VALÈNCIA. Nueva prórroga, y ya van cinco, de la autorización del Bus Turístic de València. Un "regalo" adjudicado por el PP, en palabras del actual edil de Movilidad, Giuseppe Grezzi, pero que el gobierno municipal ha mantenido desde 2015 -hace siete años- pese a los reiterados anuncios de un nuevo concurso público.
El edil aprobó el pasado mes de julio una nueva prórroga de medio año a la autorización concedida a la compañía Viajes Privilege para que continúe gestionando el servicio de autobús turístico del Cap i Casal, al menos hasta 1 de febrero de 2023.
La autorización, que venció en 2020, permite hasta media docena de prórrogas de medio año, aunque "el Ayuntamiento no tiene la obligación alguna en la concesión" de dichas prórrogas, según la propia resolución suscrita de Grezzi. Sin embargo, cada seis meses el edil ha estado aprobando dichas prórrogas solicitadas por la compañía.
Viajes Transvia explota el servicio desde 1999 en virtud de una autorización otorgada "a dedo" según denunció Grezzi. "Un regalo" en cuya gestión entró también la firma sevillana Viajes Privilege desde la última prórroga aprobada por el PP en 2015, que ascendía a cuatro años. Y ambas lo seguirán haciendo hasta al menos el próximo mes de febrero, como publicó esta semana Onda Cero.
Se da la circunstancia, además, de que uno de los propietarios del grupo Transvia es el empresario Urbano Catalán, que fue procesado por regalar dos relojes al que fuera vicealcalde de València en el gobierno popular Alfonso Grau. Ambos fueron condenados por cohecho. Lo que reviste cierta incoherencia en las continuas prórrogas teniendo en cuenta que el gobierno local que dirige Joan Ribó comenzó a incluir en sus contrataciones públicas "cláusulas anticorrupción".
Se trata de cláusulas que impiden concurrir a los concursos públicos a profesionales o compañías condenadas por delitos vinculados a la corrupción. Pero esto no se ha podido aplicar al servicio del Bus Turístic precisamente porque la concejalía que encabeza Grezzi no lo ha licitado desde que finalizara la autorización en 2019, cuando se empezaron a aprobar nuevas prórrogas.
El motivo fundamental que alega el departamento de Movilidad es la falta de personal. "Andamos muy cargados de trabajo [...]. Hemos duplicado o más la inversión que teníamos en Movilidad desde 2015, pero más o menos estamos en el mismo número de personal. No podemos abordarlo todo al mismo tiempo y eso dificulta que se puedan hacer todas las actuaciones que queremos, que son muchísimas", aseguraba Grezzi en otra entrevista a Valencia Plaza el pasado mes de marzo, donde también apuntó a "dificultades sobre el modelo de pliegos".
El concejal de Ciudadanos Narciso Estellés lamentó este viernes que una vez más se esté produciendo esta situación de prórroga "no deseada" porque el contrato del Bus Turístic caducó hace ya más de tres años "y desde entonces no ha vuelto a salir a licitación". "El gobierno de Ribó alude a una falta de personal, pero ha llegado un punto en el que la excusa ya no resulta creíble", criticó Estellés en ese sentido.
"Desde luego, el problema no es una falta de personal, es simplemente falta de ganas de sacar el nuevo concurso. Ahora, el vicealcalde sale hablando de poner una cláusula anticorrupción para los contratos municipales, pero eso no ayuda en absoluto a resolver la situación del Bus Turístic, al que se le renueva la concesión cada seis meses", concluyó el edil de Cs.
Por su parte, la Agencia Valenciana Antifraude ya ha afeado al Ayuntamiento que mantenga esta fórmula sin que haya concurrencia competitiva en la adjudicación del servicio. Concretamente, señalaba en su informe, adelantado por este diario, que el régimen de autorizaciones no "implica un régimen de concurrencia competitiva previa". Es decir, que el servicio se sigue prestando "a dedo".
Así pues, las autorizaciones también impiden por ahora poder cobrar un canon a las operadoras, si bien es cierto, no obstante, que desde el pasado mandato el gobierno municipal ha empezado a cobrar a las concesionarias una tasa por ocupación del dominio público, aunque no constituye un canon como tal. Y en todo caso, Antifraude, considera que no es suficiente: "La fórmula elegida por el Ayuntamiento de València para prestar el servicio" es la que "menos ingresos reporta a las arcas municipales".
Grosso modo, el Ayuntamiento podría estar perdiendo cerca de 400.000 euros anuales por este motivo. El pasado mandato, Grezzi cifró en medio millón de euros el que podría estar cobrando la ciudad de València a estas empresas por operar el Bus Turístic. Pero la tasa que se cobra actualmente apenas deja en las arcas municipales 100.000 euros cada ejercicio aproximadamente -poco más de 50.000 euros a cada firma-. Cantidad que en 2020 y 2021 cayó considerablemente a 80.000.
El propio Grezzi ha anunciado en varias ocasiones una licitación pública para acabar con el 'dedazo' aprobado por el ejecutivo de Rita Barberá. Llegado el gobierno de izquierdas en 2015, el departamento de Movilidad estudió la rescisión de la autorización antes de 2019 pero esto hubiera supuesto, probablemente, tener que indemnizar a las operadoras. Sin embargo, superado este plazo, tampoco se ha convocado ninguna licitación, y eso que la concejalía de Movilidad ha insistido en que los pliegos de dicho concurso estaban finalizándose.
En 2016, Grezzi asumía "cierto atasco" en esta cuestión y que los pliegos se estaban "ultimando", y un año después, aseguró que se estaban acabando los estudios económicos y que los pliegos estaban listos. Tampoco en 2018 salió la licitación, pues en otra entrevista a Valencia Plaza, Grezzi volvía a asumir un retraso y decía que la concejalía estaba "completando los pliegos" para aprobarlos dicho otoño. No ocurrió. Ni en 2019, cuando Grezzi declaró la intención de convocar el concurso antes de las elecciones de aquel mayo.
Pasó el tiempo, pasaron los comicios municipales y Compromís y PSPV reeditaron gobierno municipal. Fue ese año cuando, sin estar los pliegos preparados para sacar la licitación, el departamento tuvo que aprobar su primera prórroga de la 'era Grezzi'. Entonces explicó que había "habido voluntad" pero "no ha habido la misma agilidad administrativa" para concluir "el siguiente proyecto para el bus turístico". La ciudad sigue a la espera.