.

Las elecciones, si calcan las tendencias vistas en los últimos comicios autonómicos, pueden dar un vuelco en las preferencias de los vecinos. En los tres distritos ha resultado ganador Compromís. Yendo al detalle se puede comprobar como en Quatre Carreres el PSPV (7.906 votos) pasó del cuarto lugar al segundo, disputándole el liderato a Compromís (8.227 votos). El PP se hundió. Otro tanto pasó en Camins al Grau, mientras que en Algirós la ventaja de la formación de Joan Ribó es mayor. En los tres distritos, pese a su liderazgo, Compromís recibió menos votos que en 2015. Otro partido que ha visto incrementado su respaldo ha sido Ciudadanos, que ha superado al PP. 

Con todo queda por ver qué influencia tendrá el voto a Vox que, en algunos casos como Quatre Carreres ha sido muy importante. En este distrito, por ejemplo, los verdes de Abascal contabilizaron más de 4.000 escrutinios, un botín considerable. Y en Algirós incluso superaron a Podemos. Si este votante, inicialmente conservador, se decantara por las filas populares o Ciudadanos, el liderazgo de la izquierda podría estar más disputado. El señor Cayo podría vivir aquí.

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