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Esto, ¿quién lo dirige? La cultura valenciana busca ‘capitanes’

19/12/2019 - 

VALÈNCIA. La cultura valenciana busca quien la dirija. La Comunitat cierra 2020 con más de una incógnita por resolver por lo que respecta a las cabezas visibles de algunos de los principales centros culturales de la región. Teatros como el Principal de Alicante, el Escalante o el Teatre el Musical tienen más de una cuenta pendiente que, sin duda, marcará la programación inmediata de unas salas que tienen en común un deseo: estabilidad. También Cinema Jove, Sona la Dipu o el EACC de Castelló se enfrentan a cursos decisivos para asentar su fórmula de gestión. Esto, ¿quién lo dirige? 

En octubre de 2016, el Teatro Escalante se quedó sin sede cuando la Diputación de València abandonó el local en el que estaba alojado por el deterioro del inmueble. Desde entonces, su programación es itinerante y recala en media decena de sedes de la capital. El 3 de agosto de 2019, el Escalante también se quedó sin dirección artística. El contrato de Josep Policarpo no se podía prorrogar más y la Diputación no tenía preparado el relevo. Desde entonces, a pesar de que la temporada 2019/2020 estaba cerrada, no ha estado libre de polémicas: hasta hace unos días, la Escuela no empezó su curso porque el procedimiento para buscar quién la gestionara se retrasó, y Adrián Novella denunció que desde el Teatro le habían contactado para montar una producción propia y retractado dos veces en el último año.

Cuatro meses después, el concurso para cubrir la plaza aún no se ha publicado, y no solo eso, para empezar a gestionar la próxima temporada han contratado al dramaturgo Gabi Ochoa. Lo han hecho con la figura de asistencia técnica, aunque en realidad va a dirigir la configuración de los espectáculos del año que viene y de él dependerá si Escalante abandona o no la producción propia el próximo curso. El contrato durará unos pocos meses, y se espera que para entonces ya haya una nueva persona seleccionada, ya de manera formal. Además, la nueva dirección tendrá un perfil distinto. Y es que, según la nota remitida por la Diputación: "el servicio de personal ha manifestado que la única fórmula legal aceptable pasaría por crear un puesto de trabajo con vinculación administrativa de funcionario/a. La motivación de esta decisión viene condicionada porque el Escalante no es a día de hoy una entidad autónoma sino un servicio propio de la Diputació de València". Con todo esto, y según adelantó ayer Culturplaza, la persona que se convierta en la máxima responsable del Escalante saldrá por un concurso público y abierto a todo el cuerpo funcionarial, no solo de la Diputación, sino de cualquier ayuntamiento o comunidad autónoma de España. Tras esto, la idea sería hacer un tercer y definitivo proceso de oposiciones para afianzar la plaza.

Y la cosa va de teatros. El Teatre el Musical (TEM) es otro de los que tendrá que solventar su 'capitanía’ de cara a 2020. A pesar de que la intención de la concejalía de Acción Cultural era poner en marcha el proceso de selección antes de que finalizara el año, lo cierto es que, aunque se avance en la aprobación de las bases, el retraso condicionará sin duda el resto de la temporada. El concurso para encontrar un nuevo coordinador artístico –el pasado mes de noviembre finalizó el contrato de Olga Álvarez- todavía no está en marcha, una situación que lo sitúa en similar situación a la vivida en La Mutant en esta primera parte del curso. Sin coordinación artística, se verá obligado a rellenar programación, principalmente, con eventos que le vienen dados, es decir, acogiendo propuestas externas como pueda ser la parte de la programación del Palau de la Música –cerrado tras la caída de parte de su techo- o de festivales como Dansa València, Cabanyal Íntim o 10 Sentidos.

Con todo, la primera parte del año verá mermada su actividad notablemente, un impasse que supone un nuevo bache desde que el teatro fuera recuperado con gestión municipal y, después, coordinado por Álvarez. Si bien el concurso va con retraso, sí se conocen ya algunos datos de las novedades que traerá el mismo con respecto a su etapa anterior. Así, estará mejor dotado, pasando de un salario de 38.826,86 euros al año a 43.200 euros, y, con el fin de mejorar la estabilidad del centro, tendrá una mayor duración. Así, se amplía la duración del contrato, que pasa de dos años (más uno de prórroga) en el caso de Álvarez a un contrato de tres años (más uno de prórroga) en el nuevo concurso. Otra de las incógnitas de cara a 2020 es qué pasará con Sona la Dipu. Los continuos problemas en el certamen de bandas de la Diputación de Valencia la llevó a finiquitar el proyecto, dejando este 2019 de vacío. Este ejercicio ha sido el de desmantelar la estructura, finiquitar los acuerdos ya firmados y quedarse sin director, tras la salida de Quique Borrás. El compromiso es que en 2020 volverá reformulada y gestionada por el IVC. 

Foto: EDUARDO MANZANA.

Sorprende que, a pocos días del 2020, se siga hablando de Cinema Jove, después de cinco años de polémicas, destituciones y, en definitiva, falta de un modelo consolidado que haga posible ir más allá de dar la talla para organizar una buena edición. El 31 de diciembre de 2019 se acaba el contrato de doce meses a Carlos Madrid para ser director, y otra vez los tiempos y condiciones de la gestión del festival dependerán de Personal, en vez de crear una plaza o caminar hacia otra manera de asumir el proyecto, como una fundación.

Celebrándose el festival en junio y siendo contratado de enero a enero, Carlos Madrid, su director actual, no puede mirar más allá de la próxima edición. En la primera rueda de prensa de presentación de la última edición, Albert Girona, exsecretario autonómico de Cultura y Deporte, declaró que "en su opinión, el director de Cinema Jove no debería estar contratado todo el año sino unos meses". Desde el IVC el sentir es diferente: "el proyecto de Cinema Jove debería abarcar todo el año, no solo una semana, y en ese sentido, necesitamos alguien que esté gestionando el proyecto los doce meses”. Raquel Tamarit, que ha tomado el relevo de Girona, no ha despejado aún la incógnita de cómo se va a resolver la inestabilidad del festival. Por lo pronto, sin el concurso de este año siquiera publicado, el 1 de enero Cinema Jove volverá a estar descabezado, a poco más de seis meses de su celebración.

Tira y afloja en el Principal de Alicante

El Teatro Principal de Alicante sigue sin director desde que el pasado mes de abril dimitiera Paco Sanguino para encabezar la lista del PSPV-PSOE al Ayuntamiento de Alicante en las pasadas elecciones locales del mes de mayo. Actualmente desempeña las funciones de portavoz de su grupo municipal en el consistorio. Desde su dimisión, las funciones de dirección están siendo asumidas por la subdirectora, María Dolores Padilla, que a su vez exedil de Cultura ya que ejerció dicha responsabilidad durante el anterior mandato del Partido Popular en el consistorio. 

Tras la formación del nuevo gobierno local (un bipartito PP-Cs), los tres propietarios del Teatro Principal de Alicante (Ayuntamiento, Generalitat y Banco Sabadell) decidieron abrir la elección del nuevo director mediante un concurso público. Sin embargo, el nuevo concejal de Cultura, Antonio Manresa (Cs) presentó en septiembre a Juan Luis Iborra como precandidato y favorito para optar al cargo. Las desavenencias entre Manresa y las otras partes para elegir al nuevo director, vienen bloqueando la elección. Mientras que el resto es partidario del concurso (para el que todavía no se conocen las bases), Ciudadanos propone un director a dedo. El teatro, por su parte, está llevando a cabo una importante reforma de sus instalaciones. Intervención en un edificio histórico que ya estaba prevista, aunque se está encontrando con diversos retrasos. Por otro lado, el equipo de dirección en funciones está elaborando las nuevas programaciones. Además, la entidad acaba de finalizar su relación laboral con dos de sus trabajadoras que se encargaban de las tareas del departamento de Comunicación y Marketing, a la espera de que el nuevo director elabore su propio equipo.

 El alcalde, Luis Barcala, y el edil de Cultura, Antonio Manresa, en la reunión de la Junta General del Teatro Principal.

Por otra parte, el instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, dependiente de la Diputación de Alicante, lleva desde el pasado mes de julio sin director. La disolución de la corporación provincial conllevó la paralización de gran parte de la actividad de este organismo, que es uno de los principales entes culturales de la provincia. Como en el anterior caso, se quiere establecer un concurso público para la nueva elección. Sin embargo, esta modalidad no aparece reflejada en sus estatutos.

Mientras se decide qué hacer, el calendario de actividades del instituto se ha visto gravemente mermado. No obstante, parece que el desbloqueo será inminente, ya que la diputada de Cultura, Julia Parra (Cs), ha anunciado la renovación de los cargos directores del mismo antes del mes de enero. Eso sí, sin contar con el director. Y es que serán renovados los directores por áreas y posteriormente será convocado el concurso público para elegir al director, que no estará en disposición de elegir a su propio equipo de trabajo.

El EACC, la cuenta pendiente de Castelló

Casi dos años lleva el Espai d’Art Contemporani de Castelló esperando el  “reinicio” de su dirección. Un cambio de estructura que el mismo Institut Valencià de Cultura ha prometido en diferentes ocasiones y que por lo pronto no se va a materializar. Fue en 2018 cuando el IVC dio un paso adelante en su deseo de renovar la gestión del espacio y, en consecuencia, formalizó el despido de Lorenza Barboni, directora del EACC desde 2008. “No hemos establecido todavía las directrices que acontecen al cargo, pero lo más lógico es sacar una plaza en el primer semestre de 2020 o 2021”, aseguraba por entonces el delegado territorial del IVC en Castelló, Alfonso Ribés. Sin embargo, desde que hiciera estas declaraciones la situación del espacio no ha dejado de cambiar.

 Foto: CARLOS PASCUAL

En la actualidad, Barboni ha recuperado su hueco en el ente –tras declararse nula la rescisión de su contrato- aunque ocupándose únicamente de la gestión y comunicación. De este modo, el EACC sigue sin una figura al mando. Su programación artística está coordinada por el mismo Ribés, en consonancia con Juan Francisco Fandos, trabajador del espacio desde hace casi veinte años. Pero esta fórmula no lidia con los problemas del espacio cultural. Como reconocía el mismo Ribés, a este mismo medio, su labor no es la de dirigir el ente. En efecto, el IVC no tiene específicamente este campo asignado ni ninguna dirección de artes plásticas. Por eso, su búsqueda de una identidad propia continúa.

Eso sí, mientras tanto, la conselleria de Cultura plantea una sacudida al entorno artístico de Castelló. Por un lado, se contempla la posible apertura de una nueve subsede del IVAM, tal y como se hizo en Alcoi, donde el gobierno reabrió el CADA para generar un centro cultural en el que conviven el mismo ente, la fundación CAM y el ayuntamiento de la localidad. Y por otro, se ve con buenos ojos replicar la experiencia del Centre del Carme, sede del Consorci de Museus, tanto en Castelló como en Alicante. Una apertura que solo se entendería con la absorción total del EACC.

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