VALÈNCIA (EP). El Teatre El Musical de València (TEM) pone en escena, los próximos días 20 y 21 de noviembre a las 19.00 horas, el espectáculo Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban), un "esperpento musical" sobre sueños y rutina.
El montaje, que llega al espacio municipal avalado por una gira "triunfal" y dos premios Max, nació de un encargo que el Ayuntamiento de Zaragoza le hizo a la compañía Nueve de Nueve Teatro, una de las más importantes de la escena aragonesa.
Les pidieron una obra que ocupara el Teatro Principal de la ciudad durante las fiestas del Pilar, y desde la formación decidieron meter en una coctelera sus temas favoritos (pareja, feminidad, soledad del ser humano), las músicas que más les apasionaban (Wagner, Jacques Brel, Rocío Durcal, pasodobles, music hall) y el legado de cineastas como Fellini, Buñuel, Chaplin, Bergman o Bob Fosse, hasta conseguir, según su propia definición, "un esperpento musical con tintes de melodrama, humor y misterio".
Para la dramaturgia y la dirección pensaron en José Troncoso, y de la dirección musical se encargaría todo un referente como Mariano Marín. Carmen Barrantes y Jorge Usón, dos de los actores más conocidos de Aragón, serían sus intérpretes.
Y entonces sucedió lo que muy pocos esperaban: Ferretería Esteban se convirtió en un fenómeno. La "magnífica" respuesta del público tras el estreno tuvo continuidad con una gira nacional que solo pudo detener el confinamiento. La vuelta a la actividad fue todavía más frenética: la obra se convirtió en la primera representación en sala grande del Teatro Español de Madrid tras la pandemia y el pasado octubre llegó el colofón en forma de dos premios Max, uno a la mejor labor de producción y otro a la mejor composición musical para un espectáculo escénico, destaca la sala del Cabanyal-Canyamelar en un comunicado.
Ahora, la función llega al Teatro El Musical en lo que supondrá "su puesta de largo en los escenarios valencianos", añaden. La obra cuenta la historia de una pareja de ferreteros (Esteban y Marigel) atrapados por la comodidad y la rutina. Un día, deciden ir al teatro y la música acaba poseyendo a Esteban, tanto que convierte su apacible existencia en un grotesco musical.
"La función propone un duelo, sin vencedores, entre lo que queremos y lo que debemos hacer", explica José Troncoso, que apunta: "Cada elección tiene su precio. Seguir el amable camino marcado supone renunciar a nuestras ilusiones, pero dar un volantazo y perseguir nuestros sueños implica dejar atrás muchas de nuestras querencias".