'Ciudades de luz' se podrá visitar hasta mayo

El MARQ revive los orígenes de Alicante con una exposición sobre el yacimiento de Lucentum

20/12/2024 - 

ALICANTE. La antigua ciudad romana de Lucentum es el origen más primigenio de la ciudad de Alicante del que se hayan podido recabar abundantes datos. Este yacimiento arqueológico, en Tossal de Manises, entre el Cabo de las Huertas y la playa de la Albufereta, guarda uno de los tesoros más valiosos del patrimonio histórico de un territorio, que son sus raíces. Un enclave que se protegió y se trató de poner en valor a partir de 1933, y que ha pasado por numerosas fases de prospección, excavación, estudio y puesta en valor. 

Ese último concepto, la puesta en valor, es el objetivo de la nueva exposición temporal del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), que se ha inaugurado este viernes, 20 de diciembre, en las salas de exhibición temporal. Bajo el lema Ciudades de Luz: Ákra Leuké, Lucentum, Laqant, esta muestra recorre, a partir de 661 piezas, las distintas etapas históricas que vivió la ciudad antigua que pervive el yacimiento, así como las distintas fases de musealización de este espacio. Un trabajo que ha contado con la participación de hasta 27 museos distintos, con piezas del propio yacimiento y otros objetos que ayudan a poner en contexto al espectador. 

Este ambicioso proyecto de la Diputación de Alicante ha contado con la nada desdeñable cantidad de 600.000 euros, según el presupuesto que se ha detallado. “S’ha fel el que s’ha pogut”, afirmaba José Alberto Cortés, director gerente de la Fundación CV MARQ.


Ciudades de luz toma el relevo a Dinastías, sobre la Edad del Bronce, a la que antes precedió la exposición de los Guerreros de Xi'an. "El MARQ es un museo reconocido internacionalmente y las últimas exposiciones han tenido ese marcado carácter, lo que ha permitido fidelizar al público con algo que a priori puede parecer un 'peñazo' para quien no sea, como yo, un enamorado de las piedras", afirmaba con ironía el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, durante la inauguración de la muestra. Y es que ahora el museo aborda algo mucho más próximo y cercano, como son los tesoros más preciados de Alicante. "Ahora, una exposición muy íntima, pero también con ese marcado carácter internacional que habla de la historia de lo que ha sido Alicante, pero también de la provincia", describía.

"Ciudades de luz habla de un legado y eso trabajarlo, explorarlo, recuperarlo y ponerlo en valor; es un empeño, porque ha habido tiempos, siglos, en los que eso no ha sido lo habitual y caía en el olvido, pero el olvido hay que combatirlo con recursos públicos", sentenciaba el presidente de la Diputación Provincial. "Esta exposición va a mostrar al mundo la riqueza de una ciudad que hoy es una enorme capital, pero que hace muchos años también permitió generar ese mismo relato y recorrido", destacaba. Algo para lo que consideraba "fundamental" la guía del docente que acompaña a esta muestra, "para hacer pedagogía y hacer atractiva nuestra historia; para hacer una sociedad mejor que sepa apreciar el valor de las cosas y quiera seguir mejorando el territorio", apuntaba. 

"Nuestro mar reflejaba la luz sobre la roca que vio nacer a esta ciudad!, afirmaba Manuel Olcina, director del MARQ sobre el origen etimológico y de la toponimia de este yacimiento y, en consecuencia, de la exposición. Una muestra que parte desde la propia identificación del yacimiento, antecesor de la ciudad de Alicante, y que pasa por todas las fases de impulso que, "desde el inicio, se han gestionado por parte de la Diputación de Alicante, a través del museo", destacaba Olcina. "A principios de los años noventa era un solar abandonado y sin nombre rodeado de apartamentos, cuyos objetos encontrados permanecían en el museo", apuntaba. "Ahora, también con tecnología punta y explicación sonora, se exponen centenares de objetos extraídos de este yacimiento, así como un centenar de piezas provenientes de otros museos. 

Algunos de estos objetos y documentos, nunca antes han sido expuestos y ahora verán la luz tras este ingente trabajo. "No es fácil que todo funcione, pero con los profesionales que forman parte de esta institución, todo funciona", apuntaba el director del museo sobre el proceso de creación de este proyecto, en agradecimiento al equipo de personas y entidades que han trabajado durante los últimos meses en dar forma a esta exposición.

"El MARQ siempre pretende ir más allá a través del diseño, así que ahora ahondamos en esa línea, también en esta exposición, que no solo es una exposición de piezas sino de espacios y personas que habitaron en esta ciudad cuyo nombre está asociado a la luz; personas se instalaron en ese monte, antes de desplazarse posteriormente al Benacantil", describía Ángel Rocamora, arquitecto de la muestra. "Representa el tercer acto de la culminación de un anhelo que es la apreciación de un bien admirado por muchos", apuntaba. Un proceso que, según explicaba, primero pasó por sobrevivir a la presión urbanística de los años sesenta y, después, por el hito de ponerlo en valor en los noventa. 

"Ahora, se cumplen ese tercer acto con esta exposición, 30 años después de aquello; desde entonces, el impulso de la Diputación de Alicante no se ha detenido e incluso ahora mismo se siguen desarrollando tareas de conservación", aseguraba el técnico especialista en musealización. "Todas las sucesivas corporaciones provinciales, con sus recursos, han logrado que este bien del patrimonio cultural e histórico de Alicante se pueda seguir disfrutándose por parte de la ciudadanía", sentenciaba.

"La primera década del milenio se caracterizó por una inversión que permitió conocer las etapas históricas que se han superpuesto en este yacimiento", explicaba Antonio Gilabert, comisarios de la muestra. "Los objetivos a lo largo de estos años han sido más concretos, hasta presentar a la sociedad la larga vida de esta ciudad de forma coherente en esta exposición". Por su parte, Eva Tendero, también comisaria de la muestra, confesaba que veía la luz un trabajo que es parte de su vida, que ha dedicado a seguir "desentrañando su historia a pie de campo", según recordaba. Una muestra que viene acompaña por un amplio catálogo en el que se detallan las piezas que forman parte de la exposición, así como su explicación y contexto: 47 artículos que se dividen en tres bloques. Primero, la evolución histórica de forma cronológica. Después, la conservación y transformación de este patrimonio. Por último, las piezas de la exposición. "Algunas inéditas y que yo misma he visto emerger de la tierra", apuntaba Toledo. 

"No es un proyecto de aplicación de la inteligencia artificial o de museografía contemporánea; no solo es un rescate de memoria a través de las distintas capas que tienen dos vidas, que son las que vivieron y las que contamos ahora, sino que es una memoria colectiva, para todos. Una experiencia emocionante que esperamos que el público pueda disfrutar", concluía Ángel Luis Rocamora, arquitecto que también ha participado en el planteamiento de Ciudades de luz.

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