VALÈNCIA. Se cortaron calles, se acumulaban curiosos… En los años sesenta València sirvió de escenario para un acontecimiento nunca antes ocurrido en la ciudad: el rodaje de una superproducción británica, concretamente ‘El niño que robó un millón’ de Charles Crichton. La directora valenciana Nuria Cidoncha estrena en la Mostra ‘El pequeño ladrón’, documental que recupera aquella anécdota y reúne el testimonio de expertos y testigos de un momento único.
‘El pequeño ladrón’ se centra en dos incógnitas que a lo largo de la película se propone resolver: ¿por qué se rodó ‘El chico que robó un millón’ en València y por qué nunca llegó a estrenarse? Según apunta Cidoncha, “es increíble que la película que fue rodada en València con más de 1.200 extras y que paralizó la ciudad durante cinco semanas -algo insólito en esa época, no era habitual ver rodajes así en ese momento- no se llegara a estrenar. El misterio sigue vivo. ¿Fue la censura? ¿Una mano negra? ¿Mala suerte? ¿Una película maldita?”.
Estas preguntas se exploran en profundidad en el documental mediante las voces expertas que durante años han ido arrojando luz a esta anécdota desconocida. Desde Germán Ramírez -poseedor de una copia en VHS- hasta el crítico Daniel Gascó o testimonios tan valiosos como el que comparten Tomás Gorria, Begoña Siles, Rafa Solaz, Áurea Ortiz, Inma Trull y José Antonio Hurtado, quienes desgranan las claves en un intento por despejar todos sus interrogantes. Aunque, según asegura su directora, “aún nos queda por resolver el acceso al expediente administrativo, que podría desvelar más respuestas y quizás, ser la base para otra película”.
Tras su rodaje, ‘El chico que robó un millón’ desapareció y no llegó a estrenarse en València hasta más de medio siglo después, en 2016. Tanto es el misterio que envuelve la película que Nuria Cidoncha -como muchos valencianos y valencianas- desconocía esta historia, comparte su directora. Y es así cómo nació este documental, también con el deseo de rescatar la memoria de una obra casi olvidada en un ejercicio metacinematográfico que mezcla la historia con el presente. Y es que ‘El pequeño ladrón’ invoca de alguna manera el cine como valor artístico y patrimonial, una postura con la que Cidoncha confiesa sentirse muy alineada: “el documental tiene como base la relevancia de conservar y proteger la memoria colectiva a través del cine y las imágenes audiovisuales. Las películas como relatos y entretenimiento, pero, lo más fundamental, como testimonios vivos de una época, una sociedad y un espacio geográfico concreto”.
En ese sentido, tanto ‘El chico que robó un millón’ en su día como ahora el documental que la recupera, ‘El pequeño ladrón’, salen al encuentro de devolver a través de sus imágenes el recuerdo de cómo era la ciudad. “Las imágenes de esa València tras la riada que inundó la ciudad tan solo unos años atrás, sus calles, su gente y su ambiente de aquel momento son un patrimonio cultural irremplazable”, explica su directora, “y perder una película como esta significa perder una obra artística, perder fragmentos de la memoria urbana y social de una ciudad entera, de una generación.”
Un pequeño homenaje a la labor fundamental de las filmotecas y un recordatorio de redoblar esfuerzos por conservar recuerdos vivos irremplazables. “Y València, al igual que cualquier ciudad, se refleja en esas imágenes que debemos salvaguardar”, concluye. La 39ª edición de Mostra de València-Cinema del Mediterrani está organizada por el Ayuntamiento de València, cuenta con la colaboración del Institut Valencià de Cultura, Palau de la Música, València Film Office (Fundació Visit València), el patrocinio de Hyundai Koryo Car y À Punt Mèdia como medio oficial y principal partner del foro de coproducción València Films Afers.