Socialité y periodista especializado en moda con su propio programa en la CNN. Derek Blasberg es el mejor amigo de las famosas, la guinda en las mejores fiestas de Manhattan y el Gatsby de Instagram pero, ¿quién es Derek Blasberg?
VALENCIA. Periodista especializado en moda y sociedad, Derek Blasberg tiene su propio programa en la CNN, es editor de moda en Vanity Fair y Harper's Bazaar y ha publicado varios libros sobre estilo. Sin embargo, sus casi 600 mil seguidores en Instagram (@derekblasberg) se deben a que es el mejor amigo de las famosas y un imprescindible en las grandes fiestas y alfombras rojas. Pero, ¿quién es Derek Blasberg? ¿Cómo ha logrado que su agenda de contactos sea una de la más codiciadas?
Ocupa su asiento en primera fila en los mejores desfiles de las semanas de la moda internacionales, las celebridades se rifan su compañía para pasear sobre la alfombra roja cogidas de su brazo, fiestas en yates, en clubs exclusivos de Nueva York y de Europa, galas benéficas... Derek Blasberg es la sonrisa amable omnipresente en los eventos sociales más importantes de todo el mundo.
Su cuenta de Instagram es una sucesión de caras conocidas y lugares extraordinarios. Un día comparte cama -castamente- con Gwyneth Paltrow, pasa una tarde de compras con Jessica Chastain o Alexa Chung y vacía copas de champán en compañía de las modelos más codiciadas que se fotografían con él -y no al contrario-, dejando constancia en sus selfies de la complicidad que solamente se tiene con los mejores amigos. Derek Blasberg está en todos los lugares, conoce a todo el mundo y su ausencia sería capaz de arruinar la mejor de las fiestas. Posiblemente, si entre sus virtudes no estuviera la discreción, sería el mayor generador de chismes que haya existido jamás porque él es el mejor confidente de sus famosas amigas. Derek Blasberg también lo sabe todo.
No es de extrañar que su presencia constante en la vida social que lo lleva a viajar de punta a punta en su jet privado casi sin tiempo para dejar la copa y cambiarse de esmoquin, haya suscitado más de una sospecha o, por lo menos, una pregunta que se repite como si de un Gatsby 2.0 se tratara, ¿quién es Derek Blasberg?, ¿qué quiere conseguir con tanta notoriedad?, ¿de dónde ha salido?
Derek Blasberg tenía solamente 18 años cuando salió de su ciudad natal St. Louis (Missouri), para instalarse en la cosmopolita Nueva York. Así que, como en la novela de Scott Fitzgerald, Derek un apuesto joven totalmente desconocido en la ciudad que sólo contaba con sus elegantes maneras y su sonrisa como carta de presentación, fue haciéndose, poco a poco, un hueco en la Gran Manzana. Sin amigos ni familia cercana y una libreta de contactos completamente vacía, su carrera, la universitaria y la de socialité, comenzó desde cero en la Universidad de Nueva York en la que se matriculó en Periodismo y Literatura con la idea de dedicarse en el futuro al periodismo de moda. Ese mundo siempre le atrajo, las paredes de su habitación en la pequeña St. Louis estaban decoradas con fotografías firmadas por Steven Meisel, Annie Leibovitz o Mario Testino recortadas de revistas como Vogue, Harper's Bazaar o Vanity Fair. Si por aquel entonces alguien le hubiera dicho a Blasberg que años más tarde iba a compartir amistad con los fotográfos y modelos que forraban sus paredes y, que él mismo iba a formar parte de ellas, seguramente hubiera pensado que era la broma pesada que le gastaban a un pobre novato de las afueras como él.
Pasó poco tiempo para que Derek Blasberg se convirtiera en asistente de la revista Vogue USA bajo las órdenes de la todopoderosa Anna Wintour. Según algunos de su compañeros de revista, Derek dejaba mucho que desear como asistente pero era el mejor en todo aquello por lo que no le pagaban. Se hacía el mejor amigo de los fotógrafos, animaba a las modelos durante las sesiones de fotos y se convertía en su confidente, ayudaba a decidirse a los estilistas que tenían en cuenta su buen gusto e, incluso, a algunos diseñadores. Su encanto ya estaba en marcha y rápidamente se convirtió en reportero de las ediciones internacionales de Vogue, W Magazine para, posteriormente, ocupar el cargo de editor de moda en la plantilla de la edición americana de Harper's Bazaar y en style.com. Derek Blasberg es el "Hombre en la calle" de Vanity Fair desde 2015, encargado de entrevistar a personajes tan dispares como Rihanna, Karl Lagerfeld o Kate Hudson. Sobra decir que, por supuesto, todos ellos son sus amigos y estos encuentros resultan más cercanos y creíbles que los que los famosos tienen con el resto de periodistas y medios.
Las claves del éxito de Blasberg sean quizás la proximidad, frescura y su particular humor con el que salpica su trabajo y apariciones en redes sociales.
Además de sus múltiples colaboraciones en publicaciones especializadas en moda y entre viajes, presentaciones, desfiles fiestas, Blasberg ha encontrado, sorpendentemente, tiempo suficiente para publicar tres libros. Ha publicado dos libros, manuales de estilo para jóvenes contemporáneas que desearían ser de la pandilla de Blasberg: Classy y Very Classy, publicados en abril de 2010 y en octubre de 2011, han estado en la lista de los más vendidos del New York Times durante semanas. Manuales de estilo con consejos para mujeres contemporáneas que desearían ser de la pandilla de Blasberg, esto último lo añado yo. Ambos libros han estado en la lista de los más vendidos del New York Times durante semanas. Su literatura es generalmente ligera como una pluma, definitivamente dirigida al público femenino o gay. “Toda mujer necesita un mejor amigo gay, igual como necesita un par de gafas de sol y jeans blancos que la hagan aparentar que está 10 kilos más delgada”, escribe en Classy. Un topicazo que sus amigas siguen a la perfección y él, obviamente, defiende.
Y de las revistas y libros, el salto a la televisión de Derek Blasberg ha llegado gracias al canal CNN Style donde dirige desde 2016 su propio programa dedicado a la moda y estilos de vida mientras su popularidad sigue multiplicándose.
Derek Blasberg, tras todo lo que muestra en la redes sociales y más allá de sus amistades, posiblemente sea todo humo. Eso sí, con purpurina y mucho glamour.