VALÈNCIA. Del 12 al 16 de octubre, el festival K-Lidoscopi de Cullera celebra su undécima edición convertido en una de las citas de referencia del cortometraje a nivel nacional. Una vez más, el número de trabajos presentados ha superado las expectativas y los registros de años anteriores -alrededor de 700 cortos, más del triple de los que integraban la primera edición, allá por 2012-, confirmando el imparable crecimiento de un certamen que puede presumir de ser uno de los seleccionadores de los premios Goya, y que se ha colocado entre los más reconocidos del sector por méritos propios. “K-Lidoscopi se ha consolidado como un punto de encuentro ineludible para los profesionales de nuestro audiovisual, que con su apoyo y su presencia han situado a Cullera en el mapa cinematográfico nacional”, señala el director del festival, Julio Martí Zahonero. “Somos conscientes de la gran y cualitativa producción de cortometrajes que hay en España, y en la Comunidad Valenciana en particular, y por eso tratamos de ser una plataforma fundamental para este tipo de creaciones”.
Las proyecciones del XI K-Lidoscopi comenzaron oficialmente el pasado sábado con la sección Perspectiva, encargada de exhibir algunas de las obras que han quedado fuera de la sección Oficial, que en 2022 presenta un total de 61 trabajos a competición, divididos en tres categorías (cortos argumentales, documentales y animados). A ellas se unirá una sección ya clásica del festival, Animant, y otras dos surgidas hace justo un año, con motivo del décimo aniversario: Tándem, dedicada a la formación de estudiantes con un coloquio sobre la relación entre el cine y los videojuegos, y Reviu, encargada de recordar algunos de los cortometrajes míticos de la historia del cine español, y que en esta ocasión rescatará Apolo 81 (2015), un aplaudido trabajo del realizador Óscar Bernácer (ganador de la pasada edición con su corto Stanbrook). Además, la nueva edición incluirá una exposición en el Auditorio del Mercado para conmemorar la década de vida de K-Lidoscopi, bajo el nombre de Retrospectiva. “Es una iniciativa que trata de homenajear y aplaudir el apoyo de todos los profesionales y colaboradores que apostaron por nosotros desde el inicio”, destaca Martí Zahonero.
Otro de los puntos fuentes del certamen en todo este tiempo ha sido la presencia de nombres ilustres de la cinematografía nacional, que este año estará representada por dos figuras clave de la industria en las últimas décadas. Por una parte, el realizador Imanol Uribe, responsable de títulos como La muerte de Mikel, El rey pasmado o Días contados, será reconocido con el Premio K-Lidoscopi d’Honor y se encargará de impartir el curso de interpretación que cada año organiza el festival con la Fundación AISGE, tomando el relevo de cineastas tan prestigiosos como Montxo Armendáriz, Gracia Querejeta, Agustí Villaronga o Daniel Calparsoro, entre otros. En palabras del máximo responsable de la cita, se trata de “todo un icono del séptimo arte cuya presencia es un privilegio para la ciudad y el festival”. Por otro lado, el legendario actor Emilio Gutiérrez Caba, ganador de dos premios Goya y conocido por sus trabajos a las órdenes de directores como Carlos Saura, Pilar Miró, Mario Camus, Pedro Almodóvar, Álex de la Iglesia o Julio Medem, recogerá el Premio K-Lidoscopi d’Or por su impresionante trayectoria en cine, teatro y televisión.
A estos nombres, la XI entrega de K-Lidoscopi añadirá presencias ilustres como las de los intérpretes Empar Ferrer, Luis Miguel Seguí, Marta Gutiérrez Abad, Juli Cantó y Víctor Palmero, o los realizadores Josetxo San Mateo y Javier Balaguer, entre muchos otros.