ARRANQUE DE TEMPORADA

Del Cabanyal Íntim al Rialto: la obra ‘I tornarem a sopar al carrer’ llega al centro de València

24/10/2018 - 

VALÈNCIA. Si en los últimos días se han dado una vuelta por el centro de València, es posible que hayan notado cierto olor a salitre en el ambiente. Un rumor de olas, quizás. Un eco marinero que hablaba de fractura social, degradación y lucha vecinal. O, tal vez, les haya invadido un irrefrenable deseo nocturno de sacar las sillas a la calle y estar un rato de tertulia a la fresca. De ser ese el caso, no se alteren. Cultur Plaza conoce el motivo de esos fenómenos: era el Cabanyal que va acercándose paso a paso al corazón de Ciutat Vella. No en vanio, el antiguo pueblo de pescadores inundará el teatro Rialto del 25 al 28 de octubre con la obra I tornarem a sopar al carrer, una pieza surgida en el Festival Cabanyal Íntim que resalta el carácter poliédrico de la zona y reflexiona sobre su pasado, su presente y su incierto futuro. Una oda a la vida a orillas del Mediterráneo (a sus triunfos y sus miserias) que se muestra dispuesta a conquistar nuevos distritos.

La llegada de I tornarem al Rialto supone también la constatación de que un evento como Cabanyal Íntim, surgido hace ocho años en los márgenes escénicos, fruto de la necesidad de reivindicar artísticamente un enclave abandonado por todos, puede llegar a convertirse en un granero que alimente la programación institucional de primera línea. No hay que perder de vista el origen del festival: representar piezas de pequeño formato en inmuebles de Poblats Marítims para que los espectadores los conocieran, para que no cayeran en el olvido, para legitimar su supervivencia. De grito de auxilio a invernadero de ideas. Menudo viaje.

Dirigida por Isabel Caballero y Begoña Tena, la propuesta con la que el Rialto abre su programación de otoño es una creación coral que mezcla a actores profesionales con vecinos del barrio. Una pieza plagada de aristas, de personajes que coinciden o chocan, que se unen y se bifurcan ante la necesidad de tomar partido. El espectáculo -con texto de Tena y Xavi Puchades- constituyó en 2017 el primer montaje propio de Cabanyal Íntim, una coproducción estrenada en El Musical y promovida por el Ayuntamiento de València, Francachela y el Institut Valencià de Cultura. Tras su exitoso paso por ese certamen (cartel de ‘No hay entradas’ incluido), la obra da ahora un salto de considerable envergadura y se planta en uno de los teatros de la Generalitat. Y lo hace con tres objetivos principales: acercar las problemáticas de esas calles costeras a un público mas amplio, honrar a los residentes del Cabanyal y convertir su caso en un emblema universal que trascienda a la coyuntura local.

Ante su inminente atraque, la pieza fue presentada este martes en el Rialto con una rueda de prensa en la que participaron sus directoras escénicas; el director del Institut Valencià de Cultura, Abel Guarinos; el director adjunto de Artes Escénicas del IVC, Roberto García; y tres de las vecinas que ejercen como actrices: Lola Serón, María José Agües y Stella Marco. “Esta temporada del Rialto está vehiculada en torno al leitmotiv de la ‘identidad’, por ello, para nosotros era significativo arrancar con un espectáculo que habla tanto de la idea de identidad de barrio. Precisamente de un barrio que ejerce como metáfora de muchas cosas, buenas y malas", señaló García sobre la elección de esta obra. De hecho, en su opinión, en este montaje pueden sentirse reconocidos habitantes de cualquier otra zona “que cuente con una identidad propia”. 

 

La "victoria" de llegar al Rialto

Rotunda y sin ambages, para Tena la posibilidad de representar su proyecto en este coliseo (que en 2018 está centrado en la producción propia) supone "una victoria". “El texto nació con el espíritu de escuchar las historias de la gente, todo aquello que el barrio quería contar. El proceso de trabajo fue muy largo, con una amplia fase de documentación” explica. Entre el material que nutrió su escritura, destacan las conversaciones durante meses con vecinos en las que hablaban “de su infancia, sus sentimientos, su familia o sus reflexiones ideológicas”. También el libro Benvinguts al Cabanyal de la editorial Media Vaca. Otra de las patas fundamentales de la iniciativa fue el taller de introducción al teatro que Tena y Caballero impartieron para los residentes de la zona, “la mayoría de los que vinieron decidieron participar en la obra”, explica. 

Eso sí, Tena es clara al respecto, su criatura no responde a la etiqueta de “teatro documental, es ficción”. Para ella, se trata de “una tragicomedia que rinde homenaje al espíritu de un barrio, a la gente que ha estado resistiendo en el Cabanyal, a la que se quedó, a la que tuvo que marcharse y a los que acaban de llegar. Queríamos que fueran los protagonistas”. “Para nosotros era muy importante compartir este trabajo con ellos y captar su esencia”, apuntó Caballero, para quien resulta “ilusionante y emocionante” poder llevar el proyecto “al centro de la ciudad. Y más teniendo en cuenta que en el Cabanyal la gente todavía dice ‘me voy a València’”. En la misma línea, la directora escénica incidió en que su obra repasa “esas pequeñas cosas cotidianas que estamos perdiendo en todas las ciudades, como decirle buenos días al vecino o compartir una cena en la calle”. Por otra parte, la pieza que reestrena el Rialto habla de sacrificados pescadores, casas derribadas, expropiaciones y destrucción, sí, pero también de las nuevas amenazas que acechan al distrito: la especulación inmobiliaria, la gentrificación y “un turismo masivo que lo llena todo. Esa es ahora la realidad que se está viviendo, distinta a la de hace un año y medio,”. En la misma línea, señaló que “todavía queda mucho por hacer, no hay que olvidarlo” y lanza una proclama irreductible: “el barrio debe mejorar y necesita inversiones, pero con sus habitantes dentro. Intentamos poner nuestro granito de arena para que así sea”.

Para Lola Serón, una de las vecinas reconvertidas en actrices, la experiencia sobre las tablas en el Cabanyal Íntim resultó “inolvidable, plena”. “Estoy enganchada al teatro. He descubierto tarde mi vocación”, remarcó respecto a las próximas actuaciones. “Fuimos profetas en nuestra tierra, no se podía pasar por el mercado porque nos paraban mil veces para saludarnos”, indicó Mª José Agües, otra de las intérpretes amateurs, quien destaca que la obra refleja "sensibilidades muy diferentes”. “No es un texto  neutral, no somos neutrales”, alertó Tena “pero hemos intentado incluir muchas voces, algunas discrepantes, porque el barrio no es uniforme. Y aunque nosotros sí que tenemos una postura respecto a las intervenciones urbanísticas realizadas, queríamos mostrar muchos grises”. “Hay mucho dolor en el barrio, todos han sufrido, tanto los que querían la ampliación como los que no. La lucha vecinal tiene muchos colores, no uno solo y gente que durante años ha estado unida frente a un enemigo común ahora ya no lo está porque ese enemigo ha desaparecido. Nosotros hemos intentado que eso también se vea en escena”, añadió. “Creemos que la historia del Cabanyal es la de muchas ciudades en todo el Estado. Nos ha salido una especie de sainete moderno”, señaló la dramaturga, quien asegura haberse “enamorado” del “sentimiento de fraternidad  que allí se vive y que queda por encima de los conflictos”. 

Más público, más visibilidad

A lo largo de los años, Cabanyal Íntim ha logrado consolidar un público propio y heterodoxo, aunque algo especializado, en el que se entremezclan habitantes de distintos puntos de València. Sin embargo, en el estreno absoluto de I tornarem, se vivió una afluencia masiva de audiencia del barrio que quería asistir a la narración de su propia historia colectiva. En ese sentido, los responsables de la pieza son conscientes de que recalar en el Rialto supone abrirse a una audiencia “más amplia, generalista y que quizás no se habría desplazado hasta el Cabanyal para vernos. Este teatro tiene unos espectadores muy fieles y creemos que es muy positivo poder traerles una obra así. Le hemos dedicado mucho trabajo y hubiera sido una pena que no hubiese tenido una vida más larga”, señaló Caballero. Participar en la temporada del Rialto supone también dotar de “más entidad y visibilidad” al proyecto. Una meta asoma en el horizonte: “que los programadores se fijen en ella y podamos representarla en más lugares”, consideraron las directoras. Lo cierto es que, en su estreno absoluto de 2017, Guarinos y García aseguraron que desde el IVC había voluntad por llevar la producción a otros puntos del territorio. Queda por ver si este paso por el Rialto se acaba transformando en el inicio de una gira completa.

Esta obra es la también la historia de una traición: la de parte de la población valenciana hacia el Cabanyal. “Durante una época muy dura en la que estábamos intentando resistir, había un desapego tremendo y una falta de empatía total por parte de muchos ciudadanos. Les daba igual lo que nos pasara”, denunció Agües. De hecho, uno de los tópicos que han recaído durante décadas sobre València es que vivía de espaldas al mar, que los urbanitas habían olvidado su fachada mediterránea. I tornarem a sopar als carrers ha decidido tomar cartas en el asunto: ahora es el mar el que viene a mirar a la ciudad a los ojos. Y a contar su historia. Prepárense para el chapuzón.

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