VALÈNCIA (EP). La filóloga y escritora Irene Vallejo subraya que la invención de la escritura y los libros ya fueron "revoluciones tecnológicas", por lo que "las tecnologías de hoy son descendientes de esos hallazgos maravillosos".
Así lo hace notar a Europa Press la autora, que, junto al dibujante Tyto Alba, adapta su gran éxito editorial 'El infinito en un junco' al formato gráfico en un volumen que lanza Debate. Así, las ilustraciones acompañan ahora a la letra para viajar a los campos de batalla de Alejandro Magno, los palacios de Cleopatra, las primeras librerías y los talleres de copia manuscrita, pero también a las hogueras donde ardieron códices prohibidos, la biblioteca bombardeada de Sarajevo y el laberinto subterráneo de Oxford en el año 2000.
La primera pregunta parece obvia: ¿qué modifica o suma esta adaptación gráfica del ensayo original? Vallejo explica que durante su infancia, los tebeos fueron "cruciales" en su iniciación a la lectura y, por tanto, forman parte de su educación sentimental y literaria.
"Creo que son muchas las personas que comparten esta memoria de las primeras lecturas en viñetas. Hay algo de homenaje en este cómic, un juego, una apuesta, la afirmación del potencial popular del ensayo y de la dignidad del cómic como vehículo de conocimiento. Este maridaje puede expandir el alcance del libro, como nos gusta decir, a jóvenes de todas las edades", reflexiona.
Además, apunta la autora, "la recreación en imágenes de los espacios perdidos para siempre, como la Biblioteca de Alejandría, basada en las hipótesis arqueológicas, puede sumergir a los lectores de una forma más completa y envolvente en el viaje histórico que proponía 'El infinito en un junco'".
"La guionista Xisca Mas y yo -prosigue- hemos intentado intensificar el sentido del humor, narrar con un ritmo más ágil y jugar a despertar la curiosidad por el origen antiguo de fenómenos que creemos contemporáneos".
Han pasado años desde la publicación de 'El infinito en un junco' e Irene Vallejo aún confiesa que nunca imaginó -"ni en mis sueños más locos", reconoce- que un ensayo sobre la historia de los libros podría encontrar una acogida tan generosa.
"Durante años escuché profecías apocalípticas sobre el futuro de la lectura en un mundo presidido por las pantallas. Hasta cierto punto, llegué a creer que mi pasión por los libros era un anacronismo en nuestra era contemporánea. Sin embargo, mis investigaciones me mostraban otra realidad: su capacidad de supervivencia", asevera.
En este sentido, recalca que la invención de la escritura y los libros fueron revoluciones tecnológicas y las tecnologías de hoy "son descendientes de esos hallazgos maravillosos". Añade que la época actual no es la primera que conoce varios formatos de acceso a la información.
"Ya sucedió en el pasado con las tablillas, los rollos y los códices, y durante largo tiempo convivieron. La experiencia demuestra que en esos casos el uso se especializa, la sustitución radical no es lo más habitual", expone.
Sobre la irrupción de la inteligencia artificial, augura que "permanecerá, sin duda, y transformará nuestra forma de trabajar, pero también descubriremos sus inconvenientes y los riesgos que entraña". "No creo que debamos pensar que en las innovaciones como competencia, sino como la base de una nueva forma de convivencia. Decía Umberto Eco que los libros pertenecen a la categoría de la rueda, las tijeras, el hacha o el vaso: son utensilios que han superado la prueba del tiempo y rozan la perfección", recuerda.
Por su parte, Tyto Alba habla del estado de la novela gráfica. Al respecto, declara que "es un hecho que desde hace unos veinte años, época en la que se empezaron a llamar novelas gráficas aparecieron varias editoriales independientes que comenzaron a publicar obras tanto de ficción como de temática biográfica o periodística, dirigidas exclusivamente a un público adulto". Desde entonces, señala, "han aparecido grandes obras y, por otro lado, los medios se han interesado mucho por ellas, cosa que antes tampoco sucedía".
En la misma línea, el dibujante cree que el género ha conseguido desembarazarse de prejucios. "Antes el cómic solo lo leían los lectores habituales, era un mundo muy cerrado formado en su inmensa mayoría por hombres en donde muy raramente veías una mujer. Exceptuando los autores y lectores de las revistas underground, lo demás era un mundillo que se sentía muy cómodo viviendo al margen, o incomprendidos y protegidos en su adicción a los superhéroes, el manga o la ciencia ficción".
Y celebra: "Yo me siento muy afortunado de haber vivido en esta nueva época en la que se ha convertido en algo accesible para todos y con tantos autores y autoras interesantes".
Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) estudió Filología Clásica y obtuvo el doctorado europeo por las universidades de Zaragoza y Florencia. En su obra de ficción destacan las novelas 'La luz sepultada' (2011) y 'El silbido del arquero' (2015). Además, ha publicado antologías de artículos' y el ensayo 'El infinito en un junco' (2019), por el que fue galardonada con el Premio Nacional de Ensayo 2020.
Por su parte, Tyto Alba (Badalona, 1975) dio sus primeros pasos profesionales como pintor exponiendo en varias galerías de Barcelona. Durante una estancia en México D.F., comenzó su carrera de dibujante, donde realizó su cómic 'Black River Together' y varias historietas cortas para diferentes publicaciones.