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Fabio Carmona, el valenciano tras los 'Minions'

Fabio Carmona descubrió su pasión en unas prácticas de Ingeniería Informática en la UPV. Ahora trabaja para la película Minions 2, en París

10/02/2020 - 

VALÈNCIA. Se define como una mezcla entre actor y marionetista. Fabio Carmona Antoñanzas es un ingeniero informático, formado en la Universitat Politècnica de València (UPV), que ha hecho de su pasión por la animación, su profesión. Actualmente trabaja para la película Minions 2 en Illumination MacGuff, en París. “Si eres fan de los minions y quieres verlos en sus primeras aventuras, con Gru de niño, tienes que ir a verla”, asegura. El contrato de confidencialidad que firma, le impide avanzar nada más.

“Conseguimos que los personajes cobren vida haciéndoles andar, hablar y expresar sentimientos, como si fueran seres reales que sienten y piensan. Cada movimiento y cada expresión que ves en la pantalla es así porque el animador así lo ha hecho, en ese preciso momento. Desde un paso, hasta un parpadeo”. Ese es su trabajo. Lo consigue a través del programa de ordenador Maya que manipula una figura en 3 dimensiones como si fuera un maniquí.

Su trabajo es muy creativo. Trata de “plasmar en los personajes expresiones, gestos y movimientos de forma que el espectador se crea lo que está viendo y sea capaz de empatizar con ellos”. En las películas “no nos asignan personajes para que nos especialicemos en ellos durante toda la producción. Lo normal es trabajar en las secuencias ya escritas y listas para animar y eso supone animar cualquier personaje y en cualquier orden”.

“Intento ser lo más original posible a través de gestos y detalles, para que la interpretación del personaje que me toque animar, sea lo más interesante posible para el espectador”. Carmona es consciente que gracias a su trabajo consigue llegar a muchísimas personas y puede “hacerles reír, emocionarse o simplemente entretenerles un rato, cosa que no está nada mal”.

Fabio Carmona Antoñanzas llegó a la animación a través de la Ingeniería Informática. “En las prácticas de la asignatura IMS (Imagen Sintética, especialidad Multimedia) hicimos unos ejercicios en Blender (un software de modelado, animación y render en 3D) que fueron una especie de revelación para mí”. Siempre estará agradecido a quien fue su profesor, Ramón Mollá, del Departamento de Sistemas Informáticos y Computación de la UPV. Tras esas prácticas, terminó la carrera y redirigió su carrera profesional hacia la animación.

Premio Goya al primer corto de animación en el que trabaja

Y empezó con buen pie, porque el primer corto de animación en el que trabajó, El vendedor de humo, ganó un premio Goya. “El Vendedor de humo fue el resultado de unos 6 o 7 meses de trabajo en el proyecto final que hicimos la promoción de 2011, en un curso de 3D de una academia valenciana que acababa de empezar”. Un premio que les hizo pensar “que lo estás haciendo bien, y te motiva a continuar. Pero, lamentablemente, no hizo que me llovieran las ofertas de trabajo”.

Después de tres años trabajando en València, gracias a un amigo se enteró de una oferta laboral en Illumination MacGuff, la compañía francesa de producción de largometrajes animados, propiedad de Universal Pictures. Envió su curriculum y un vídeo con los mejores planos que había animado hasta el momento. “Al día siguiente me llamaron por teléfono para hacer una entrevista por Skype. Cuatro meses después estaba en París y animaba los minions por primera vez”.  Allí, “rodeado de los mejores animadores de Europa, puedo aprender y mejorar cada día y he encontrado estabilidad haciendo lo que me gusta”.

El trabajo es muy exigente, pero explica que transcurre en un ambiente muy agradable. “La gente, en general, es joven, abierta, con mucho sentido del humor y encima nos dan bastante libertad. Es la combinación perfecta para crear un ambiente divertido, potenciar la creatividad y que se note en nuestras animaciones”.

Disney o Pixar como objetivos

Su objetivo, en el ámbito de la animación, es “alcanzar el nivel suficiente como para transmitir, exactamente, lo que quiero comunicar con cada personaje, de la forma más precisa posible. Algo que no es nada fácil”. Y asegura que le gustaría trabajar en Disney o Pixar. “No hay estudio más grande, ni con más nivel en cuanto a animación que esos dos. Han escrito la historia de la animación y siguen haciéndolo año tras año, y, por supuesto, allí vas a encontrar a los más grandes de esta profesión”.

De sus años de estudiante en la UPV recuerda que su experiencia “fue inmejorable. Me quedo con el grupo increíble de amigos con los que, incluso, quedar a estudiar era ir a pasarlo bien y que, aún hoy, nos seguimos viendo. Como si no pasase el tiempo, a pesar de la distancia. También conocí un profesorado con pasión por la docencia, que sabe enseñar y motivar, como nunca antes lo había visto. Y demás descubrí, sin esperarlo, mi pasión por la animación”.

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