SOLO LA PRODUCTORA NADIE ES PERFECTO CONSIGUE UNA SUBVENCIÓN

El audiovisual valenciano se apea de las ayudas al cine del Ministerio

22/11/2022 - 

VALÈNCIA. Ayer saltaron las alarmas a raíz de una noticia publicada sobre el segundo procedimiento de las ayudas general a la cinematografía del Ministerio de Cultura, que aseguraba que la Comunitat Valenciana recibía, de los 27,7 millones de euros que el Gobierno repartía entre 28 títulos, solo había un beneficiario valenciano, con 12.000 euros de asignación.

El resumen, publicado por Audiovisual 451, tomaba como referencia la columna de en qué comunidad autónoma estaba radicada cada empresa beneficiaria. Bajo este criterio el repaso quedaba así: “Cataluña (8.347.280 euros), en la Comunidad de Madrid (6.337.370,8 euros), Andalucía (3.721.286,4 euros), Canarias (3.693.640 euros), País Vasco (2.153.910,8 euros) Galicia (1.948.000 euros), Comunidad Foral de Navarra (1.485.620 euros) y Valencia (12.000 euros)”. Quedando en última posición, la Comunitat Valenciana recibía, al menos, por encima de muchas otras comunidades que no veía un solo euro, pero aún estaba significativamente por debajo de otros territorios.

La realidad tiene dos caras, y es que no es reciente que el reparto haya sido tan poco generoso, pero aún así desvela un problema sistémico del audiovisual valenciano. Por partes. En primer lugar, la cifra de los 12.000 euros no es precisa: la ingeniería societaria para optimizar la presentación y el cobro de ayudas hace que la forma jurídica de la mayoría de películas sean Agrupaciones de Interés Económico (AIE) de las propias productoras con otras, o participadas por las empresas y una persona jurídica ligada a la misma. A la hora de presentar las ayudas, cada proyecto define qué tanto por ciento va a gastar cada no de los agentes que participación en su financiación. Con las AIE, muchas veces utilizan la fórmula de que la productora principal vaya por separado con un 1% o hasta un 10%, el grueso lo tenga la AIE, que puede estar radicada donde le venga mejor para su rodaje o la exención de impuestos.

Nadie es perfecto, la productora de Kiko Martínez beneficiada con esos 12.000 euros, en realidad ha conseguido 1,8 millones de euros a través de la AIE para su proyecto de un película de Locomía que dirigirá Kike Maíllo. El mismo productor confirma a Culturplaza los datos, y matiza el resumen de esos datos. Por lo tanto, el reparto por comunidades que se dio seguramente infle las cifras de Madrid o Canarias y subestime las otras. En todo caso, Martínez recuerda que su productora, la que realmente es beneficiaria, paga impuestos y está radicada en la Comunitat Valenciana.

El audiovisual valenciano mira las ayudas generales pasar

Pero más allá del baile de cifras, hay otra realidad dura: el Ministerio no ha repartido el resto del presupuesto en otros 27 proyectos del resto de España porque maltrate la cultura valenciana, sino porque el proyecto de Locomía era el único que se había presentado. El Ministerio de Cultura, a través del ICAA, tiene dos líneas de ayudas a la producción, principalmente: las generales, que se calculan a través de criterios objetivos que van desde la participación de distribuidoras o ventas internacionales, hasta si se trata de una película de animación o la dirección de la película recae en una mujer; otra selectiva, más parecidas a las que se presentan en el Institut Valencià de Cultura, tienen en cuenta otros criterios subjetivos como el guion o la experiencia de la dirección, y está más reservada a proyectos de películas independientes.

“Al no haber una homologación real entre las industrias y las ayudas valencianas y estatales, las productoras no son competitivas para presentarse a las ayudas generales”, resume Martínez. La note de corte para recibir las ayudas generales se sitúa en más de 80 puntos, y como para una productora valenciana contar en su proyecto con Netflix, o Acontracorriente, o una co-financiación europea, es tarea difícil, se saben con pocas o ninguna posibilidad y ni siquiera se presentan.

En el primer proceso de las ayudas generales de este año, pasó algo similar: solo Misent Producciones, la productora de Fernando Bovaira y hermana de MOD Producciones (esta segunda radicada en Madrid), consiguió ayuda para dos proyectos: dos adaptaciones de libros, una de La buena letra, de Rafael Chirbes, y Un corazón demasiado grande, de Eider Rodríguez. El mismo Kiko Martínez también recibió ayuda para otro proyecto, La navidad en sus manos; y Turanga Films (a cargo de Lina Badenes), por su parte, tiene una participación en L’home dels nassos, proyecto de largometraje de ficción que pasó por Promercat con una productora catalana. 

Tan solo un contadísimo puñado de productoras parecen poder acceder a estas ayudas (las generales, las más cuantiosas) por la propia fragilidad del sector, que por otra parte, en los últimos años ha evolucionado en este sentido más que favorablemente. En todo caso, el reflejo aún no se ve en las ayudas estatales.

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