VALÈNCIA (EP). Un total de 250 obras de Julio González, procedentes de la colección del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), conforman la nueva exposición del museo, comisariada por Juanjo Lahuerta, que propone una "nueva interpretación" de su trayectoria, con el foco en la "constante encrucijada" entre su origen artesano en el taller de su padre, un destino contra el que se rebela, y su voluntad de ser creador.
Esta exposición responde a la intención del IVAM de "revisar la obra del gigante, de la vida y de la trayectoria de Julio González", según ha expresado la directora del museo valenciano, Nuria Enguita, durante la presentación de la muestra, en la que ha estado acompañada por el comisario, Juanjo Lahuerta. 'Ser artista. Julio González' permanecerá en el museo desde este día 27 de octubre hasta el 15 de octubre de 2023.
En palabras de el comisario, la exposición muestra la "lucha agónica" del escultor y pintor que se enfrenta, durante toda su vida, a su doble destino: su origen en un taller como artesano, en la metalistería paterna, un oficio que González define como "la tiranía del hierro" y contra el que se rebela, y su voluntad de ser artista, fruto de la "idealización" de la figura del creador.
La muestra reúne así esculturas, pinturas, dibujos y piezas de orfebrería, pero también una gran cantidad de manuscritos, postales, cartas o revistas que configuran una "aproximación más íntima" al trabajo de Julio González. "Nos ayudan a comprender mejor la relación del artista con su época y con su propia obra", ha presentado Enguita.
Lahuerta ha mostrado su intención de presentar una "nueva lectura" de la obra de González, la cual "se había presentado siempre de maneras muy establecidas". Así, la muestra rehuye de todo orden cronológico posible, así como de una clasificación por etapas o por las distintas artes que trabajó el artista.
Por contra, el recorrido de 'Ser artista' propone una "visión contínua y simultánea" a través de "los temas que atraviesan su obra de principio a fin", según ha explicado Lahuerta, como son el desnudo femenino o la maternidad.
Así, a lo largo del recorrido de la muestra se presentan las "simultaneidades" y la "continuidad" en la trayectoria de González, a través de los temas que, provenientes de la academia, acompañan a toda su obra: desde el desnudo femenino hasta la maternidad, que culmina en la escultura 'Montserrat' del Pabellón de la República española de 1937.
"Frente a otras visiones que han hablado de evolución hacia la abstracción o de una revelación que transforma la obra de Julio González en otra cosa, Juanjo (Lahuerta) nos habla de simultaneidad y de continuidad", ha resaltado Enguita.
De este modo, Lahuerta ha escogido algunas de las diferentes temáticas presentes en la obra del artista para organizar el recorrido de la muestra en cinco salas. Así, la muestra comienza con una sala dedicada a los 'Autorretratos' del artista, entre los que se incluye --como única obra externa a la colección del IVAM-- un retrato de González que le hizo Picasso, y las 'Academias' --un ejercicio típico de la enseñanza artística tradicional-- que recorren toda su obra.
La segunda sala 'Orfebrería y arte comercial' se enfoca en el que fue el 'modus vivendi' de González hasta bien entrada la década de 1930 e incluye la figura de los bustos, cabezas y máscaras muy presentes durante la trayectoria del artista.
La tercera y cuarta salas recogen la obra del escultor y pintor en torno a dos temas "tradicionales" de la academia artística, la 'Metamorfosis' y 'La mujer ante el espejo', respectivamente. Por último, la quinta sala presenta la 'Maternidad' en el trabajo de González y concluye con la 'Montserrat', una figura con la que "se identifica por fin como artista, dueño también de sus destinos", según apunta el museo.
En la revisión de Lahuerta, esta "continuidad" se combina con la "eterna encrucijada" -en palabras del comisario- que atraviesa toda la obra de González y que es reflejo de la "lucha agónica" que vive durante toda su vida contra su doble destino de artesano y artista.
"En esta simultaneidad siempre está presente una lucha entre un artista más tradicional, que sostiene toda su herencia, que viene del mundo artesano en el que se ha formado, hasta esa rebelión contra esta situación que supone la voluntad de ser artista. Una voluntad de arte idealizada", ha definido Lahuerta.
No obstante, pese a su alzamiento contra el hierro, González termina haciendo de este material y del oficio de artesano, precisamente, la condición y el material recobrados de una obra "drásticamente nueva", según ha apuntado desde el museo. En este sentido, Lahuerta lo define con la paradoja: "El hierro vence al hierro y el oficio vence al oficio".
'Ser artista. Julio González' presenta también el lado personal del artista a través de documentos, muchos de ellos inéditos hasta el momento, como colecciones de postales "muy determinantes para entender su pensamiento" o cartas enviadas a su hija. Un conjunto de materiales que, según Lahuerta, "no deben de entenderse como un contexto del artista, sino como una parte del artista".
"González tal vez no era ese personaje tan aislado, casi marginal y desconocido por todos que hacía su obra en silencio", apunta Lahuerta, "sino todo lo contrario, es un personaje absolutamente inserto en el mundo de las vanguardias".
A día de hoy, Julio González constituye uno de los "núcleos fundamentales" de la colección del museo valenciano, con alrededor de 400 obras en su dominio, y hace del IVAM el poseedor de la colección más completa del artista, iniciada en 1986 a partir de adquisiciones y de las donaciones de las herederas del artista, Carmen Martínez y Viviane Grimminger.