La institución milenaria renueva mobiliario gracias a la aportación de Aguas de Valencia. Los nuevos muebles son obra del ebanista Carlos Soriano
VALENCIA. El próximo jueves, cuando el Tribunal de las Aguas se reúna junto a la Catedral de Valencia ante la mirada de decenas de turistas curiosos, algo habrá cambiado en la milenaria institución. Los nueve sillones sobre los que reposan los síndicos, cada uno en representación de una de las comunidades de regantes, serán sustituidos por una réplica actual realizada por el ebanista Carlos Soriano, quien ya se encargó de restaurar los originales hace 12 años.
Los nuevos muebles son un obsequio del Grupo Aguas de Valencia, que concibe este gesto como “una aportación a la institución y a la sociedad en general” en conmemoración del 125 aniversario de la empresa. Gonzalo Belenguer, director de marketing de Aguas de Valencia, declaró este jueves que “para nosotros hacer esta contribución al Tribunal de las Aguas es todo un privilegio y un orgullo”.
Por su parte, Carlos Soriano describió el encargo como “más ilusionante que complicado”. Los nuevos sillones son una réplica de los originales realizada con madera de fresno blanco, piel de vaca y tachas de aluminio. El ebanista recordó que el proceso de confección ha sido ecológico y con productos valencianos: “se ha hecho el tinte al agua, sin disolventes, y el acabado es acrílico, no lleva ningún derivado del petróleo”. La única modificación respecto a los antiguos sillones es el color del cuero, más oscuro en las réplicas, “para que aguante más tiempo”, según Soriano.
Los sillones originales se trasladarán este miércoles a una exposición que inaugura Aguas de Valencia para pasar a exhibirse posteriormente en el hall de la casa Vestuario donde los síndicos del Tribunal de las Aguas se reúnen antes de los actos públicos.