MEMORIAS DE ANTICUARIO

Generosidad a fondo perdido. Donaciones en las colecciones y las calles de València

10/09/2017 - 

VALÈNCIA. Tendremos que hablar pronto de las colecciones particulares valencianas: las históricas y las más recientes, las que todavía se conservan en sus lugares de origen y que conocemos, puesto que tienen una vocación más pública, y las que permanecen tras un velo de misterio. Pero no nos podemos olvidar de las que ya no existen como tales puesto que fueron donadas generosamente a la ciudad, y precisamente de estas últimas nos toca hablar en esta ocasión. Colecciones que ha venido recibiendo València a lo largo de los últimos dos siglos, enriqueciendo y completando los conjuntos museísticos y los espacios públicos. Una legislación fiscal más favorable a ello haría que se incrementaran estas donaciones, pero eso es harina de otro costal.

Museo de Bellas Artes

La colección del Museo de Bellas Artes está esencialmente integrada por un importante número de obras que provienen de la Desamortización de 1837, por tanto, obras existentes en edificios propiedad de la Iglesia, otras pertenecientes a las colecciones que llegó a reunir la Real Academia de San Carlos desde 1768 y aquellas cedidas por la Diputación de València, el Museo del Prado y del Ayuntamiento.

Pero no debemos olvidar por su número y calidad las donadas por generosa iniciativa de particulares a lo largo de la historia del Museo. Dos de los primeros legados son el de Martínez Blanch que se produce en 1835 con unas ochenta obras, entre ellas el autorretrato de Velázquez y el de Martínez Vallejo en 1877. Asimismo hay que destacar las donaciones llevadas a cabo por artistas como Muñoz Degrain en 1913, Benlliure en el año 1932 y la familia Pinazo en 1935.Ya en el siglo XX, una de las donaciones más importantes es la Goerlich-Miquel realizada en 1963 fecha en la que el matrimonio acude a la notaría para llevarla a efecto. La integraba por un importante número de obras entre las que encontramos pinturas de Camarón, Paolo di San Leocadio, Simon de Vos y ya del XIX Sorolla, Benlliure o Benedito, dando un importante impulso a la colección museística. Aprovecho la ocasión para mostrar mi sorpresa ante el hecho de que hayamos tenido que esperar a 2017 para que el nombre del insigne arquitecto y en este caso donante figure en el callejero de València.

La donación más importante de las últimas décadas fue sin duda la de más de doscientas obras adquiridas a lo largo de su vida por el erudito valenciano Pere María Orts y que se realiza en el año 2004, cubriendo importantes huecos en artistas de distintas épocas desde el medievo, además de artes decorativas e incrementando considerablemente el prestigio de la pinacoteca. Ademas de artistas de la escuela Italiana y Flamenca, es imponente la nómina de artistas españoles como Hernando Llanos, Vicent Macip, Joan de Joanes, Ribalta, Carducho, Miguel March, Murillo, Maella, Agustín Esteve, Camarón o Vicente López, además de una extensa muestra de artistas del siglo XIX.

IVAM

El Instituto Valenciano de Arte Moderno le debe su nombre a Julio González (1876 –1942), uno de los más importantes y cotizados escultores del siglo xx y su obra, no demasiado numerosa, puede admirarse en los mejores centros de arte del mundo como el Pompidou, el Moma o el Reina Sofía. En nuestra ciudad se encuentra la colección del artista más importante con 400 piezas, que en un importante número provienen de la de las donaciones de Carmen Martínez y Viviane Grimminger, herederas del artista.

En 2010 el museo quiso poner en valor la importancia de las donaciones recibidas inaugurando una gran muestra. Hay que tener en cuenta que del total de las obras con las que cuenta (unas diez mil), el 60% corresponden a legados y entregas no lucrativas. Se expusieron obras de artistas tan esenciales del siglo XX como Tapies, Renau, Pablo Serrano, Derain, Richard Hamilton, Zobel o Miquel Navarro.

 

Museo Nacional de Cerámica

Hacia 1895 González Martí comenzó a adquirir azulejos de forma compulsiva iniciando una de las colecciones más importantes de cerámica de España. En poco tiempo, gracias a personas que le avisaban de la existencia de piezas provenientes de excavaciones el tamaño de la colección creció exponencialmente. Instaló la colección en su propia casa y la gente empezó a conocerla como el Museo de Cerámica de Valencia. Sin embargo, la Guerra Civil significaría un parón ya que sus propiedades fueron incautadas, perdiéndose algunas obras muy admiradas.

Contribuyó la circunstancia de no tener descendencia que el matrimonio González Martí y Amelia Cuñat decidieran desde muy pronto donar toda la colección con la condición de que nunca saliera de València. En 1947, se creó el Museo Nacional de Cerámica, siendo el fundador designado director vitalicio, dedicándose a incrementar los fondos y aceptando depósitos y donaciones. La mejor gestión se produce en 1954 cuando González Martí logra que el Estado compre el Palacio del Marqués de Dos Aguas como futura sede del Museo de Cerámica. 

La colección excede con mucho el espacio disponible, lo que es un hecho a lamentar profundamente, y buena parte de las piezas se encuentran desde hace décadas almacenada en cajas. Piezas medievales de Paterna o Manises, azulejos valencianos desde el siglo XV y socarrats, pavimentos completos, paneles valencianos de los siglos XVIII y XIX y la colección de azulejos de Francisco Aguar, cerámicas de reflejo metálico de los siglos XVI al XVIII incrementada con el legado de Juan Stingo Carbonell. A tener en cuenta la donación de cerámica oriental- que completaba un vacío en la colección- que hizo el matrimonio holandés formado por Timothy Knecht y Helen Drenth. Finalmente, una de las últimas donaciones fue la de la colección de cerámica del siglo XX del coleccionista alemán Adolf Egner en 2006.

Escultura pública

Algunas de las esculturas instaladas en calles y plazas de la ciudad tienen su origen en donaciones de la más variada procedencia.

Manolo Valdés (1942) dona en 2007 la Dama de Elche de unos 20 metros, compuesta a su vez por miles de pequeñas cabezas de cerámica vidriada. La obra fue regalada por el escultor a la ciudad e instalada en 2.007. Obra del mismo artista es la Menina “Mariana de Austria” en bronce, se encuentra en una pequeña replaza de la calle San Vicente. Fue donada por Bautista Soler en el año 2004. Tiempos de vino y rosas.

Una donación curiosa, por quienes la protagonizaron, fue la ofrecida en memoria del doctor Ramón Gómez Ferrer. Realizada en mármol blanco en 1920 por Francisco Paredes García (1881-1945), se costeó por una representación de las madres valencianas en agradecimiento al pediatra valenciano por su labor con la infancia, tal como reza la placa situada en la base.

La imponente y un tanto Pompier escultura del Cid Campeador que se encuentra instalada en la plaza de España fue donada en el año 1964 por la escultora norteamericana Anna Hyatt Huntington (1876-1973), como la que lleva por nombre El relevo generacional y que se encuentra instalada desde 1964 en la rotonda de entrada a la ciudad desde el norte, recibiendo a los visitantes muy cerca con aquel antiguo e infausto cartel que rezaba “visite el centro histórico en dos horas” o algo por el estilo. Recordemos que su marido fue Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society de Nueva York.

Donaciones en ciernes

Dos obras escultóricas serán cedidas próximamente a la ciudad. La firma Porcelanosa ha anunciado la donación de una escultura de Andreu Alfaro a València, que parece ser se instalará en la calle Colón a la altura de la calle Jorge Juan. Otra adquisición para la ciudad que se va a producir en próximas fechas es la de una escultura de Manolo Valdés que será comprada por la Fundación Hortensia Herrero para su instalación en la Marina de València. La obra que se cederá a la ciudad será aquella que reciba un mayor número de votos ciudadanos de entre las que, estos días, se encuentran expuestas en la Ciudad de las Artes.

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