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concierto en loco club el 10 de enero

El pop alegre, guitarrero y eléctrico de El Buen Hijo

2/01/2025 - 

VALÈNCIA. Me encantan esas canciones que logran mezclar conceptos que, a priori, parecen antagónico, contrapuestos, casi enfrentados. Esa mezcla de sabores que enriquecen un plato o una bebida llevada a la música. Una sorpresa sonora. Una canción de pop alegre y divertida con una letra algo melancólica, tristona y realista. La capacidad de accionar ambas sensaciones al unísono te deja conmovido. El Buen Hijo, es una banda que sabe perfectamente cómo fundir en sus canciones estos dos elementos y que suene genial. El 10 de enero estarán en Loco Club presentando su último disco, Viene y va (Sonido Muchacho). Un momento perfecto para escuchar en directo algunos temas como En un lago o Me lapidaría. Antes de esa cita con el buen pop, charlo con el guitarrista y voz, Marco Frías.

Nos tenemos que remontar a 2016 para encontrar los inicios del grupo de forma muy espontáneas con un primer epé, Los Cinco temitas de El Buen hijo, que ya desde el título del mismo dejaba claro lo que se iban a encontrar los oyentes. “Yo tenía un amigo que era productor y aprendí a tocar la guitarra con estas canciones, con Los Cinco Temitas, y aparte estaba mi amiga Alicia, y de repente estas canciones tomaron forma, de repente se hicieron realidad en formato mp3; o sea, de la guitarra a tener un formato digital y a poder escucharlas y dijimos: oye, por qué no formalizamos esto de alguna manera, por qué no las tocamos” 

La grabación se realizó en la casa de un chico que más tarde también sería componente del grupo. “Fue en casa de mi amigo, que él tenía un estudio, un mini estudio, y ahí le dimos forma a Los Cinco Temitas, que era Sergio, que estaba antes en la banda. Alicia dijo: pues venga con el bajo, Sergio se puso con la guitarra, yo con la otra guitarra, y nos hacía falta alguien que tocara la batería. En mi trabajo había un chico que conocía a un chico que tocaba la batería. Resultó ser Cham, que evidentemente era muy bueno, y a la vista está que se ha convertido en el mejor batería de España, o eso dicen (risas). Y nada, ahí empezó todo un poco, como que de manera autogestionada subimos los temas a Spotify”

Tras subir los temas a una plataforma, en 2018 Marco entró a trabajar en el musical La Llamada. “Trabajaba con los Javis en el teatro y nada, hablando de lo que teníamos fuera del teatro, yo les decía que tenía una banda, se interesaron, escucharon las canciones, les gustaron mucho y las pusieron varias de ellas en la serie que estábamos haciendo también, en la que yo estaba trabajando”. En la primera temporada de Paquita Salas Marco trabajaba de auxiliar de producción, y de El Buen Hijo aparecieron dos canciones, El Hombre del Tiempo y Pekín. “Aparecieron allí y de repente como que ya todo tomó un ritmo un poco más acelerado, y así fue, la verdad, pero fue todo muy espontáneo y sin ninguna pretensión; o sea, no sabíamos a dónde íbamos y todavía lo sabemos, creo (risas)”, comenta.

Paquita Salas fue un fenómeno social, una serie que poco a poco se ha convertido en culto. Cuando una canción sale en una serie con un alcance tan amplio rápidamente, y más en esta época, se viralizan las canciones que aparecen. Todo el mundo quiere saber quién es esa banda que tiene esa canción que sale en mi serie favorita. Pasaron de ser desconocidos a que mucha gente les conociera de repente. “Fue muy rápido, aunque llevaban tiempo pensadas y tocadas, pero no se habían lanzado”, apunta, Marco. “Fue muy rápido ese paso y fue, no vertiginoso, pero fue muy guay, muy natural y de repente la gente las conocía, para mí tuvo ese desarrollo y fue muy bonito, fueron dos proyectos Paquita Salas y El Buen Hijo que fueron de la mano, creciendo a la vez”

Cuando descubrí a la banda, me saltó a la cabeza el filme noventero del mismo nombre, donde aparecían Macaulay Culkin y Elijah Wood como protagonistas, aunque seguramente no tendrá nada que ver. “Bueno, con la película no tanto. Tiene que ver con la mentalidad un poco infantil de hacer canciones por primera vez, de algo nuevo, lo comparamos con un niño, una niña, alguien que está empezando algo y que no sabe muy bien lo que está haciendo, que tiene esa actitud un poco infantil”, dice. “Queríamos buscar algo con un punto naif en el nombre del grupo y fue el nombre que salió, pero no tiene relación con la película”. 

La banda pasa del epé a un larga duración, un trabajo que se percibe como más trabajado y con la idea clara de que tuviera todo un sentido y coherencia interna más allá de componer canciones sueltas. ¡Pan Pan Pan! (2021) Es un disco con canciones que revelan momentos de desamor como ¿Qué tal?, pero desde el pop musicalmente más alegre. “El primer disco fue como un punto de inflexión porque para empezar la banda cambió, a partir de este momento Sergio se fue y entraron Miquel y Daniel, que es la actual formación de El Buen Hijo, y además firmamos con Sonido Muchacho, y de repente teníamos un sello y esto fue un punto de inflexión, de repente teníamos que hacer canciones, teníamos que plantear un disco con más duración, tampoco mucha (risa) una media hora”, comenta.

El grado de maduración del álbum es mayor, ya no se plantea el disco como solo crear canciones, sino que se planifica la creación musical de un disco en conjunto. De hecho, si escuchas el elepé te das cuenta enseguida de la integración de una canciones con otras. “Las canciones anteriores se podían escuchar de manera individual, no tenían mucha correlación, eran cinco temitas que se habían compuesto en diferentes momentos, pero éste sí que tenía que tener alguna correlación”, dice. El modo de trabajo también cambió, fue un proceso colectivo, más de banda. “Y la verdad es que fue un precioso porque estábamos los cinco, nos juntábamos en las casas, íbamos haciendo las canciones entre todos, dándoles un sentido, viendo sonidos, yo lo recuerdo con mucho cariño, la verdad, la fabricación de ese disco”

Aunque son canciones aparentemente positivas y de súper buen rollo, algunas letras son tristes o melancólicas, algo que ya hemos mencionado, con una pátina de pop. De un pop sensible y divertido con ese trasfondo a veces melancólico. “Sí, la verdad es que a mí es una cosa que a mí siempre me ha gustado, es como, de alguna manera, contraponer esas dos cosas como la tristeza y alegría y creo que la música te permite hacerlo, no tienes por qué hablar de una cosa triste y hacer una balada; o sea, puedes hacer una ingeniería con eso, puedes hacer una canción triste y moverte y estar con unos BMP más revolucionados”, comenta.

Desde el sonido alegre y festivo también se pueden invocar otros sentimiento, o mezclarlos en un caldero hasta que su resultado sea más potente que el de esos dos elementos por separado. Una receta sonora que El Buen Hijo seguirá prescribiendo. “Me gustaba jugar con eso, y creo que también eso es un poco definitorio de este grupo, la verdad, y eso nos lo dice mucha gente, como que eso le sorprende pero a la vez le gusta, yo creo que es una cosa que vamos a seguir haciendo, la verdad, porque además es que nos mueve mucho la nostalgia en realidad a este grupo, entonces de alguna manera siempre las canciones van a tener un tono nostálgicos yo creo”, señala.

Las letras te tocan directamente el corazón, pero con una especie de sonrisa, de alegría que permanece en tu cabeza. Señalando que siempre puedes encontrar algo de esperanza. “Sí, es verdad, como que siempre las canciones suelen tener un ápice de esperanza, o sea, como que, aunque hablemos de las cosas malas, de la realidad, como has dicho antes, siempre guardamos un ápice de esperanza, siempre tienen que tener una, porque realmente nosotros en la vida, pues también guardamos ese ápice de esperanza, entonces eso también se demuestra, y así intentamos hacerlo”, apunta.

Después del éxito que supone su primer elepé, publican un epé, que para mí es de lo mejor de esta banda. Pasatiempo es un epé que aparece para seguir nutriendo de música original y nueva a sus seguidores. “Sí, funciona muy bien el EP, además en esta industria ahora mismo cómo funcionan las cosas, que todo va tan rápido, todo es tan inminente, un EP funciona mejor en cuanto a números, en cuanto a formato a mí también me parece muy interesante”, señala. 

El Buen Hijo tienen un disco grabado pero que no han publicado, en unos años pieza de coleccionista, me pregunto si algunas canciones del álbum que no hemos escuchado se integraron en el epé, y de ahí también parte del formato escogido. “El disco que nunca salió, que grabamos, fue antes de ¡Pan, Pan, Pan! y fue después de Los Cinco temitas, teníamos bastantes canciones que grabamos y no nos terminaban de convencer, la banda todavía no estaba formada, decidimos apartarlo, y son canciones que están ahí, que alguna vez habíamos pensando en rescatar alguna, a lo mejor pasa, a lo mejor rescatamos alguna”, aclara. 

Estamos en un mundo donde los epés han regresado, ya sea por motivos económicos, nostálgicos o comerciales. “El hacer un epé fue una proposición del sello, porque sabían cómo funciona la industria y saben que un epé después de un disco puede funcionar bien para atraer más público, y nos pareció buena idea. Fuimos a grabarlo con Paco Loco, que es una experiencia muy divertida y muy guay. Y la verdad es que a mí es lo que más me gusta de lo que hemos hecho, el epé de  Pasatiempo, me parecen cuatro canciones muy buenas…”

Su último trabajo, y el que viene a presentar principalmente a València es Viene y va. Un álbum donde las guitarras van tomando predominancia y que tiene temas que erizan el vello como En un Lago con una letra muy bella: “Salté desde la punta del barco, y aparecí directamente en un abrazo”. Vuelven a la producción de Raúl Pérez, que ya estuvo en su primer plástico. “Fuimos a La Mina, antes estaba en Sevilla, ahora Raúl se ha mudado a Granada, pero nosotros grabamos en Sevilla. Y la verdad también al ser una experiencia de una semana, también queríamos estar en un lugar, aparte de todo lo que nos aportar Raúl de manera técnica, también es un espacio, La Mina que es maravilloso, en el que estás muy cómodo, también valorábamos eso”, dice. 

Aunque el grupo estuvo muy poco tiempo en La Mina, gracias a su profesionalidad de llevar las canciones bien trabajadas de casa, lo importante también es la comodidad con el productor y el entorno. “Era como un campamento, por decirlo así. Y luego, una vez allí, Raúl tiene unos conocimientos bestiales de todo, además nos conocía, habíamos hecho allí el primer disco, y sabía sacarnos provecho. Nosotros siempre hemos ido a grabar con las cosas muy claras, con las canciones terminadas prácticamente, y lo que sí que nos ayudaba allí Raúl era un sonido final de las guitarras, de la batería, es verdad que las canciones han ido casi hechas a grabar, el disco de Viene y van se grabó en 5 días, entonces teníamos que ir a tiro hecho” .

Le digo que me recuerda a Los Planetas, quizás en la voz, en algunas melodías. El Buen hijo, sobre todo en sus últimos trabajos, tiende más al sonido guitarrero, más shoegaze que pop estándar. “Es un desarrollo natural porque la verdad es que nuestras referencias siempre han sido muy guitarreras”, sentencia. “Los Planetas, evidentemente es un grupo que hemos escuchado mucho. La realidad es que hemos seguido conociendo nuestro instrumento poco a poco y por eso, yo creo que el sonido que hemos ido sacando ha ido evolucionando un poco hacia lo guitarrero”

El Buen Hijo avanza hacia más guitarras y más desarrollos guitarreros. Eso me alegra porque se les nota cómodos en ese sonido. “Al fin y al cabo somos dos guitarras en el grupo, de manera natural tiende a la guitarra. La idea es que el siguiente disco suene aún más guitarrero y más shoegaze, y más texturas, porque son cosas que nos gustan. Lo que pasa es que no teníamos los conocimientos para llevarlo a cabo y se quedaba un poco ahí”. No te pierdas la dosis de muy bien pop con guitarras que ofrecerán el 10 de enero en Loco Club.

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