El Teatre El Musical acoge este fin de semana El Rey, de Alberto San Juan, y el Teatro Español se apresta para estrenar Sofía en primavera
VALENCIA. España ha necesitado de cuatro décadas y una abdicación para subir a su Familia Real sobre los escenarios. En esta partida por la normalización de la institución monárquica en la ficción, al teatro le ha ganado la partida la televisión, que sí suma el último lustro hasta tres propuestas, la TV movie Felipe y Letizia y las miniseries 23-F: el día más difícil del Rey y El Rey. Pero a diferencia del tono panegírico de la 1 y Telecinco, en las tablas se disecciona a la monarquía sin invitar a la carcajada involuntaria ni almibarar la biografía de los monarcas.
Este fin de semana, el Teatre El Musical estrena El Rey, escrita y dirigida por Alberto San Juan. Su propuesta evita la tentación de la parodia, “porque la decisión fue hacer una obra de seres humanos, no de títeres de cachiporra”, explicita el autor, que comparte escenario con Guillermo Toledo y Luis Bermejo en el retrato del declive de Juan Carlos I.
Para documentar el texto, San Juan ha buceado en libros y artículos, tanto críticos como elogiosos con el anterior jefe de Estado. Textos de José Luis de Villalonga, Jesús Cacho, Juan Luis Cebrián, José Ignacio Sánchez Galán, Pilar Urbano, Javier Cercas y Joan Garcés, entre otros, le han servido para dar cuerpo a una obra que se sirve de la vida de Juan Carlos de Borbón y Borbón para ahondar en la memoria histórica del país.
“Es la institución máxima. Es el máximo protagonista de la recuperación de la democracia en España, según el relato oficial. Es obligado observar con atención el papel que ha jugado la monarquía en España en estos 40 años. A qué fines ha servido realmente. Juan Carlos esta íntimamente ligado a todo lo que ha pasado en este país en este periodo. Necesitamos desentrañar su papel para saber qué ha pasado aquí”, alega el director del madrileño Teatro del Barrio, responsable de una de las programaciones más revulsivas en términos políticos y sociales de la cartelera española
Esta obra es su quinta producción y exponen que es una ficción contra la ignorancia, al hilo de las palabras del presidente de la Asociación para la recuperación de la memoria histórica, Emilio Silva, quien afirma que la construcción de ignorancia sobre nuestro propio pasado “es política de estado en España”.
En el repaso a la vida del abdicado monarca, se recrea a figuras fundamentales de la democracia, caso de Don Juan de Borbón, Francisco Franco, Chicho Sánchez Ferlosio, Carrero Blanco, Henry Kissinger, Garrigues Walker, Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa y Felipe González.
Y se hace realidad un sueño revanchista de muchos telespectadores. La formulación de todas las preguntas incómodas que Jesús Hermida obvió en su pastoril entrevista al entonces rey en enero de 2013. Entre las cuestiones nunca formuladas y menos aún resueltas, están su supuesta intercesión en 1991 para que los bombarderos norteamericanos responsables de la Tormenta del Desierto repostaran en nuestro país y el cacareado cobro de comisiones por el petróleo saudí exportado a España.
Como si se tratara del reverso del montaje de San Juan, el Teatro Español ha programado en primavera un monólogo titulado Sofía, en el que se va a relatar la vida de la reina madre. A partir del 31 de mayo, en la sala Margarita Xirgú de Madrid, la madre de Felipe VI será la protagonista de un montaje que intenta descifrar el enigma que es su vida.
“Es una mujer muy secreta en muchos aspectos. Ha concedido infinidad de entrevistas, pero nunca revela nada de sí misma, y los libros que se le han dedicado son fehacientes en cuestión de hechos históricos, aclaran aspectos sobre donde nació, cómo vivía, en qué lengua se dirigía a sus padres…, pero revelan muy poco de su personalidad. Todo el mundo sabe como es el Rey Juan Carlos, campechano, pero la Reina Sofía siempre mantiene una distancia y deja ver muy poco de su propio carácter”, argumenta el autor del libreto, Ignacio García May.
Su intención no es plantear una parodia, ni tampoco un espectáculo que enumere hechos como la Wikipedia, sino sondear en la cabeza de la mujer que ha reinado en España durante medio siglo. Para encarnarla, recurrirán a una actriz que interpretará varios papeles. “No va a ser como Helen Mirren en The Queen (Stephen Frears, 2006), sino que una figura femenina hablará con la voz de varios personajes, su madre, Federica de Grecia, por ejemplo”, detalla el dramaturgo madrileño.
A diferencia de la normalidad con la que tratan a sus monarquías países como Reino Unido, en España existe una falta de tradición en el retrato teatral de la Familia Real. Alberto San Juan lo achaca a la falta de higienización democrática tras el franquismo. “Tras la segunda guerra mundial, toda Europa fue “desfascistizada”, salvo la Península Ibérica. En España, concretamente, en vez de antifascismo y construcción del estado del bienestar, tuvimos 40 años de dictadura. Es difícil reconstruir cultura democrática después de eso. Y, quizá, una de las deficiencias más grandes de la Transición de la dictadura a la democracia fue la decisión, incluida en el consenso, de poner unos límites estrechos a la recuperación de la soberanía popular. En ese contexto, criticar la monarquía ha sido algo prácticamente vetado hasta el episodio de Botswana”.
En la pérfida Albión no han tenido ningún tapujo a la hora de viviseccionar a su parentela real. El montaje que ha contado con una mayor proyección internacional, adaptación cinematográfica mediante, ha sido El discurso del rey. La obra del West End repasa un episodio histórico de superación personal de Jorge VI, que venció su tartamudez con ayuda de un foniatra. “La monarquía acaba de descubrir su fragilidad y su necesidad de utilizar su voz para entrar en los hogares a través de la radio. Para sobrevivir a toda costa”, contextualiza la directora valenciana Magüi Mira, que se ha encargado de comandar la versión española, de gira por nuestro país.
The Audience, con montajes paralelos en Broadway y West End, aborda un contenido contemporáneo. Kristin Scott Thomas asumió en 2013 el rol de Isabel II en la representación de la obra del dramaturgo Peter Morgan en Londres, mientras que Helen Mirren hizo lo propio en Nueva York. La pieza especulaba con las reuniones privadas semanales de la monarca con los primeros ministros del país, y fue repuesta el año pasado con la incorporación del personaje de David Cameron.
Más audaz es el hilo argumental de King Charles III, una sátira de Mike Bartlett, programada en Almeida Theater, que especula con la subida al trono del príncipe de Gales. A la muerte de su madre, el vetusto heredero disuelve el Parlamento y estaciona un tanque a las puertas de Buckingham Palace. En paralelo, su nuera Kate, orquesta un golpe para evitar la Guerra Civil.
La gran diferencia entre una monarquía parlamentaria y otra reside, principalmente, en el cordón sanitario que desde su reinstauración ha rodeado a la de España. De ahí que la caída de la imagen de los Borbones haya sido más honda que la de los Windsor, que ya acumulaban escándalos a sus espaldas, mientras que en España se vivía en la falacia de la ejemplaridad real. Con el incidente de la cacería en Botsuana, la “amistad” de Juan Carlos I con Corinna, el caso Nóos y la infanta Cristina en el banquillo de los acusados, la veda informativa se ha abierto. Y el teatro recién se despereza para ejercer el derecho a la crítica constructiva.
'Cuando el tiempo no tenga ya memoria' se estrena el 17 de noviembre en Navajas y el 18 del mismo mes en Geldo