VALÈNCIA. Qué duda cabe que cuando hablamos de cultura es el contenido lo que prima, pero no por ello el continente debe pasar a un segundo plano, pues su buen funcionamiento –o no- puede marcar el presente y futuro de las principales instituciones artísticas valencianas. Cuestión de cuentas pendientes, planes desbloqueados o trabajos en marcha, este año es clave para muchos proyectos, entre ellos el de un Teatro Romano de Sagunt que se ha visto lastrado por la falta de actuación por parte de diferentes administraciones.
Ayer la Conselleria de Cultura y Deporte anunció que ha iniciado las obras para subsanar la precariedad de la conexión eléctrica del Teatro Romano de Sagunto, que llevaba más de 30 años en situación provisional, como “luz de obra”. La inversión de 45.379,61 euros permitirá legalizar el suministro eléctrico y garantizar la seguridad del monumento histórico-artístico. Hasta ahora, el suministro se realizaba mediante un tendido aéreo en condiciones precarias y de riesgo. Llevaba así desde la gran rehabilitación realizada en los 90.
La actuación se ha ido encaminando en los últimos años, tras la cesión del Centro de Transformación por parte del Ayuntamiento de Sagunto y la tramitación de un nuevo contrato provisional con Iberdrola, que vencía en 2024 y podría haber supuesto cortes de luz que afectarían a Sagunt a Escena. Las obras incluyen el soterramiento de la línea de baja tensión y la eliminación de las torres, garantizando así una conexión eléctrica segura y acorde a la normativa.
Paula Añó, Secretaria Autonómica de Cultura y Deporte, garantizó “que todo estará acabado antes de Sagunt a Escena, independientemente de que somos conscientes de que hacen falta unas intervenciones más en profundidad”. Y es que el teatro no ha salido de cierta precariedad y necesidad de actuaciones urgentes desde el inicio. Tampoco lo va a hacer en el corto plazo, pero la Conselleria ha tomado el patrimonio histórico de Sagunt como uno de los pilares de la legislatura.
Hace unos días también se desbloqueó un asunto pendiente desde hace años: el Ayuntamiento de València corregirá un error en el plano de ordenación del entorno del Museo de Bellas Artes como primer paso para abordar el proyecto de reurbanización del entorno del museo. Esta corrección permitirá al Ministerio de Cultura aprobar el proyecto y licitar la obra, con una inversión de 2,8 millones de euros.
Las futuras actuaciones supondrán una actuación sobre más de 9.000 metros cuadrados, con una inversión de 2,8 millones de euros del Ministerio de Cultura, donde destaca la peatonalización de la calle Vuelta del Ruiseñor donde se eliminará la tapia actual que limita con el Museo, dando una solución abierta al conjunto museístico hasta la calle. Por otro lado, como espacio exterior, pero ya cerrado del museo, se crea un jardín con accesos desde una nueva plaza de llegada de vehículos y autobuses, como continuidad de la calle Pintor Genaro Lahuerta. El recinto ajardinado resultante funcionará como expansión y antesala de la nueva entrada Este del Museo. Por otro lado, el sector de Antiguos Viveros se ajardina y dotará al museo de una exposición exterior conocido como jardín de esculturas, que completará la existente en el interior del Pabellón Benlliure.
El Escalante y Principal, a la espera de calendario
La Diputació de València tiene también entre manos dos fuegos que tiene que ir apaciguando. El primero, dar respuesta al futuro del Teatro Escalante. El proyecto que, lleva funcionando sin sede estable desde hace años, comenzó a ver la luz cuando a final de la legistatura pasada se concretó la construcción de una nueva sede en el entorno de la Avenida de las Cortes, una licitación que tenía que haber llegado antes del cambio de gobierno y que no se materializó. Ahora, con la diputada Rocío Gil al frente del área, se puso sobre la mesa el desbloqueo del proyecto, reservando una partida de 188.189 euros en los Presupuestos de 2024 para la redacción del proyecto y dirección facultativa de las obras de la que será su nueva sede, una licitación que se preveía se pusiera en marcha en el primer semestre del año, pero que todavía no ha sido publicada.
También tiene la Diputación que dar respuesta al futuro del Teatre Principal, del que es propietario aunque gestiona junto a la Generalitat Valenciana. Cabe recordar que está sobre la mesa un plan director que espeficia las necesarias obras a acometer en el edificio, así como qué asuntos son más urgentes, un goteo de intervenciones que, según avanzaron desde la corporación provincial, se llevará a cabo en periodos de baja actividad para no afectar al funcionamiento de la sala. También puso sobre la mesa la diputada su intención de que participen económicamente todas las insituciones implicadas, para lo que también se fijó una partida “residual” en los Presupuestos con la intención de modificiarla según el acuerdo con el resto de instituciones, con las que se han llevado a cabo contactos pero que, al menos de momento, se se han traducido en un calendario ni compromiso
La subsedes del IVAM: una cerrada y otra sin hacer
El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) lleva años encadenando obras en su sede principal, trabajos de mejora del espacio que, recientemente, vieron como reabría la conocida como Sala Pinazo tras un intenso trabajo de rehabilitación que ha puesto en valor la muralla medieval. La urgencias, sin embargo, mira ahora a sus subsedes. Uno de los objetivos del museo en su etapa más reciente es el de deslocalizar su actividad a través de su actividad y, también, ampliando su marco de acción en espacios como su subsede en Alcoy. El centro, con todo, se encuentra ahora en stand by tras el fallo en el sistema de climatización que ha obligado al museo a cerrar su salas y retirar las obras de Josep Renau que tenía allí expuestas para “garantizar su conservación preventiva”, piezas que han sido trasladadas a los almacenes de València. La solución a largo plazo requiere ahora de la colaboración del ayuntamiento de la localidad, el IVAM y la Fundación Mediterráneo, pendientes de una reunión a tres bandas que desbloquee el cierre de la institución.
Sobre la segunda subsede del IVAM, ubicada en el Parc Central de València, las dudas son mayores, pues ni siquiera hay un calendario fijado para su puesta en marcha. Ubicada en una de las naves de Ribes, el Ayuntamiento de València la cedió a la Generalitat para desarrollar una subsede enfocada a la práctica contemporánea, un proyecto que requería de la adecuación del espacio con unas obras que, en un primer momento, se anunció que estarían listas para su inauguración en 2023. Años después de la presentación del proyecto, durante la anterior legislatura, no solo no se ha ejecutado sino que tampoco se ha dado una respuesta clara desde la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura sobre el lugar que ocupa esta nueva subsede del IVAM en lista de prioridades del nuevo gobierno. Será, con todo, junto a un futuro nuevo director artístico, tras la dimisión de Nuria Enguita, que se tenga que aclarar el futuro de la ampliación del museo.
El Centre del Carme, en una permanente y larga restauración
Por su parte, el Consorci de Museus tiene aún pendiente recuperar la antigua entrada del Centre del Carme, situada en el claustro gótico. En principio estas actuaciones se iban a hacer antes de verano. Este cambio implica que el actual vestíbulo dejará de ser el acceso para los visitantes. Además, se separarán los trabajos de la entrada de los de la Sala Capitular, que se encuentra sin uso desde enero de 2021 debido al hallazgo de unos arcos de yesería y a problemas burocráticos para poder licitar las obras. El proyecto de cafetería en la Sala Capitular, por tanto, queda en espera. Estos trabajos menores forman parte de una segunda fase de mejoras en el Centre del Carme. Aunque se han realizado trabajos de urgencia en el Claustro Renacentista, aún quedan pendientes las obras de rehabilitación de las plantas en ruinas del edificio de Artes y Oficios, que se esperaban para 2023 pero no se han iniciado.
Este curso sí se han llevado a cabo trabajos para la eliminación de inscripciones hechas a lápiz, permanente, boli o talladas directamente sobre la pared del espacio en las paredes del Claustro Gótico. Esta actuación se ha realizado con la colaboración del Institut Valencià de Conservació i Restauració (IVCR+i). Los garabatos se acumularon en las históricas paredes del centro cultural cuando este tuvo una agenda cultural más multitudinaria.
También se ha eliminado la división entre la Sala Zero y la Sala Carlos Pérez, ahora convertidas en en una nueva gran sala, que aún así se puede separar con una puerta corredera. También está previsto cerrar la sala Ferreres y acometer algunos trabajos de adecuación del espacio que tienen que ver con desperfectos en el pavimento o los muros.